Por: Luis Rafael García Jiménez
Introducción
En el año
de 1997, por encargo de la Fundación Polar con su proyecto denominado:
“Organización y preservación de Archivos Históricos”, cuya primera fase era: “Censo
de Repositorios Venezolanos”; realicé el censo de los repositorios históricos del Estado Carabobo. En el año
2000 fui el Coordinador de la Sub-comisión de Archivos Regionales que dependía
de la Comisión para la Organización de Educación, Ambiente y Desarrollo Social
de de la Comisión Legislativa del estado
Carabobo., en dicha sub-comisión actualicé el trabajo realizado con
anterioridad . Después de dieciséis (16) años y constatar que la situación de
los archivos carabobeños se encuentran en condiciones lamentables, he querido
presentar, por esta vía, el trabajo realizado en aquella oportunidad y
agregándole elementos nuevos.
Como se sabe, un archivo es un conjunto de
documentos, sea cual sea su fecha, su forma y el aspecto material producidas o
recibidos por cualquier persona física o moral, o por cualquier organismo
público o privado en el ejercicio de su actividad, conservados `por sus
creadores o sucesores para sus propias necesidades o transmitidas a
instituciones de archivos.
Los
repositorios censados fueron: Documentación del Ejecutivo Regional (Archivo
María Clemencia Camarán y el Archivo
de la Administración Pública. Archivo de la Arquidiócesis de Valencia (con
información de segunda mano ya que, en aquella época, no se permitió el acceso,
a pesar de realizar cinco visitas). Archivo Histórico de la Universidad de
Carabobo. Archivos de los concejos municipales de: Valencia, Puerto Cabello,
Montalbán, Bejuma, Güigüe. Archivos del Registro Principal, Subalternos
y Mercantiles.
I.- Reseña histórica de los Archivos de Carabobo.
El
actual territorio de Carabobo, formaba parte en la época colonial de la
Provincia de Caracas. En el primer
congreso venezolano (1811), Valencia solicitó su separación de dicha provincia, lográndose la división en
la postrimerías del primer intento republicano.
El
25 de junio de 1824, de acurdo al artículo tercero de la Ley de División Territorial de la República de Colombia, el
actual territorio venezolano fue convertido en Departamento y subdividido en
dos provincias; Caracas y Carabobo este último en nueve cantones: Valencia, Puerto cabello,
Nirgua, San Carlos, san Felipe, Barquisimeto, Carora, Tocuyo y Quibor.
Sucesivas divisiones político-administrativas ha convertido a Carabobo en el tercer Estado más
pequeño de Venezuela (Carabobo ocupa un espacio de 4.650 km2, lo cual es menos
del 0,5% del territorio nacional).
Valencia
ha sido el centro jerarquizante de la subregión, ha sido la única ciudad
venezolana que ha luchado por la
capitalidad de la República (lográndolo en
tres oportunidades), en franca disputa con Caracas durante todo el siglo
XIX.
Conocida
es por historiadores e investigadores, la accidentada vida de los archivos en
el actual territorio de Carabobo. Desde la instalación de valencia como núcleo
primero y primario, en su lenta gestación y fraguado como centro nodal en la
cuenca del la de los Tacariguas, en el siglo XVI, se han venido repitiendo acciones en contra de
nuestra memoria colectiva que ha atentado contra la identidad de la subregión carabobeña.
La
primera acción brutal correspondió al
conocido Lope de Aguirre en 1561, en 1577 después del saqueo e incendio
de Valencia por los filibusteros franceses, hubo sesiones importantes del
cabildo y se dictaron enérgicas disposiciones acerca del orden público y
reorganización de todos los servicios, abastos, archivos entre otros (Guerra,
1964, p.7).
A
partir de esos hechos vendrán: incendios, sitios, saqueos entre otros. Todo
esto unido al traslado de los repositorios fuera del actual territorio de
carabobeño y a la ignorancia de nuestros gobernantes. Todo ha conspirado contra
la memoria colectiva del pueblo.
Durante
el siglo XIX las innumerables revoluciones y alzamientos militares conllevaron
a la destrucción e incendio de los repositorios históricos. Ya en el siglo XX,
encontramos el primer intento en Valencia para rescatar las Actas del Cabildo
de Valencia; fue el paleógrafo alemán Ulrich Leo (Concejo Municipal de Valencia
1943-1945-1970-1977 – Actas del Cabildo ) quien logró copiar algunas de las
Actas y publicó a bases de ellas tres números de su llamado Boletín del Archivo
Histórico de la Municipalidad de Valencia, uno en diciembre de 1943, otro en
noviembre de 1944 y el último en septiembre de 1945.Publicación ésta que se vio
interrumpida por la separación del cargo del paleógrafo.
Como
es sabido, la provincia de Carabobo fue
creada en el año de 1824, en el año de 1830 se materializó la separación de
Venezuela de la República de Colombia y Valencia fue designada capital
Provisional de la República (Congreso Constituyente de Valencia mayo-octubre de
1830). En el año de 1831, son trasladados a Caracas los archivos del poder
central, sufriendo graves amputaciones el correspondiente de Carabobo.
Entre
1843 y 1844 Guillermo Tel Villegas elaboró un método para el arreglo del
Archivo del Estado y el cargo de
archivero fue confiado a Fernando Pineda quien lo desempeñó durante siete años
(Galindez, 1991). Para el 31 de 1865, el presidente del estado Carabobo, general Jesús Lugo, mediante Decreto dispuso
la organización del Archivo Oficial, para la época el Archivo estaba en
condiciones deplorables debido a la
guerra larga o Federal, situación que
continuará por largo tiempo. Galindez (1991) expresaba que en 1874, las
contiendas civiles destruyeron el Archivo del Estado, por medio de un
inescrupuloso saqueo y muy lamentablemente desaparecieron importantes
documentos.
En
ese mismo año (1874) el Archivo fue trasladado al Capitolio de Valencia,
antiguo Beaterio. Anteriormente por el año de 1824 en adelante el gobernador de
la Provincia despachaba en el mismo edificio de las llamadas Casas
Consistoriales (luego Cabildo), situada en el ángulo norte-oeste de la
encrucijada de las calles Real
(Colombia) y Constitución, es decir, en el mismo sitio donde funcionaría
posteriormente el Concejo Municipal, demolido por la inconsciencia de los
políticos en el año de 1974.
En
el año de 1881, se resolvió el arreglo y la custodia del archivo. Entre 1900 y
1936 el Archivo estuvo bajo la dirección de ocho (8) personas quienes en su
mayoría desconocían lo que era el Archivo. Para el año de 1938, el archivo se encontraba en completo desorden,
legajos de documentos tirados en el piso. En 1942, toda la documentación que
había sido colocada en estantes se vino abajo.
En
una conversación personal con Oswaldo Feo Caballero me expresó que: “Cuando se
construía la Imprenta del estado, se
tapaban los huecos de los bachacos con legajos de documentos”. En el
mismo año 42, del siglo pasado, el Ejecutivo Regional contrató al Ulrich Leo, con el objetivo de organizar los fondos documentales, una vez cumplida
parte de su labor fue despedido y el archivo continuó deteriorándose.
En
el año de 1969, todos los documentos fueron llevados al sótano del stadium de
beisbol José Bernardo Pérez, y gracias a la iniciativa de la escritora María
Clemencia Camarán y de la Dra. Enriqueta Peñalver, se logró salvar parte del
archivo y fue trasladado posteriormente a la Casa de los Celis de la Fundación
Lisandro Alvarado.
En
el año de 1982, el para entonces
gobernador del Estado Carabobo Raúl Gómez (Boletín del Archivo, 1982)
expresaba con respecto al Archivo existente en el Capitolio que se encontraban
los fondos documentales en deplorable estado, carpetas regadas, viejos folios
sin ubicación, mezclados en insólito montón
de decretos históricos con revistas arrugadas y deshechas, colecciones
de periódicos en masa informe por la humedad
y el sucio y la acción de los
insectos, en fin, algo que requería por
parte del gobierno regional, inmediata y perentoria acción de rescate.
Pero
dicha acción quedó a medias, pasando a ser otra buena intensión. En los últimos
años, se ha podido constatar gran cantidad de documentos depositados en el piso
del antiguo oncológico de Valencia ubicado en la avenida Soublette
(completamente deteriorados), sin mencionar los vendidos para ser reciclados y
convertidos en papel sanitario o simplemente
quemados. Es increíble constatar como han sido tratados los fondos
documentales del Estado Carabobo.
Por
otra parte, los archivos históricos municipales están bajo la custodia y
responsabilidad de los cronistas locales, es necesario acotar que las
autoridades municipales en su gran mayoría consideran archivo muerto a la
documentación contemporánea.
En
el lento proceso de fraguado de los núcleos primeros y primarios (llamado
“fundaciones”) de las localidades carabobeñas se tiene que: solo dos localidades se
fraguaron en el siglo XVI (Borburata y
Valencia), cinco en siglo XVII (Goaigoasa, Patanemo, Guacara, Los Guayos y San
Diego), ocho en el siglo XVII (Canoabo, Morón, Urama, Güigüe, Montalbán, Tocuyito,
Mariara, Naguanagua), el resto de las localidades en los siglos XIX y XX. La
documentación de los siglos XVII y XVIII está centralizada en el archivo de
Concejo Municipal de Valencia, así como de otras localidades que dejaron de
pertenecer al actual territorio de Carabobo.
El
Archivo Arquidiócesano de Valencia, está conformado por los documentos
provinciales de las parroquias eclesiásticas que conforman el Estado Carabobo
que equivale a la Arquidiócesis. Este repositorio fue organizado por Monseñor Gregorio Adam
entre 1937 y 1961.
A
partir de de la década de los años ochenta, del siglo XX, Monseñor Henríquez
inició la concentración de los libros de
los siglos anteriores provenientes de las parroquias en el Archivo de la Catedral de Valencia. Puede ser considerado
el archivo más importante y mejor cuidado del Estado Carabobo, ubicándose su
documentación partir de 1576.
Con
respecto a los archivos del Registro Principal, subalternos y notarías, se
tiene que fue una práctica común desde la época colonial, que existieran
notarías o escribanías que llevaron los libros donde registraban las
transacciones comerciales de: hacienda, terrenos, hipotecas, testamentos,
compra-venta de esclavos y productos entre otros. De allí la importancia para
el conocimiento de la actividad económico-social expresa en dichos archivos.
Las
oficinas de Registro Público fueron establecidas por Ley del 24 de mayo de 1836, a razón de una principal en la capital
de las provincias y una subalterna en cada cantón con su sede en la parroquia
cabecera. De acuerdo a la Ley de Registro Principal concentra en su seno los
libros duplicados de los demás registros
subalternos del Estado.
Para cerrar, es
importante señalar una buena noticia, el Presidente de la Academia de Historia
del Estado Carabobo (2015-2017) expreso que: será suscrito el convenio para la
creación del gran Archivo Histórico digitalizado para Carabobo. En la Casa de
la Estrella, lugar donde sesiona la institución, se realizó el acto que contó
con la presencia de representantes de distintos sectores de la ciudad,
personalidades e invitados. Entre los asistentes estuvieron el alcalde de
Valencia, Miguel Cocchiola; la rectora de la UC, Jessy Divo de Romero; Subdelia
Páez de Sevilla, presidenta de la Sociedad Amigos de Valencia, Elis Mercado,
presidente del Ateneo de Valencia, entre otros. Carlos Cruz afirmó que el gran
Archivo Histórico digitalizado para Carabobo, será creado a través de un
convenio entre la Academia de la Historia del estado, la Fundación Lisandro
Alvarado, el Seminario de Valencia y la Universidad de Carabobo. (Disponible:http://www.notitarde.com/Valencia/Archivo-historico-del-estadoCarabobo-sera-digitalizado-2519640/2015/10/05/658263/ . Consulta: 01-10-16).
II. Los archivos de Carabobo siglo XX.
Los
archivos han sido tomados en cuenta desde los tiempos de la antigua Roma.
Durante la Revolución Francesa nació un nuevo concepto, el cual es; la
Soberanía Nacional y con ello el advenimiento del Estado de Derecho que
conllevó los principios de responsabilidad, garantía de eficacia y justicia de
la Administración hacia el Administrador.
Los archivos pasaron a ser
considerados garantía de derechos de los ciudadanos y jurisprudencia de la
actuación del Estado. En el siglo XIX surgió en toda Europa un hondo
sentimiento nacionalista que llevó a buscar en su pasado las raíces de la
identidad nacional. Por lo cual se desarrolla la historiografía científica, que
concentraba en los documentos
archivísticos los elementos de la
investigación histórica. Como consecuencia de ello, se encuentran los archivos de las
instituciones públicas, en un único archivo, naciendo así el Archivo Nacional,
que fue dispuesto para la investigación.
Para el año de 1877 Guzmán Blanco, otorgó rango
jurídico al Archivo. Igualmente, todo el acervo documental almacenados tanto en
este departamento como en el Registro Público, pasaron a ser considerados como
material de archivo. En el año de 1911 se inauguró el Archivo General de la
Nación. Se procedió a organizar todo el
material documental y separar de ellos los títulos relacionados con el Congreso de la República y el Ministerio de Relaciones Exteriores, que habían establecido sus propios
fondos. Los archivos se convirtieron en custodios de los deberes y derechos de
los ciudadanos y además en la memoria del pasado de la nación y por ello objeto de investigación
histórica.
En
el siglo XIX los archivos desarrollaron la función de servicio al historiador.
La Archivología centró su función en conseguir que el archivo prestase buen servicio a la Historia mediante el
principio de procedencia o de respeto de
los fondos, el cual es el orden natural en que se han ido produciendo los
documentos por la institución que los ha
generado, lo que permite conocer su evolución histórica. A partir de esta época
la archivología, en tanto que disciplina
auxiliar de la Historia , centró su atención en la descripción , en la
elaboración de instrumentos heurísticos
que permitían al historiador encontrar fácilmente la información. Comenzaron a proliferar colecciones diplomáticas, guías, inventarios,
catálogos e índices. Surgieron los archivos estatales y por ende los archivos s
históricos.
Del
censo realizado a diecinueve (19) archivos históricos en Carabobo, se pudo
apreciar que en su gran mayoría poseen abundante documentación histórica y dilucidan
que los archivos de los Registros
están en mejores condiciones que los
archivos administrativos. Esto se debe a
que la Ley de Registros Públicos en sus artículos 60 y 61 obliga a los registradores a tomar todas las
precausaciones y medidas para garantizar
el buen orden y conservación de los
archivos bajo su custodia además de prohibir la salida de los índices, libros,
documentos, expedientes, actas, planos, entre otros, de la oficina de
protocolo.
A
pesar de la importancia crucial que tienen
los archivos para el desarrollo de un país, en el nuestro se denota una tendencia masiva a
considerar como archivo. A depósitos de documentos arrumados y
desorganizados. Inclusive se refieren
peyorativamente a los archivos y los asocian con suciedad, desorden,
amontonamiento, almacén de cacharros y
cajas viejas que estorban.
Casi
el 90% de los archivos analizados tienen fallas y carencias graves de procedimientos, de equipos, de local y de
personal. Estos elementos son la base indispensable para que puedan cumplir por
lo menos parcialmente sus funciones fundamentales.
De
los diecinueve (19) archivos censados e inspeccionados, solo en uno se expresó
la posibilidad de digitalización (ya el Concejo
Municipal de Valencia ha digitalizado las actas del Cabido colonial.
Solo tres poseen condiciones mínimas de resguardo, en los cuales el personal
poseía cierta capacitación en materia de archivo, allí las condiciones de del
local, equipo y material eran adecuados y la información solicitada era
conseguida al momento. En otras tres el personal no tenía ningún tipop de
capacitación en la materia, en esos archivos la desorganización era total. En
cuanto al local y los equipos eran los que estaban en peores condiciones. Y en
los doce restantes el conocimiento empírico del personal, dejaba traslucir su
vocación de servicio y espíritu de trabajo, por lo cual
el estado de los documentos, del equipo, del mobiliario, del local, si bien no
es el adecuado, por lo menos hay un
personal tratando de resguardar la documentación. Aunque el material está
parcialmente organizado, la capacidad de respuesta es medianamente buena. Lo
que deja traslucir que si al personal se le adiestra, aunque sea, en las
nociones fundamentales archivística, eso repercutiría positivamente en las condiciones de funcionamiento del archivo.
Con la capacitación del personal, los procedimientos de organización, de
recuperación y la conservación mejorarán.
Como
es sabido, lo que compone un archivo es el conjunto de documentos, sin importar
su fecha, su forma o su soporte material. Los generadores de un archivo son
cualquier persona física o jurídica, o sea, un individuo, una familia, un
organismo público o privado, o una parte de estos. El archivo se conforma
mediante el ejercicio de la actividad propia de esa entidad, que da lugar a la
tramitación de asuntos diversos, cuya plasmación se materializa en forma de
documentos. (Heredia, 1987).
Los
documentos se producen para cubrir diversas necesidades: en primer lugar, para
la gestión administrativa que, en el
caso de los organismos públicos, incluye la información a los ciudadanos,
después por el interés que puede ofrecer como fuente de información, para la
investigación y para la difusión cultural, aunque esto esuna consecuencia de
una finalidad.
Pero
no es suficiente para obtener información, con que sean documentos generados
por cualquier institución en el
desarrollo de sus funciones, además debe
ser conservada de forma organizada, respetando el orden según el cual fuesen creados, manteniéndolos
unidos por un vínculo necesario, deben ser conjuntos estructurales.
En
suma para que se pueda hablar de archivo, los documentos han de estar
organizados, su información recuperable y de fácil acceso para su uso. Además
de contener documentos, el término archivo designa otras acepciones, en cuanto
a su mobiliario, edificio y funciones. Constituyendo el acceso físico que está
relacionado con el acceso intelectual, ya que un horario cómodo y una buena
sala de trabajo, que estimulen la reflexión y la institución pasan a ser factores
importantes para la consulta. Así como también lo es la tecnología puesta al
servicio del usuario, que de hecho es
una manera de facilitar la conservación del material, evitando el manoseo
propio de los libros de investigación.
Además
el servicio de digitalización,
fotocopia, de correo electrónico, escaneo constituyen el único modo de
facilitar el acceso a distancia para un investigador que viva lejos
del archivo y que no esté en condiciones de viajar, por los problemas del
horario de trabajo. O aquellas atinentes al tiempo de traslado en el Estado
Carabobo, por las vías cada vez más congestionadas, que hacen perder a un
investigador tiempo muy valioso que podrían dedicar al estudio de la
documentación.
Las
distancias que hay desde Valencia hasta los diferentes municipios, que
conforman el Estado Carabobo más el tiempo que
tarda el personal del archivo en conseguir la documentación solicitada,
se puede entender el grado de
frustración que enfrenta un investigador, cuando tiene que ir a hacer un
trabajo de cualquier índole, y se
consigue con el problema de la desorganización imperante en los diversos archivos del
Estado. Por lo valioso del tiempo del investigador, el grado de respuesta del
personal de archivo se debe optimizar
para que su movilización no sea en vano y le sea lo más provechoso posible.
Ante
lo anteriormente expuesto se puede observar que en nuestro país y en nuestro
estado se le ha dado poca importancia a la conservación de documentos
históricos. En un simple recorrido por archivos universitarios, gubernamentales
y aun de empresas privadas, se encuentra el mismo descuido: montaña de cajas de documentos, almacenados
sin ningún orden, ni identificación, carcomodidos por la humedad e insectos bibliófagos
y de depositados en el rincón más lúgubre e inhóspito . A pensar de esta
desidia en nuestra archivística se han
conservado documentos importantes
y con ellos se ha hilado la historia de Venezuela, del Estado Carabobo y
de las universidades. En los actuales tiempos las tecnologías de la información
y la comunicación permitieran la conservación del acervo documental.
Podemos
afirmar que la conservación documental
no es un hecho casual, nace de la necesidad de gestionar de forma íntegra y
legal la memoria de una persona o colectividad, y por lo tanto la documentación
interna, de las instituciones, organismos e individuos,
Con
el desarrollo de las ciencias sociales, los archivos, pasan a convertirse en la
materia prima necesaria para reconstruir
los sistemas sociales que la generaron. Los grandes archivos nacionales
surgen al servicio dela historia nacional y regional, no del funcionamiento
administrativo. En Venezuela debería
existir en cada Estado un archivo
central estatal que cumpla con todas las funciones inherentes a la conservación
documental, para su posterior puesta al
servicio de investigadores e historiadores.
Los
organismos competentes del Estado Carabobo han de pensar seriamente en salvar
la documentación histórica que corre el riesgo de perderse por la situación tam
deplorable de muchos de los repositorios documentales
existentes. Deben recoger la información básica sobre los documentos relativos
a cantidad, formato y tipo, ubicación, estado físico e instituciones en que se
depositan. Además de prestar asistencia técnica archivos privados a través de una Red Estatal de Archivos a
conformarse en uh futuro. Debe aplicar la gestión documental en aras del logro
de la economía, de la eficacia en el establecimiento, conservación. Uso y
destrucción de los documentos durante su acto vital, que corresponde su
evolución a partir de la creación del documento hasta ser archivado o destruido
definitivamente.
Desde
el ámbito jurídico se tiene que. El 13 de
octubre de 1995, el Ejecutivo Regional dio el ejecútese a la Ley de Archivos del Estado Carabobo, la cual había
sido promulgada el 27 de junio del mismo
año. La creación de la Ley prometía un
cambio singular en los archivos del estado, parecía ser que la
conciencia de conservación y organización del importante acervo cultural y
documental histórico había alcanzado
llegar, hasta la alta jerarquía gubernamental, de allí a convertir a Carabobo
en el Estado piloto de preservación
documental, como se vaticinó m, había sido solo un paso.
El
Cronista de la ciudad de Valencia Guillermo Mujica Sevilla (1995), expresó: “el
proyecto, además fue considerado en el Encuentro de Centros de Historia, en el
que pudo ser conocido y discutido por
las personas interesadas. Por otra parte
se tomó en cuenta la Lay de Archivos Nacionales” (El Carabobeño: 14-01-1995).
En
el mismo Diario, El Arzobispo de Valencia,
para la época. Monseñor Jorge Urosa, expreso que; la Ley ha sido
notablemente mejorado, se han eliminado
algunas aristas de orden constitucional, legal y formal, por lo que se va a
contar con una buena Ley de Archivos, para el estudio y conservación de la
Historia de Carabobo.
Como
se ha podido observar dicha Ley creo muchas expectativas no solo entre notables
personalidades del Estado, sino también en los
diferentes archivos y repositorios históricos del mismo, ya que el
Ejecutivo del Estado a través de la Dirección de Archivo General contempla la
participación de todos los sectores culturales, políticos, económicos y
sociales, a los fines de desarrollar el acervo histórico del Estado. Los
diferentes archivos conformarían, según la Ley, una Red Estatal, con sede
cónsona, presupuesto y personal capacitado.
A
pesar de haber sido promulgada la Ley de Archivos, su aplicación ha sido
prácticamente nula debido al poco avance que en materia de archivo se ha
realizado. La Red de Archivos no se ha podido establecer ya que los archivos
municipales siguen igual de legajos y olvidados, en locales no apropiados para
el valioso del fondo documental que aduras penas tratan de preservar. Los factores
inherentes a la destrucción documental siguen presentes, los documentos siguen
carcomiéndose en los estantes y piso, sin la debida gestión documental ofrecida en la Ley. El recurso
humano sigue a la espera de los cursos de capacitación archivística y el
asesoramiento oficial ofrecido.
La
difusión del acervo documental es prácticamente inexistente. A pesar de uqe la
Ley contempla los recursos económicos necesarios por la realización de la Red
Estatal de Archivos como
lo establece su artículo 10. En su articulado 26, no solo reitera los fondos provenientes de la ley de
presupuesto, sino que menciona también
la consecución de una sede, la capacitación del personal, los equipos
apropiados y hasta el mobiliario adecuado, todos ellos elementos fundamentales
para la correcta preservación documental.
De acuerdo a los aspectos
cuantitativos: El fondo documental del Estado está comprendido por;
el conjunto de documentos, producidos y recibidos en su gestión administrativa,
por todos los organismos y dependencias de los poderes ejecutivos y
legislativos del Estado. Así como los que reciba en guardia y custodia por
acuerdos celebrados con institutos autónomos, empresas del Estado o archivos
privados de cualquier naturaleza.
Lo
anterior da una idea de la enorme empresa que resulta gestionar tal cúmulo de
documentos y la responsabilidad inaplazable de acometer la salvaguarda de la
documentación histórica que amerita un tratamiento especial por parte de
personal especializado, debido al
deplorable estado en que se encuentra. Esta prevención va aunada a la construcción de locales funcionales,
especialmente diseñados para el resguardo de la documentación histórica.
III. Censo de repositorios históricos de Carabobo. Año 1997.
3.1.1.
Archivo Histórico Concejo Municipal
Bejuma (Adscrito a la Secretaria de la Cámara).
Ubicación: Avenida Sucre con Urdaneta, Plaza Bolívar. Casa de la
Alcaldía.
Su
Fondo Documental data de 1842 – 1902
(archivo histórico). 1902 – 1991 (archivo general). Compuesto de documentación
militar, administrativa civil. 112 cajas y 20 carpetas.
El
Archivo Histórico está en la plata baja. Al final del pasillo, al frete de los
baños, en tres vitrinas están 20 carpetas, la fecha de la documentación:
1842-1843-1849-1885, un libro de rentas 1894-1929. El archivo general está al
fondo de la edificación, en el estacionamiento, en un pequeño depósito con
material de limpieza. Allí se encuentran 112 cajas colocadas en estantes de
metal, que datan de 1918 a 1991. Este archivo no está a disposición de los
investigadores. El personal no está capacitado en labores de archivos
3.1.2.
Registro Subalterno de Bejuma: En su fondo documental se conservan
documentación desde 1864 hasta 1997. El tipo de documentación es administrativa,
civil y comercial. Noventa metros lineales de documentación. Se necesita autorización del
Registrador para consultar el lapso 1864 -1930-.
3.2. Carlos Arvelo: Superficie 835 km². Población (2011). 162.920 habitantes.
3.2.1.
Archivo del Concejo Municipal de Güigüe. Adscrito a la Secretaría de la Cámara.
Avenida Ávila al frete de la plaza Ávila. Fondo documental: 1936 – 1970 – 1996. 79 cajas
100 legajos.
La
documentación histórica está en el mismo lugar que el archivo general, el cual
funciona en condiciones de hacinamiento en un espacio muy pequeño. La iluminación
artificial es deficiente. Los libros de sesiones están en estantes adosados a la pared, tiene
puertas corredizas. El personal no tiene capacitación en materia de archivos.
El Concejo Municipal fue creado en 1917, cuando fue creado el Distrito Gómez,
pero la fecha de 1917 a 1935 (año de la
muerte del dictador) desapreció. Por tal motivo la documentación se inicia en
1936 hasta la fecha.
3.2.2.
Registro Subalterno de Güigüe. Fondo documental a partir de 1917.
Documentación: judicial, administrativa, civil y comercial. Funciona en un local comercial, con iluminación natural y
artificial. El mobiliario es de metal. El personal posee el conocimiento mínimo
necesario en materia de conservación de archivos.
3.3. Guacara. Superficie:
320 km². Población: 147.733 (2011).
3.3.1.
Archivo Histórico del Concejo Municipal: Adscrito a la Secretaria de la Cámara.
Ubicado en la casa del concejo. Fondo documental: 1900 – 1967.
El
archivo está en las oficinas administrativas de la Cámara, en un estante de metal
con puertas, sin ningún orden, no está al acceso de los investigadores. El
personal no posee en mínimo conocimiento de manejo de fondos documentales.
Existen
los siguientes libros: de matrimonio 1909 – 1967. Están desaparecidos
1910-1913, 1915-1920, 1928.1937. El resto del archivo denominado “muerto” está en un pequeño deposito en completo
desorden.
3.3.2.
Registro Subalterno de Guacara. Fondo documental a partir de 1865 hasta la
fecha. Está ubicado en una oficina espaciosa, con buena iluminación tanto
natural como artificial. El mobiliario es de archivadores y estantes de metal. El personal posee el
conocimiento mínimo en el manejo de fondos documentales.
3.4. Montalbán. Superficie
107 km². Población: 24 908 (2011)
3.4.1.
Archivo histórico del Concejo Municipal de Montalbán. Avenida Pérez Carreño al
frente de la Plaza Bolívar. Casa del Concejo Municipal. La instalación del
Concejo Municipal fue en 1836, pero,
el Fondo documental es a partir
de 1903, Compuesto por cuatro metros lineales de
documentación. Documentación civil.
En
la casa del Ayuntamiento, en una oficina pequeña, funciona el archivo, tiene
iluminación natural y artificial. La ventilación es natural. El mobiliario es
de madera. El acceso a la documentación es previo a una entrevista con el
cronista. El personal tiene conocimientos mínimos de archivos.
3.4.2.
Registro Subalterno de Montalbán. Fondo
documental a partir de 1803. Documentación judicial, civil, administrativa y
comercial. Funciona en una casa, en la cual el archivo ocupa dos habitaciones,
la iluminación es deficiente; tiene poca iluminación y no posee aire
acondicionado. El mobiliario consiste en estantes laterales de metal. El
personal posee conocimientos mínimos de manejo de fondos documentales.
La
documentación es a partir de 1803 hasta finales del siglo está en un estante,
conformado por 15 legajos. Y a partir de 1937 hasta la actualidad en libros
empastados.
3.5. Puerto cabello. Superficie:
729 km². Población: 203.859 (2011).
3.5.1.
Archivo histórico de la Fundación Ramón Díaz Sánchez. Adscrito a la Fundación
Ramón Díaz Sánchez. Calle Zea, Plaza El Águila, Casa Guipuzcoana, frente a la
Capitanía de Puerto. Fondo Documental 1790- 1940. 27 metros lineales.
Documentación militar, administrativa y civil. El personal tiene conocimientos
de manejo de fondos documentales. La documentación se puede consultar por
investigadores previa solicitud por escrito al Cronista.
El
archivo funciona en el segundo piso de la Casa, en la oficina del Cronista. La
Casa Guipuzcoana fue declarada Monumento Nacional en 1978.Su construcción data
aproximadamente de la tercera década del siglo XVIII., sirvió para depósito,
oficinas y vivienda del Factor de la Compañía.
La
iluminación es óptima, tiene aire acondicionado. El mobiliario consiste en cuatro estantes de metal más dos de metal
y vidrio en los cuales la documentación está organizada en carpetas y libros
encuadernados. Comienza desde 1790 hasta 1940. Existe un índice publicado por
la Academia Nacional de la Historia de la seria “Archivos y Catálogos, Nº 6
(1987). Cuyo compilador es Miguel Elías Dao. La documentación originaria del
Concejo Municipal fue rescatada del sótano del Teatro Municipal de Puerto
Cabello por el Sr. Dao.
3.6. San Diego. Superficie: 275 km². Población:
122,893 habitantes (2011).
Registro
Subalterno Segundo. Centro Comercial Big Low. Locales 13 al 19. Fondo documental a partir de 1975 hasta la
fecha. El local es bastante amplio, con aire acondicionado y buena iluminación.
Los documentos están clocados en archivos archimovil. El personal conoce las
normas mínimas de manejo documental. El circuito dos, fue creado en el año de 1975, para atender el Sur de Valencia en las
zonas comprendidas entre Santa Rosa, Candelaria, Los Guayos, San Blas,
Independencia, Miguel Peña, Rafael Urdaneta y Negro Primero.
3.7. Valencia. Superficie: 2.323 km².
Población: 917.999 (2011).
3.7.1.
Archivo María Clemencia Camarán. Fundación Lisandro Alvarado. Casa de los Celis, avenida Soublette con
calle Comercio.
Fondo
Documental: desde 1800 a 1900. Tiene parcialmente organizada la documentación
civil, comercial, administrativa. El archivo funciona desde 1970, en la Casa de
los Celis, la cual es parte del Patrimonio Histórico de la Nación. La casona es
sede del Instituto de Antropología e Historia del Estado Carabobo, bajo el cual
funciona el Museo Histórico de la ciudad de Valencia.
El
archivo ocupa dos salas, una para las labores de atención al público y consulta del usuario y en la otra se
realiza las labores de clasificación cronológica de los documentos y se utiliza
de depósito. El local resulta inadecuado para la `preservación documental, no
cuenta con equipos contra incendio. La casa presenta problemas de humedad. La
iluminación artificial es deficiente y la
natural se recibe a través de las ventanas, que cuando se abren para
verificar el ambiente, deja pasar el polvo y el humo producido por los
vehículos, ya que la calle es muy transitada y además el ruido del parque
automotor perturba a investigadores y personal que labora en dicho museo. El
mobiliario es mayormente de metal. Los
documentos se encuentra en cajas identificadas por año. Y para la fecha se han
encuadernado 40 tomos. El personal conoce las normas mínimas de conservación y
manejo del fondo documental.
3.7.2.
Archivo Central de la Administración Pública Regional. Fondo documental: desde
1900 hasta 1970. Se compone de Gacetas del Ejecutivo del estado Carabobo en
orden cronológico, para la época ubicado en la sede de la Biblioteca Feo la
Cruz. En el antiguo oncológico de Valencia (calle Soublette, se encuentra un
fondo documental de 1935 a 1980. Existe otro archivo denominado Archivo General
de Almacenamiento con fechas límites 1985-1997.
3.7.3. Archivo Histórico del Concejo Municipal.
Adscrito a la Oficina del Cronista. Concejo Municipal Zona Industrial., avenida
Henri Ford, Centro Rómulo Betancourt, 3er. Piso. Oficina de Acervo Histórico.
Fondo
Documental: 1636 – 1946.
El
espacio es muy pequeño, conformado or tres cubículos. Los documentos que se
encuentran en este recinto están todos encuadernados. El resto de la
documentación está ubicada en la planta baja. La iluminación es artificial y
tiene aire acondicionado. El mobiliario está compuesto de estantes de formica.
El personal conoce las normas mínimas de manejo y conservación del fondo. La
documentación está encuadernada conformando ochenta y siete (87) volúmenes, que
abarca desde 1636 hasta 1945. Los documentos de 1945 a 1970 se encuentran en el
Archivo General en legajos y cajas
3.7.4.
Registro Principal del estado Carabobo.
Fondo Documental: 1726 – 1970
Poseen
los libros duplicados de todos los registros subalternos, mercantiles y
prefecturas del Estado Carabobo. La documentación más consultada por el usuario
está en el cuarto piso, el resto se encuentra
ubicada en el quinto piso. El local está
abarrotado de documentación. Los estantes se doblan por el peso soportado. No existe
ninguna medida de prevención ni seguridad. La iluminación es insuficiente. No
tiene aire acondicionado. El personal tiene conocimiento de las normas mínimas de manejo de fondo
documental.
3.7.5.
Registro Mercantil Primero. Fondo documental a partir de 1903.
El
local es amplio, bien iluminado, con aire acondicionado. La estantería es de
metal. El personal tiene el adiestramiento mínimo de conservación y manejo de
fondo documental. La documentación está organizada cronológicamente: 1943 –
1974, y cuenta con un índice de consulta
3.7.6.
Registro Mercantil Segundo. Fondo Documental: 1979 – 1996, documentación comercial.
Debido a lo insuficiente del local, se nota a simple vista el amontonamiento de
los documentos. Cuenta con iluminación natural y artificial. El aire
acondicionado es insuficiente. El mobiliario es de metal, el personal posee
los conocimientos mínimos necesarios para atender el fondo documental.
3.7.7.
Registro Subalterno Primer Circuito. Documentación judicial, administrativa,
civil, comercial, eclesiástica no religiosa. el personal posee los conocimientos
mínimos de uso y manejo documental. La documentación está organizada cronológicamente,
siendo el documento más antiguo uno de
1836. Están en buen estado de conservación a excepción de los cuatro primeros tomos
que necesitan un tratamiento de conservación.
3.7.8.
Archivo Arquidiócesano. Fondo Documental: 1576 – 1592 – 1600 – 1970.
El
archivo funciona en las oficinas contiguas a la Cancillería,
al lado de la Catedral de Valencia. Solo hay acceso a una parte del archivo, en
la cual los investigadores pueden consultar, previa solicitud al Canciller, y
en presencia del encargado del archivo.
3.7.9.
Archivo Histórico de la Universidad de Carabobo. Adscrito a la Secretaría. Oficina del
Cronista. Fondo Documental: 1803 – 1904 – 1958 -1970.
Documentación académica. El espacio
es reducido. La documentación puede ser
consultada por los investigadores,
previa solicitud. La mayoría de la documentación están encuadernados,
resguardados en mobiliario de madera. El resto está en carpetas en orden alfabético cronológico.
CONCLUSIÓN
Al
concluir el Censo de Repositorios Históricos de Carabobo, como un primer
contacto o primer diagnostico solo existe una palabra: frustración. Nuestros
gobernantes y funcionarios en todos los niveles no tienen conciencia que
nuestro conocimiento histórico y nuestra memoria colectiva están forzosamente
ligados a las fuentes y donde se carece de ellas, organizadas aparentemente o
desorganizadas, no existe la
posibilidad para reconstruir el pasado, conocer nuestro presente y visualizar
el futuro.
Se
constató que el estado de la gran mayoría de los repositorios históricos no es
halagador, por cuanto se carece de edificios adecuados para que las sedes sean
funcionales. No reúnen las condiciones ambientales mínimas de temperatura,
ventilación y luz. No existen medidas de seguridad y no cuentan con los
implementos necesarios en caso de un
incendio o de accidentes por fenómenos naturales, menos para controlar la
contaminación ambiental.
Todo
lo anteriormente expresado demuestra la
necesidad, a nivel de exigencia,
la construcción edificios con las características arquitectónicas propias para la creación y funcionamiento de
un Archivo Central del Estado Carabobo, así como el acondicionamiento idóneo de
los demás archivos regionales (concejos, registros, iglesias entre otros).
Pero los hechos y las realidades
demuestran que tenderemos que seguir esperando, porque es evidente la falta de
una conciencia documental y archivística, en las capas medias y superiores de
la administración pública.
La
solución inmediata y perentoria, para preservar la memoria colectica es la
urgente digitalización de todos los archivos históricos de Carabobo presentes
dentro del territorio del Estado y fuera de él.
REFERNCIAS.
Briceño P, Mario (1985). La Archivología como ciencia y otros apuntes. Caracas. Biblioteca venezolana de Historia.
Concejo Municipal de Valencia 1943-1945. Boletín Histórico. Director Ulrich Leo. Valencia. Publicaciones del concejo Municipal.
Concejo Municipal de Valencia 1970-1977. Actas del Cabildo de la Nueva Valencia del Rey. Volúmenes: I_II_III_IV. Valencia Publicaciones del concejo Municipal.
Ejecutivo del estado Carabobo (1982). Boletín del Archivo Oficial. Valencia, Año I, Número I, enero.
Galindez, Luisa. (1990) Historia de Valencia 1901-1950. Valencia. Editorial EGN Comunicaciones.
Galindez, Luisa (1991). Historia de Valencia. Siglo XIX. Segunda edición. Colección Historia Nº 13. Valencia. Ediciones del ejecutivo.
Guerra, Rafael S.
(1964). Historia del ayuntamiento Valenciano. Valencia Ediciones del Concejo
Municipal.
Heredia, A (1987). Archivística General. Sevilla. Diputación provincial. Material mimeografiado.
http://www.notitarde.com/Valencia/Archivo-historico-del-estadoCarabobo-sera-digitalizado-2519640/2015/10/05/658263/
Heredia, A (1987). Archivística General. Sevilla. Diputación provincial. Material mimeografiado.
http://www.notitarde.com/Valencia/Archivo-historico-del-estadoCarabobo-sera-digitalizado-2519640/2015/10/05/658263/
Hola, mi nombre es Luisa Henríquez. Tengo meses buscando información en internet sobre el prócer de la independencia, Coronel George Woodberry, inglés. Él vivia en Güigüe, fue donde le dieron tierras. Vivo en Cádiz, España por eso me es imposible buscar in situ. Los archivos de Güigüe que están en FamilySearch sólo llegan hasta 1873, no hay más antiguos. Estoy buscando sobre cuándo y dónde murió y dónde está enterrado y quién era su esposa. Esta información la busca un historiador inglés para editar un libro, otro, de este prócer, el cual también luchó en Europa y lo utilizan de referencia para los libros relacionados sobre Napoleón y Waterloo. Él escribió diarios militares entre 1812 y 1818. Cuando llegó a Venezuela siguió escribiendo mientras estuvo en servicio militar activo. Estuvo bajo el mando de Urdaneta, Páez. Amigo personal de Guillermo Smith y Uzlar. Soy descendiente de él y mi familia desconoce esta información. Probablemente, creemos, murió en Valencia. Me puede ayudar, por favor, si sabe de este prócer??
ResponderEliminarMi correo es luisahenriquezguerra@gmail.com
Hay un trabajo de Carlos Jurado Pérez, titulado: "Tras la huella del Coronel George Woodberry. En el Boletin de la Academia Nacional de la Historia: 2001. Vol. 84. Nº 335. Julio-sewptiembre.
EliminarHacienda Pedernales y sus fichas.
EliminarEstaba ubicada cerca de la población de Güigüe, y era Propiedad de Francisco de Padua Hernandez Hurtado de Mendoza y Mercedes Woodberry Hidalgo, y se dedicaba a la explotación de caña de azúcar.
Revisando la biografía del prócer de la independencia George Woodberry encontramos la siguiente reseña: “… La Hacienda que estaba situada a 39 kilómetros de Güigüe, fue la que expropió Juan Vicente Gómez, cuando la vio, le encantó y envió un cheque y orden de siete días para desalojar la Hacienda sólo con la ropa, eso es lo que cuentan.
Fue anexada a la Hacienda El Trompillo, que fue propiedad primero de don Antonio Pimentel y luego de Gómez. En esa época en la Hacienda Pedernales se sembraba caña de azúcar, y distaba como tres kilómetros de Villa de Cura hacia San Juan de los Morros y en ella hay unas minas de cobre llamadas Piedras Negras, sobre el rio Tucutunemo.
La hacienda, fue premiada en París por sus excelentes rones en 1889. Cuenta el mismo cronista de Güigüe... “En relación con éste mismo tema le informo lo siguiente, el sitio donde existió la Hacienda PEDERNALES, fue transformado en un pequeño caserío aledaño a otro más grande donde existió la hacienda El Trompillo.
La hacienda Pedernales es un sitio emblemático para los güigüenses, porque allí nació en 1786 el Sacerdote y Doctor José Cecilio Ávila, prócer de nuestra independencia.
En el Juzgado del Dtto. Girardot, existe una escritura del año 1926, referente a la compra que le hace el Gral. Juan Vicente Gómez a Francisco de Padua Hernández de una hacienda de café caña denominada "PEDERNALES" por Bs. 2.000.000, no es raro que dicha venta se haya hecho como usted lo insinúa, bajo presión del Dictador....”.
La Hacienda emitió fichas en Cupro Nikel de forma circular, canto liso, con valores de 2, 1, ½ y ¼ Reales, con dos fechas de emisión, 1897 y 1902.