Autor: Luis Rafael García
Jiménez
MORIN Y SU PENSAMIENTO
Edgar Morin con noventa y cinco (95)
años de edad, se ha consagrado en los últimos años a la búsqueda de un método apto para
reemplazar el reto de la complejidad que no solo se impone en el conocimiento
científico, sino también en los problemas humanos, sociales y políticos.
Recuérdese cuando expresa: “lo que
enseña a aprender, eso es el método” (1981 b, p.35). El reto de la complejidad
y de la incertidumbre están presentes, pero, ni Morin ni el reto de los
mortales saben qué pasará mañana, porque: “la historia mundial ha reanudado su
marcha traqueteante, corriendo hacia un futuro desconocido mientras se vuelve
hacia un pasado desaparecido” (1993, p. 31). Aunque se diga que mucha gente vive
en el pasado o que todo pasado fue mejor, es necesario recordar el
planteamiento expresado por Moradiellos:
El pasado, por definición no existe, es tiempo finito, perfecto acabado y como tal incognoscible, porque no tiene presencia física actual o material. De ahí deriva la imposibilidad radical de conocer el pasado tal y como realmente fue y la consecuente incapacidad para alcanzar una verdad absoluta sobre cualquier suceso pretérito. (1994, p. 7).
La historia, vista como una
disciplina, es escritura, ello quiere decir que el pasado no es una cosa sino
una relación. De acuerdo con Habermas (1988) el conocimiento del pasado por su
propia naturaleza marca la disolución de la unidad tradicional entre historia
viva e historiografía(es un discurso especializado que el presente hace del
pasado), es decir, señala la fractura irreversible del proceso histórico vivido
como tradición operante.
A los efectos del presente Trabajo de Ascenso se analizará la obra de Morin desde la década
de los setenta del siglo pasado hasta la actualidad, haciendo hincapié en sus planteamientos sobre la complejidad. Como es sabido, en esta
segunda etapa Morin inaugura un nuevo campo de investigación conociendo la
complejidad de los sistemas y lejos de buscar la unidad de las ciencias,
destaca la importancia de la noción de desorden. Los elementos constitutivos
del pensamiento complejo son:
La complejidad:
Cuando se dice
que algo es complejo, se reproduce la imagen de algo complicado en
extremo, en un asunto difícil de enmarcarlo. Pero en otros tiempos a nadie le
pasaría por la mente que la complejidad llegaría a las ciencias. En las denominadas “ciencias duras” cuando definen
la complejidad incluyen la expresión “al filo del caos”; la idea básica según
Horgan (1998):
Es que nada nuevo puede emerger de sistemas con elevados grados de orden y estabilidad, como, por ejemplo, los cristales; por otra parte, los sistemas completamente caóticos, o aperiódicos, como por ejemplo, los fluidos turbulentos o los gases calientes, son denominados informes. Las cosas verdaderamente complejas – las amebas, las acciones bursátiles y otros ejemplos por el estilo – se producen en la frontera entre el orden rígido y el azar. (p.252).
Morin (1994) expresa que la
idea fundamental de la complejidad no es que la esencia del mundo es compleja y
no simple. Es que esa esencia es inconcebible. La Complejidad es la dialógica
orden/desorden/organización (1994). La complejidad es la unión entre la unidad
y la multiplicidad (1999 b). La idea misma de complejidad, señala Morin (1994),
lleva en si la imposibilidad de
unificar, la imposibilidad de logro, una parte de incertidumbre, una
parte de indecibilidad y al
reconocimiento del encuentro cara a cara, final, con lo indecible (1994).
Principios básicos de la
complejidad:
Lo dialógico:
Une dos nociones que deberían excluirse entre si pero
que son indisociables en una misma realidad (orden-desorden). Permite asumir
“racionalmente” la inseparabilidad de nociones contradictorias para poder
concebir un mismo fenómeno complejo.
Permite
mantener la dualidad en el seno de la unidad, asocia dos términos a la vez
complementarios y antagónicos. Se puede afirmar que la dialógica esta inmersa
en el diálogo constructivo y deconstructivo
y que ella es una media hija de la dialéctica. Puesto que hay una
complementariedad entre dos realidades
que son, al mismo tiempo, antagónicas. Por ejemplo, hay una relación dialógica
entre los principios de orden y desorden y, entre ambos, producen organización
y complejidad. Morin (1994) expresa: “En la muy alta complejidad, el orden se
vuelve libertad, y el desorden es mucho más regulación que restricción. Por lo
tanto, he modificado mi punto de vista y, una vez más, lo he modificado
complejizándolo” (p. 151).
Recursividad
organizacional:
Un proceso recursivo es aquel en el cual los productos
y los efectos son el mismo tiempo causa y efecto y productores de aquello que
produce. La idea recursiva rompe con la idea lineal de causa-efecto de
producto-productor,
estructura-superestructura. Es decir, sería aquella en la cual los
productos y los efectos, al mismo tiempo o simultáneamente, causas y
productores de aquel que los produce. Todo lo que es producido regresa sobre
aquello que lo ha producido en una especie de ciclo continuo, asimismo
auto-organizador y auto-productor. La
recursividad sería una especie de bumerán, estableciéndose un ciclo:
productor-efectos-causas-productor.
Lo Hologramático:
En un holograma físico el menor punto de la imagen
contiene casi la totalidad de la información del objeto presentado. La idea del
holograma trasciende el reduccionismo que no ve más que el todo.
No solo la parte está en el todo sino que el todo está
en la parte. Así como la localidad está en lo nacional y lo nacional en la
localidad o la globalidad en lo nacional y lo nacional en la globalidad.
El Principio Sistémico:
El todo es más que la suma de las partes, y también es menos que la suma de las partes, cuyas
cualidades están inhibidas por la organización del conjunto.
El pensamiento
sistémico es una base para el entendimiento, una base para el
pensamiento complejo que va más allá de
la noción de sistema. El sistema significa relaciones entre los elementos de
naturalezas diversas que son conectadas en una organización, a partir de la
cual se produce lo que se puede llamar emergencia, cualidades nuevas y también situaciones sobre
las cuales cualidades de las partes. Es necesario un pensamiento que haga las
conexiones de las partes, que haga la conexión de lo global con lo local, es
decir, un pensamiento que relaciones el todo con las partes y las partes con el
todo. (www.iadb.org/etica).
El Principio del Bucle Retroactivo:
La causa actúa sobre el efecto y el efecto sobre la
causa; es wel mecanismo autoregulador.
El Principio del Bucle Recursivo:
Es el referido a las nociones de autoproducción y de
autoorganización (reproducción).
Principio de Autonomía/Dependencia
(auto-eco-organización):
La autonomía y la dependencia resultan inseparables,
ya que la autoorganización siempre está
acompañada de elementos que dependen del entorno.
La complejidad no sólo
impedirá toda teoría unificadora sino que reconoce la imposibilidad de eliminar
la incertidumbre, lo irracionable, la
contradicción y el reconocimiento de lo
irreductible. La complejidad no sería la respuesta, ella es un desafío
cognoscitivo.
En resumen, Morin expresa
que la complejidad es la unión de los procesos de simplificación que implican
selección, jerarquización, separación, reducción, con los otros contra-procesos
que implican la comunicación, la articulación de aquello que esta disociado y
distinguido; y es el escapar de la alternativa entre pensamiento reductor que
no ve más que los elementos, y el pensamiento globalista que no ve más que el
todo. (Morin, 1983 b).
La ciencia:
En la
actualidad la mayoría de los estudiosos del tema coinciden en definir a la
ciencia como: a) una forma de conciencia social. b) como un conjunto
sistemático de conocimiento sobre la realidad observable, obtenidos mediante el
método de investigación científica.
La ciencia desarrollada desde el siglo XIX hasta la
actualidad, ha sido una ciencia donde el dogma principal es la necesidad de
separar las disciplinas, de especializar el saber en pedazos convirtiendo de
este modo el pensamiento en un conocimiento
fragmentado. Por tal motivo es necesario desarrollar una nueva ciencia sistémica o de agrupación.
Siguiendo a Morin se tiene que conocer es: producir una traducción de
las realidades del mundo exterior
(1994), ya que para él, la sabiduría es reflexiva y el conocimiento científico
organizador.
Pero la definición de
ciencia que más interesa resaltar acá, por ser arquetipo de la
modernidad, es la planteada por Konstantinov (1960) cuando expresa que: la
ciencia descubre las leyes del mundo objetivo y da, al hacerlo, la posibilidad
de prever los acontecimientos, sirviendo así de instrumento para someter las
fuerzas de la naturaleza y de la sociedad a los intereses de éste.
Para Morin no existen tales
leyes, el conocimiento no consiste en absoluto, en limitarse a extraer leyes;
dichas leyes son extremadamente pobres y comportan tantas incertidumbres que su
legalidad está apolillada (1984).
La ciencia ha tratado hasta
el presente de eliminar todo lo que fuera individual y singular; para buscar
leyes generales y las identidades simples y cerradas, expulsadas incluso al
tiempo de su visión del mundo. Las ciencias naturales se han ido parcelando y
han dado lugar a un lamentable
atrincheramiento académico. Hasta en una
misma disciplina existen híper-especialistas.
... es preciso dejar de soñar con una ciencia pura, una ciencia liberada de toda ideología, una ciencia cuya verdad sea tan absoluta como la verdad del "2 + 2 = 4", es decir, una ciencia " verdadera" de una vez por todas; por el contrario, es preciso que haya conflicto de ideas en el interior de la ciencia, y la ciencia comporta ideología. No obstante, la ciencia no es pura y simple ideología, pues, animada por la obsesión de la objetividad, traba un comercio permanente con el mundo y acepta la validez de los observadores y experimentadores, cualesquiera que sea su raza, color, opiniones, etc. Si, en efecto, la ciencia traba un comercio particular con la realidad del mundo de los fenómenos, su verdad en tanto que ciencia no reside, sin embargo, en sus teorías, sitio en las reglas del juego de la verdad y del error (1984, p. 283).
En cuanto a las ciencias
humanas, Morin observa que ellas están también compartimentadas: historia,
sociología, economía, psicología, ciencias de lo imaginario, mitos y creencias,
sólo se comunican en algunos investigadores marginales. (1999 a). Además agrega
que la complejidad científica es la presencia de lo no científico en lo
científico, que no anula a lo científico, sino que, por el contrario, le permite expresarse. (1994).
El desarrollo de la ciencia
sigue este sorprendente principio: jamás se encuentra lo que busca. Más aún, se encuentra lo contario de lo que
busca (1994), y citando a Gaston Bachelard: No hay otra ciencia que la de lo
oculto. Como se recordará, Bachelard entendió la ciencia como una actividad
poética para la cual no existe una lógica o un método de investigación
obligados (1978).
La ciencia nueva (Sciencia Nuova):
La ciencia tanto natural como humana siempre se ha planteado la relación
objeto y sujeto y esa relación se ha cubierto con el manto de la objetividad, en donde el dato cuantitativo es
indiscutible, tomando como el máximo criterio de autoridad. Una vez obtenidos
los resultados, pasados por el crisol de la razón, se busca su validez universal y que sea
comprobada por cualquier investigador en cualquier parte del mundo. Estos
fundamentos de la ciencia desarrolla desde el
siglo XVIII y mantenida hasta ahora le está dando paso a la ciencia
nueva plateada por Morin, de ella dirá:
Ya sea microfísica, en teoría de la información, en la historia o en la etnografía, se hace evidente que el objeto investigado ha sido construido por el observador, que siempre pasa a través de una descripción cerebral y que está, aún no siendo ni con mucho un puro fantasma, conlleva un carácter de ambigüedad que sólo puede ser elucidado por medio de una descripción de la descripción (…) y una inscripción del descriptor. Se trata pues, de establecer el metasistema del sistema científico, en cuyo marco la nueva metafísica permitirá comprender mejor el formidable abismo que se abre entre ciencia y valores (ética), entre ciencia y finalidad (antropología), pero sin que, por descontado, consiga superarlo. (1974 b, p. 245)
La ciencia de la modernidad
cayó en el determinismo y en la búsqueda de leyes rígidas que explicaban de
manera normativa la realidad tanto natural como humana, la ciencia era sinónimo
de verdad absoluta. Para Morin, la ciencia nueva, en gestación, es aquella que
trabaja, negocia con el alea, lo incierto, lo imprecisos, lo indeterminado, lo
complejo (1984, p. 127), es decir, ella formaría parte inherente de la
incertidumbre.
Las disciplinas o lo disciplinario:
La disciplina
se puede ver como: Norma de conducta o conjunto de conocimientos.
La modernidad se ha
caracterizado por tener el conocimiento departamentalizado, cada quien en su rama, cada cual en su parcela.
En la presente modernidad tardía, ya no se habla de la independencia o
autonomía de las disciplinas, ya se habla y ya se trabaja en interdisciplinas,
pluridisciplinas y transdisciplinas,
que permitirán crear el intercambio, la
cooperación y la pluricompetencia.
Interdisciplina:
Quiere decir entre otras cosas, intercambio y
cooperación entre disciplinas; lo cual podría convertirse en algo orgánico.
Pluridiscilplina:
Constituye una asociación de disciplinas en virtud de
un proyecto o de un objeto común.
Transdisciplina:
Se trata con frecuencia de
esquemas cognitivos que pueden atravesar las
disciplinas, a veces con una virulencia tal que las pone en trance (1999
a). El Método:
Se
ha entendido por el método el conjunto ordenado de procedimientos que utilizados, bien para alcanzar un nuevo
conocimiento o para demostrar la “verdad” del mismo. El método guiaría y
orientaría la investigación científica, es decir, es un procedimiento que se sigue en las ciencias.
Etimológicamente, la
palabra método significa el caminar: “hay que aceptar caminar sin camino, hacer
camino al caminar” (Morin, 1981 b, p.36). Hace recordar al poeta Antonio Machado: “Caminante, no hay
camino/ se hace camino al andar/ Caminante, son tus huellas/ el camino y nada
más/ Al andar se hace camino/ y al volver la vista atrás/ se ve la senda que
nunca/ se ha de volver a pisar/ Caminante,
no hay camino/ sino estelas en la mar”. http://atlasdepoesia.blogcindario.com/2007/11/00222-proverbios-y-cantares-de-antonio-machado.html
El método y el objeto:
Para Morin no existe separación del método a su
objeto: El método procede y resulta del
objeto y su finalidad sería constituir un paradigma explicativo. Esto resulta
interesante en la historia, en donde el hombre es, a la vez, sujeto y objeto.
La revolución mental:
Para que las
ciencias, las disciplinas y los métodos entren en la ciencia nueva es
indispensable que iniciemos nuestra propia revolución mental; esto quiere decir
“dejar de estar sometidos a las órdenes,
mitos y creencias que emanan del Gran Ordenador
y se conviertan en sujetos del conocimiento: el espíritu individual se
permite considerar, reflexionar y pensar los problemas políticos, sociales,
religiosos, filosóficos a los que no
podía acceder” (1992, p.40).
La Totalidad:
La totalidad sería el conjunto de los elementos que
componen un todo. En Kant, es una de las
categorías del entendimiento. Síntesis de la unidad y de la pluralidad. Con
respecto a Hegel se tiene que fue sensible a la especificidad de cada figura
histórica y su diferencia de las demás, por ejemplo: “mundo griego”,
“mundo romano”, “mundo moderno” se presentan como totalidades coherentes en
si mismas. Lo que caracteriza su modo de totalización es el hecho de que todos
los niveles descubiertos por el análisis expresan un sentido idéntico: el
sentido del todo que los integra.
Cuando Carlos Marx, hace la objeción según la
cual el modo de producción no es siempre determinante, señala (1975) que él vio
en qué dificultad, e incluso en qué callejón sin salida le ponía esta exigencia
de unificar el campo teórico de lo social y de mantener la idea de totalidad
social y el hombre. Federico Riu (1978) cuando analiza el concepto de reificación en Lukács, expresa que: “La
importancia de la categoría de reificación estriba en que con ella es posible
mostrar el mundo capitalista como una totalidad dialéctica y sólo de este modo
llegamos a comprender sus fenómenos particulares, en lo que tienen de
específico, objetivo e histórico, es decir, como hecho social” (p.23).
Según expresión de Marcel
Mauss (1971), se trata de significar que la realidad social es como un fenómeno
social total; dicho fenómeno es a la vez
religioso, económico, estético, mágico entre otros, y que no puede ser
confundido ni explicado más que ha tomado en consideración estos diferentes
aspectos.
El funcionalismo descansa
sobre la definición de las sociedades como totalidades, conjuntos formados por
la trabazón de sistemas particulares.
En Morin, no se encontrará
una visión total o unitaria; plantea la necesidad de un pensamiento cuestionable,
multidimensional, inevitablemente fragmentario pero si abandonar jamás, por
ello, las cuestiones fundamentales y globales (planetario). Para Morin: “la
totalidad es la no verdad” (1984 – 1994), sentencia tomada en varias oportunidades de Theodor Adorno
(1994). Pero también expresa (1994) que la totalidad es verdad y no verdad: la
aspiración a la totalidad es una aspiración a la verdad y que el reconocimiento
de la imposibilidad de la totalidad es
una verdad muy importante: Por eso es que la totalidad es, a la vez, la
verdad y la no verdad.
La incertidumbre:
La ciencia
siempre estuvo amparada por la certidumbre, es decir, estaba segura en sus
parcelas o nichos. Sus resultados y sus leyes gozaban de certeza. Pero se han
presentado ausencias de fundamentos, es decir: Ésta destrucción de los fundamentos, propia de
nuestro siglo, ha llegado al conocimiento científico mismo (1994).
El paradigma:
Los sociólogos Merton y Parsons utilizaron el
término de paradigma de una manera implícita. Pero será Thomas Kuhn (1971) quien lo utilizará a partir de 1967,
con su teoría de las revoluciones científicas, ese término se popularizó
primero en las ciencias naturales y
luego en las ciencias naturales y luego en las ciencias humanas o sociales.
Para este autor, la elaboración teórica de un paradigma, tenía por objetivo
principal el de examinar críticamente el cambio de las prácticas científicas, a
través del rol de las funciones cognitivas y de
las influencias sociales e históricas. El paradigma sería entonces, la
manera como una comunidad científica o académica ve un área de estudio,
identifica problemas apropiados para el estudio y especifica conceptos
legítimos y métodos.
Para Morín, un paradigma es
un tipo de relación lógica (inclusión, conjunción, disyunción, exclusión) entre
un cierto número de nociones o categorías maestras. Un paradigma privilegia
ciertas relaciones lógicas en detrimento de otras, y es por ello que un
paradigma controla la lógica del discurso. El paradigma es una manera de
controlar la lógica y, a la vez, la semántica (1994). Un paradigma contiene,
para cualquier discurso que se efectúe bajo su imperio, los conceptos
fundamentales o las categorías rectoras de la inteligibilidad al
mismo tiempo que el tipo de relaciones lógicas de atracción, repulsión
(conjunción, implicación u otras) entre estos conceptos o categorías. (1992).
El Azar:
Es el elemento constitutivo de las realidades vivas y
de los seres vivientes, les transmite a
éstos la incertidumbre propia de la naturaleza. La naturaleza del azar es, en
efecto, incierta, ya que no podría ser refutada ni probada.
El azar siempre es relacionado con el juego, con un caso fortuito, con la
causalidad. El azar nunca estuvo presente en las ciencias, solamente cuando se
tomaba el azar una muestra estadísticamente representativa, pero hasta allí llegaba. De
acuerdo con Morin (1999 a) recién ahora
empieza a reconocerse el acontecimiento y lo contingente que,
paradójicamente, habían sido recuperados desde treinta años por la cosmología,
la física, la biología.
El evento:
Aunque cueste creerse en Venezuela y en la mayoría de los países
latinoamericanos (para no decir todos) utiliza el “evento” para invitar a los asuntos propios
de lo académico; así que se considera a
un congreso, seminario, coloquio, simposio como un “evento”. Ni siquiera
revisan el DRAE (1992) que señala: eventualidad, hecho imprevisto, o que pueda
acaecer. Aunque en honor a la verdad, en dichos actos uno nunca sabe lo que va
a pasar.
Morin utilizará la noción
de evento, para designar lo que es improbable, accidental, aleatorio, singular,
concreto, histórico. Dicho de otro modo, esta noción aparentemente simple, elemental, remite a otras nociones en
una noción compleja (1984). El evento ha sido expulsado de las ciencias
físico-químicas, así como también de la sociología
y la historia que tienden a ordenarse alrededor de leyes, modelos,
estructuras, sistemas. El evento fue expulsado de dichas ciencias en la medida que se han identificado con la
singularidad, la contingencia, el accidente, la irreductibilidad, de lo vivido.
Para Morin (1984), reconocer el evento no es solamente reconocer el alea (la
aventura) en la historia (del mundo, de la vida del hombre); es permitir el
estudio de las propiedades de los sistemas (bióticos, humanos, sociales), entre
ellas la aptitud para evolucionar.
Bibliografía.
Morin, Edgar (1972). El cine
o el hombre imaginario. Barcelona. Editorial Seix Barral.
Morin, Edgar (1973). Diario
de California. Madrid. Editorial Fundamentos.
Morin; Edgar (1974 a). El
hombre y la muerte. Barcelona. Editorial. Kairós.
Morin, Edgar (1974 b). El
paradigma perdido: el paraíso olvidado. Barcelona. Editorial Kairós.
Morin, Edgar (1976).
Autocrítica. Barcelona. Editorial Kairós.
Morin, Edgar (1981 a). Para salir del siglo XX. Barcelona. Editorial
Kairós.
Morin, Edgar (1981 b). El
Método I. La naturaleza de la naturaleza. Madrid. Editorial Cátedra.
Morin, Edgar (1983 a). Qué
es el totalitarismo. De la naturaleza de la URSS. Barcelona. Editorial
Anthropos.
Morin, Edgar (1983 b). El
Método II. La vida de la vida. Madrid.
Editorial Cátedra.
Morin, Edgar (1984). Ciencia
con conciencia. Barcelona. Editorial Anthropos.
Morin Edgar (1988). El
Método III. El conocimiento del conocimiento. Madrid. Editorial Cátedra.
Morin, Edgar (1992). El
Método IV. Las Ideas. Madrid. Editorial Cátedra.
Morin, Edgar y Anne B. Kern
(1993). Tierra Patria. Barcelona. Editorial Kairós.
Morin, Edgar (1994).
Introducción al pensamiento complejo. Barcelona. Editorial Gedisa.
Morin, Edgar (1995 a). Mis
demonios. Barcelona. Editorial Kairós.
Morin Edgar (1995 b).
Sociología. Madrid. Editorial Tecnos.
Morin, Edgar (1999 a). La
cabeza bien puesta: repensar la reforma. Reformar el pensamiento. Buenos Aires.
Ediciones Nueva Visión.
Morin, Edgar (1999 b). Los
siete saberes necesarios a la educación del futuro. Paris. Organización de la
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Tecnología.
Morin,
Edgar (2011). Sitio Web Oficial. www.edgarmorin.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario