domingo, 14 de agosto de 2016

MORIN Y SU PENSAMIENTO COMPLEJO, EXPRESADO EN SUS OBRAS FUNDAMENTALES

Autor: Luis Rafael García Jiménez

MORIN Y SU PENSAMIENTO  
            Edgar Morin con  noventa y cinco (95) años de edad, se ha consagrado en los últimos años  a la búsqueda de un método apto para reemplazar el reto de la complejidad que no solo se impone en el conocimiento científico, sino también en los problemas humanos, sociales y políticos. Recuérdese  cuando expresa: “lo que enseña a aprender, eso es el método” (1981 b, p.35). El reto de la complejidad y de la incertidumbre están presentes, pero, ni Morin ni el reto de los mortales saben qué pasará mañana, porque: “la historia mundial ha reanudado su marcha traqueteante, corriendo hacia un futuro desconocido mientras se vuelve hacia un pasado desaparecido” (1993, p. 31). Aunque se diga que mucha gente vive en el pasado o que todo pasado fue mejor, es necesario recordar el planteamiento expresado por Moradiellos:
El pasado, por definición no existe, es tiempo finito, perfecto acabado y como tal incognoscible, porque no tiene presencia física actual o material. De ahí deriva la imposibilidad radical de conocer el pasado tal y como realmente fue y la consecuente incapacidad para alcanzar una verdad absoluta sobre cualquier suceso pretérito. (1994, p. 7).
            La historia, vista como una disciplina, es escritura, ello quiere decir que el pasado no es una cosa sino una relación. De acuerdo con Habermas (1988) el conocimiento del pasado por su propia naturaleza marca la disolución de la unidad tradicional entre historia viva e historiografía(es un discurso especializado que el presente hace del pasado), es decir, señala la fractura irreversible del proceso histórico vivido como tradición operante.
         A los efectos del presente  Trabajo de Ascenso  se analizará la obra de Morin desde la década de los setenta del siglo pasado hasta la actualidad, haciendo hincapié  en sus planteamientos  sobre la complejidad. Como es sabido, en esta segunda etapa Morin inaugura un nuevo campo de investigación conociendo la complejidad de los sistemas y lejos de buscar la unidad de las ciencias, destaca la importancia de la noción de desorden. Los elementos constitutivos del pensamiento complejo son:
          La complejidad:
Cuando se dice  que algo es complejo, se reproduce la imagen de algo complicado en extremo, en un asunto difícil de enmarcarlo. Pero en otros tiempos a nadie le pasaría por la mente que la complejidad llegaría a las ciencias. En las  denominadas “ciencias duras” cuando definen la complejidad incluyen la expresión “al filo del caos”; la idea básica según Horgan (1998): 
Es que nada nuevo puede emerger de sistemas con elevados grados de orden y estabilidad, como, por ejemplo, los cristales; por otra parte, los sistemas completamente caóticos, o aperiódicos, como por ejemplo, los fluidos turbulentos o los gases calientes, son  denominados informes. Las cosas verdaderamente complejas – las amebas, las acciones bursátiles y otros ejemplos por el estilo – se producen en la frontera entre el orden rígido y el azar. (p.252).
         Morin (1994) expresa que la idea fundamental de la complejidad no es que la esencia del mundo es compleja y no simple. Es que esa esencia es inconcebible. La Complejidad es la dialógica orden/desorden/organización (1994). La complejidad es la unión entre la unidad y la multiplicidad (1999 b). La idea misma de complejidad, señala Morin (1994), lleva en si la imposibilidad de  unificar, la imposibilidad de logro, una parte de incertidumbre, una parte de indecibilidad  y al reconocimiento del encuentro cara a cara, final, con lo indecible (1994).
         Principios básicos de la complejidad:
 Lo dialógico:
Une dos nociones que deberían excluirse entre si pero que son indisociables en una misma realidad (orden-desorden). Permite asumir “racionalmente” la inseparabilidad de nociones contradictorias para poder concebir un mismo fenómeno complejo. 
 Permite mantener la dualidad en el seno de la unidad, asocia dos términos a la vez complementarios y antagónicos. Se puede afirmar que la dialógica esta inmersa en el diálogo constructivo y deconstructivo  y que ella es una media hija de la dialéctica. Puesto que hay una complementariedad  entre dos realidades que son, al mismo tiempo, antagónicas. Por ejemplo, hay una relación dialógica entre los principios de orden y desorden y, entre ambos, producen organización y complejidad. Morin (1994) expresa: “En la muy alta complejidad, el orden se vuelve libertad, y el desorden es mucho más regulación que restricción. Por lo tanto, he modificado mi punto de vista y, una vez más, lo he modificado complejizándolo” (p. 151). 
 Recursividad organizacional: 
Un proceso recursivo es aquel en el cual los productos y los efectos son el mismo tiempo causa y efecto y productores de aquello que produce. La idea recursiva rompe con la idea lineal de causa-efecto de producto-productor,   estructura-superestructura. Es decir, sería aquella en la cual los productos y los efectos, al mismo tiempo o simultáneamente, causas y productores de aquel que los produce. Todo lo que es producido regresa sobre aquello que lo ha producido en una especie de ciclo continuo, asimismo auto-organizador y auto-productor. La  recursividad sería una especie de bumerán, estableciéndose un ciclo: productor-efectos-causas-productor. 
Lo Hologramático: 
En un holograma físico el menor punto de la imagen contiene casi la totalidad de la información del objeto presentado. La idea del holograma trasciende el reduccionismo que no ve más que el todo.
No solo la parte está en el todo sino que el todo está en la parte. Así como la localidad está en lo nacional y lo nacional en la localidad o la globalidad en lo nacional y lo nacional en la globalidad. 
El Principio Sistémico:
El todo es más que la suma de las partes, y también  es menos que la suma de las partes, cuyas cualidades están inhibidas por la organización del conjunto. 
El pensamiento  sistémico es una base para el entendimiento, una base para el pensamiento complejo que va más allá  de la noción de sistema. El sistema significa relaciones entre los elementos de naturalezas diversas que son conectadas en una organización, a partir de la cual se produce lo que se puede llamar emergencia,  cualidades nuevas y también situaciones sobre las cuales cualidades de las partes. Es necesario un pensamiento que haga las conexiones de las partes, que haga la conexión de lo global con lo local, es decir, un pensamiento que relaciones el todo con las partes y las partes con el todo. (www.iadb.org/etica). 
El Principio del Bucle Retroactivo: 
La causa actúa sobre el efecto y el efecto sobre la causa; es wel mecanismo autoregulador.
El Principio del Bucle Recursivo:
Es el referido a las nociones de autoproducción y de autoorganización (reproducción).
Principio de Autonomía/Dependencia (auto-eco-organización):
La autonomía y la dependencia resultan inseparables, ya que la autoorganización  siempre está acompañada de elementos que dependen del entorno. 
         La complejidad no sólo impedirá toda teoría unificadora sino que reconoce la imposibilidad de eliminar la incertidumbre, lo irracionable,  la contradicción y el  reconocimiento de lo irreductible. La complejidad no sería la respuesta, ella es un desafío cognoscitivo.
         En resumen, Morin expresa que la complejidad es la unión de los procesos de simplificación que implican selección, jerarquización, separación, reducción, con los otros contra-procesos que implican la comunicación, la articulación de aquello que esta disociado y distinguido; y es el escapar de la alternativa entre pensamiento reductor que no ve más que los elementos, y el pensamiento globalista que no ve más que el todo. (Morin, 1983 b).
La ciencia:
 En la actualidad la mayoría de los estudiosos del tema coinciden en definir a la ciencia como: a) una forma de conciencia social. b) como un conjunto sistemático de conocimiento sobre la realidad observable, obtenidos mediante el método de investigación científica. 
La ciencia desarrollada desde el siglo XIX hasta la actualidad, ha sido una ciencia donde el dogma principal es la necesidad de separar las disciplinas, de especializar el saber en pedazos convirtiendo de este modo el pensamiento en un conocimiento  fragmentado. Por tal motivo es necesario desarrollar una  nueva ciencia sistémica o de agrupación.
         Siguiendo a Morin se tiene  que conocer es: producir una traducción de las  realidades del mundo exterior (1994), ya que para él, la sabiduría es reflexiva y el conocimiento científico organizador.
         Pero la definición de ciencia que más   interesa resaltar acá, por ser arquetipo de la modernidad, es la planteada por Konstantinov (1960) cuando expresa que: la ciencia descubre las leyes del mundo objetivo y da, al hacerlo, la posibilidad de prever los acontecimientos, sirviendo así de instrumento para someter las fuerzas de la naturaleza y de la sociedad a los intereses de éste.
         Para Morin no existen tales leyes, el conocimiento no consiste en absoluto, en limitarse a extraer leyes; dichas leyes son extremadamente pobres y comportan tantas incertidumbres que su legalidad está apolillada (1984).
         La ciencia ha tratado hasta el presente de eliminar todo lo que fuera individual y singular; para buscar leyes generales y las identidades simples y cerradas, expulsadas incluso al tiempo de su visión del mundo. Las ciencias naturales se han ido parcelando y han dado lugar  a un lamentable atrincheramiento  académico. Hasta en una misma disciplina existen  híper-especialistas.
         ... es preciso dejar de soñar con una ciencia pura, una ciencia liberada de toda ideología, una ciencia cuya verdad sea tan absoluta como la verdad del "2 + 2 = 4", es decir, una ciencia " verdadera" de una vez por todas; por el contrario, es preciso que haya conflicto de ideas en el interior de la ciencia, y la ciencia comporta ideología. No obstante, la ciencia no es pura y simple ideología, pues, animada por la obsesión de la objetividad, traba un comercio permanente con el mundo y acepta la validez de los observadores y experimentadores, cualesquiera que sea su raza, color, opiniones, etc. Si, en efecto, la ciencia traba un comercio particular con la realidad del mundo de los fenómenos, su verdad en tanto que ciencia no reside, sin embargo, en sus teorías, sitio en las reglas del juego de la verdad y del error (1984, p. 283).
         En cuanto a las ciencias humanas, Morin observa que ellas están también compartimentadas: historia, sociología, economía, psicología, ciencias de lo imaginario, mitos y creencias, sólo se comunican en algunos investigadores marginales. (1999 a). Además agrega que la complejidad científica es la presencia de lo no científico en lo científico, que no anula a lo científico, sino que, por el  contrario, le permite expresarse. (1994).
         El desarrollo de la ciencia sigue este sorprendente principio: jamás se encuentra lo que busca.  Más aún, se encuentra lo contario de lo que busca (1994), y citando a Gaston Bachelard: No hay otra ciencia que la de lo oculto. Como se recordará, Bachelard entendió la ciencia como una actividad poética para la cual no existe una lógica o un método de investigación obligados (1978).
La ciencia nueva (Sciencia Nuova):
La ciencia tanto natural como  humana siempre se ha planteado la relación objeto y sujeto y esa relación se ha cubierto con el manto de la  objetividad, en donde el dato cuantitativo es indiscutible, tomando como el máximo criterio de autoridad. Una vez obtenidos los resultados, pasados por el crisol de la razón, se  busca su validez universal y que sea comprobada por cualquier investigador en cualquier parte del mundo. Estos fundamentos de la ciencia desarrolla desde el  siglo XVIII y mantenida hasta ahora le está dando paso a la ciencia nueva plateada por Morin, de ella dirá: 
Ya sea microfísica, en teoría de la información, en la historia o en la etnografía, se hace evidente que el objeto investigado ha sido construido por el observador, que siempre pasa a través de una descripción cerebral y que está, aún no siendo ni con mucho un puro fantasma, conlleva un carácter  de ambigüedad que sólo puede ser elucidado por medio de una descripción de la descripción (…) y una inscripción del descriptor. Se trata pues, de establecer el metasistema del sistema científico, en cuyo marco la nueva metafísica permitirá comprender mejor el formidable abismo que se abre entre ciencia y valores (ética), entre ciencia y finalidad (antropología), pero sin que, por descontado, consiga superarlo. (1974 b, p. 245) 
         La ciencia de la modernidad cayó en el determinismo y en la búsqueda de leyes rígidas que explicaban de manera normativa la realidad tanto natural como humana, la ciencia era sinónimo de verdad absoluta. Para Morin, la ciencia nueva, en gestación, es aquella que trabaja, negocia con el alea, lo incierto, lo imprecisos, lo indeterminado, lo complejo (1984, p. 127), es decir, ella formaría parte inherente de la incertidumbre.
Las disciplinas o lo disciplinario:
 La disciplina se puede ver como: Norma de conducta o conjunto de conocimientos.
         La modernidad se ha caracterizado por tener el conocimiento departamentalizado, cada   quien en su rama, cada cual en su parcela. En la presente modernidad tardía, ya no se habla de la independencia o autonomía de las disciplinas, ya se habla y ya se trabaja en interdisciplinas, pluridisciplinas  y transdisciplinas, que  permitirán crear el intercambio, la cooperación y la pluricompetencia.
Interdisciplina: 
 Quiere  decir entre otras cosas, intercambio y cooperación entre disciplinas; lo cual podría convertirse en algo orgánico.
         Pluridiscilplina:
Constituye una asociación de disciplinas en virtud de un proyecto o de un objeto común.
         Transdisciplina:
 Se trata con frecuencia de esquemas cognitivos que pueden atravesar las  disciplinas, a veces con una virulencia tal que las pone en trance (1999 a). El Método:
         Se ha entendido por el método el conjunto ordenado de procedimientos que  utilizados, bien para alcanzar un nuevo conocimiento o para demostrar la “verdad” del mismo. El método guiaría y orientaría la investigación científica, es decir, es un  procedimiento que se sigue en las ciencias.
         Etimológicamente, la palabra método significa el caminar: “hay que aceptar caminar sin camino, hacer camino al caminar” (Morin, 1981 b, p.36). Hace recordar  al poeta Antonio Machado: “Caminante, no hay camino/ se hace camino al andar/ Caminante, son tus huellas/ el camino y nada más/ Al andar se hace camino/ y al volver la vista atrás/ se ve la senda que nunca/ se ha de volver  a pisar/ Caminante, no hay camino/ sino estelas en la mar”. http://atlasdepoesia.blogcindario.com/2007/11/00222-proverbios-y-cantares-de-antonio-machado.html
El método y el objeto: 
Para Morin no existe separación del método a su objeto: El  método procede y resulta del objeto y su finalidad sería constituir un paradigma explicativo. Esto resulta interesante en la historia, en donde el hombre es, a la vez, sujeto y objeto. 
La revolución mental: 
 Para que las ciencias, las disciplinas y los métodos entren en la ciencia nueva es indispensable que iniciemos nuestra propia revolución mental; esto quiere decir “dejar  de estar sometidos a las órdenes, mitos y creencias que emanan del Gran Ordenador  y se conviertan en sujetos del conocimiento: el espíritu individual se permite considerar, reflexionar y pensar los problemas políticos, sociales, religiosos, filosóficos a los que  no podía acceder” (1992, p.40). 
 La Totalidad:
La totalidad sería el conjunto de los elementos que componen un todo.  En Kant, es una de las categorías del entendimiento. Síntesis de la unidad y de la pluralidad. Con respecto a Hegel se tiene que fue sensible a la especificidad de cada figura histórica y su diferencia de las demás, por ejemplo: “mundo griego”, “mundo  romano”, “mundo moderno”  se presentan como totalidades coherentes en si mismas. Lo que caracteriza su modo de totalización es el hecho de que todos los niveles descubiertos por el análisis expresan un sentido idéntico: el sentido del todo que los integra. 
          Cuando Carlos Marx, hace la objeción según la cual el modo de producción no es siempre determinante, señala (1975) que él vio en qué  dificultad, e incluso en qué  callejón sin salida le ponía esta exigencia de unificar el campo teórico de lo social y de mantener la idea de totalidad social y el hombre. Federico Riu (1978) cuando analiza el concepto de  reificación en Lukács, expresa que: “La importancia de la categoría de reificación estriba en que con ella es posible mostrar el mundo capitalista como una totalidad dialéctica y sólo de este modo llegamos a comprender sus fenómenos particulares, en lo que tienen de específico, objetivo e histórico, es decir, como hecho social” (p.23).
         Según expresión de Marcel Mauss (1971), se trata de significar que la realidad social es como un fenómeno social  total; dicho fenómeno es a la vez religioso, económico, estético, mágico entre otros, y que no puede ser confundido ni explicado más que ha tomado en consideración estos diferentes aspectos.
         El funcionalismo descansa sobre la definición de las sociedades como totalidades, conjuntos formados por la trabazón de sistemas particulares.
         En Morin, no se encontrará una visión total o unitaria; plantea la necesidad de  un pensamiento cuestionable, multidimensional, inevitablemente fragmentario pero si abandonar jamás, por ello, las cuestiones fundamentales y globales (planetario). Para Morin: “la totalidad es la no verdad” (1984 – 1994), sentencia  tomada en varias oportunidades de Theodor Adorno (1994). Pero también expresa (1994)  que  la totalidad es verdad y no verdad: la aspiración a la totalidad es una aspiración a la verdad y que el reconocimiento de la imposibilidad  de la totalidad es una verdad muy importante: Por eso es que la totalidad es, a la vez, la verdad  y la no verdad.
La incertidumbre: 
 La ciencia siempre estuvo amparada por la certidumbre, es decir, estaba segura en sus parcelas o nichos. Sus resultados y sus leyes gozaban de certeza. Pero se han presentado ausencias de fundamentos, es decir: Ésta  destrucción de los fundamentos, propia de nuestro siglo, ha llegado al conocimiento científico mismo (1994). 
 El paradigma:
         Los  sociólogos Merton y Parsons utilizaron el término de paradigma de una manera implícita. Pero será Thomas Kuhn  (1971) quien lo utilizará a partir de 1967, con su teoría de las revoluciones científicas, ese término se popularizó primero en las  ciencias naturales y luego en las ciencias naturales y luego en las ciencias humanas o sociales. Para este autor, la elaboración teórica de un paradigma, tenía por objetivo principal el de examinar críticamente el cambio de las prácticas científicas, a través del rol de las funciones cognitivas y de  las influencias sociales e históricas. El paradigma sería entonces, la manera como una comunidad científica o académica ve un área de estudio, identifica problemas apropiados para el estudio y especifica conceptos legítimos y métodos.
         Para Morín, un paradigma es un tipo de relación lógica (inclusión, conjunción, disyunción, exclusión) entre un cierto número de nociones o categorías maestras. Un paradigma privilegia ciertas relaciones lógicas en detrimento de otras, y es por ello que un paradigma controla la lógica del discurso. El paradigma es una manera de controlar la lógica y, a la vez, la semántica (1994). Un paradigma contiene, para cualquier discurso que se efectúe bajo su imperio, los conceptos fundamentales o las categorías rectoras de la inteligibilidad  al  mismo tiempo que el tipo de relaciones lógicas de atracción, repulsión (conjunción, implicación u otras) entre estos conceptos o categorías. (1992).
El Azar: 
Es el elemento constitutivo de las realidades vivas y de los seres vivientes, les  transmite a éstos la incertidumbre propia de la naturaleza. La naturaleza del azar es, en efecto, incierta, ya que no podría ser refutada ni probada.
El azar siempre es relacionado  con el juego, con un caso fortuito, con la causalidad. El azar nunca estuvo presente en las ciencias, solamente cuando se tomaba el azar una muestra estadísticamente  representativa, pero hasta allí llegaba. De acuerdo con Morin (1999 a) recién ahora  empieza a reconocerse el acontecimiento y lo contingente que, paradójicamente, habían sido recuperados desde treinta años por la cosmología, la física, la biología. 
 El evento:
Aunque cueste creerse en Venezuela  y en la mayoría de los países latinoamericanos (para no decir todos) utiliza  el “evento” para invitar a los asuntos propios de lo académico;  así que se considera a un congreso, seminario, coloquio, simposio como un “evento”. Ni siquiera revisan el DRAE (1992) que señala: eventualidad, hecho imprevisto, o que pueda acaecer. Aunque en honor a la verdad, en dichos actos uno nunca sabe lo que va a  pasar.
         Morin utilizará la noción de evento, para designar lo que es improbable, accidental, aleatorio, singular, concreto, histórico. Dicho de otro modo, esta noción aparentemente  simple, elemental, remite a otras nociones en una noción compleja (1984). El evento ha sido expulsado de las ciencias físico-químicas, así como también  de la  sociología  y la historia que tienden a ordenarse alrededor de leyes, modelos, estructuras, sistemas. El evento fue expulsado de dichas ciencias en la  medida que se han identificado con la singularidad, la contingencia, el accidente, la irreductibilidad, de lo vivido. Para Morin (1984), reconocer el evento no es solamente reconocer el alea (la aventura) en la historia (del mundo, de la vida del hombre); es permitir el estudio de las propiedades de los sistemas (bióticos, humanos, sociales), entre ellas la aptitud para evolucionar.
Bibliografía.
Morin, Edgar (1972). El cine o el hombre imaginario. Barcelona. Editorial Seix Barral.
Morin, Edgar (1973). Diario de California. Madrid. Editorial Fundamentos.
Morin; Edgar (1974 a). El hombre y la muerte. Barcelona. Editorial. Kairós.
Morin, Edgar (1974 b). El paradigma perdido: el paraíso olvidado. Barcelona. Editorial Kairós.
Morin, Edgar (1976). Autocrítica. Barcelona. Editorial Kairós.
Morin, Edgar (1981 a).  Para salir del siglo XX. Barcelona. Editorial Kairós.
Morin, Edgar (1981 b). El Método I. La naturaleza de la naturaleza. Madrid. Editorial Cátedra.
Morin, Edgar (1983 a). Qué es el totalitarismo. De la naturaleza de la URSS. Barcelona. Editorial Anthropos.
Morin, Edgar (1983 b). El Método II. La vida  de la vida. Madrid. Editorial Cátedra.
Morin, Edgar (1984). Ciencia con conciencia. Barcelona. Editorial Anthropos.
Morin Edgar (1988). El Método III. El conocimiento del conocimiento. Madrid. Editorial Cátedra.
Morin, Edgar (1992). El Método IV. Las Ideas. Madrid. Editorial Cátedra.
Morin, Edgar y Anne B. Kern (1993). Tierra Patria. Barcelona. Editorial Kairós.
Morin, Edgar (1994). Introducción al pensamiento complejo. Barcelona. Editorial Gedisa.
Morin, Edgar (1995 a). Mis demonios. Barcelona. Editorial Kairós.
Morin Edgar (1995 b). Sociología. Madrid. Editorial Tecnos.
Morin, Edgar (1999 a). La cabeza bien puesta: repensar la reforma. Reformar el pensamiento. Buenos Aires. Ediciones Nueva Visión.
Morin, Edgar (1999 b). Los siete saberes necesarios a la educación del futuro. Paris. Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Tecnología.
Morin, Edgar (2011). Sitio Web Oficial. www.edgarmorin.com/

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