sábado, 3 de septiembre de 2016

MICRO: 24 DE JUNIO DE 1821.


 SEGUNDA BATALLA DE CARABOBO


Por. Luis Rafael García Jiménez.

La historiografía tradicional venezolana, en su mayoría, ha dado  a entender que con la 2da. Batalla de Carabobo (la primera  fue el 28 de mayo de 1814) se selló definitivamente la independencia del actual territorio de Venezuela, que no hubo más enfrentamientos bélicos, pero después   de Carabobo (1821) y de la Batalla Naval del Lago de Maracaibo (1823) fue necesario entablar  cincuenta y cuatro combates terrestres y navales, para librar definitivamente nuestro actual territorio del imperio español, estos enfrentamientos bélicos vistos desde la óptica militar son considerados como complementarios, pero necesarios e indispensables para consolidar la independencia política. 
Es más, en el mismo territorio del actual Carabobo, después de la  2da. Batalla de Carabobo, se realizaron diez enfrentamientos bélicos concluyendo en 1823 con el Sitio y Toma de Puerto Cabello, por el general Páez. Ganar una batalla no significa ganar la guerra. Todo esto significa que con la Batalla de Carabobo no se acabó definitivamente con los seguidores de la monarquía con las armas en las manos, ni menos con las ideas, ya que éstas se mantuvieron hasta finales de ese siglo.
Otro aspecto que llama la atención es aquel que da a entender la historiografía tradicional: que el ejército republicano estaba en desventaja con el ejército monárquico, tanto a nivel de formación militar, experiencia y tecnología, así como numéricamente. Y, que  a pesar de esas desventajas los republicanos triunfaron épicamente en un arrojo descomunal de heroísmo. Eso es totalmente falso.
La Batalla de Carabobo fue el producto de la Campaña del Centro, planificada con profesionalismo, idoneidad y un alto nivel técnico, inclusive el Libertador engañó a los monárquicos quienes pensaron que la batalla definitiva se realizaría en Caracas. Las fuerzas republicanas con una experiencia de once años de lucha, donde las victorias las   derrotas sirvieron de academia formativa del soldado con voluntad y el ideal de libertad y de igualdad. Ambas fuerzas contaban con un armamento que estaba al día con la tecnología militar, y las tácticas militares estaban acordes con el avance de la época; ejemplo de ese nivel técnico y tecnológico lo tenemos en  el Batallón Rifles. Sencillamente en la Batalla de Carabobo, lucharon profesionales, idóneos y capaces, seguros de sí mismo, dejando de lado el hecho heroico, porque tanto el cobarde como el héroe son hijos del miedo. La batalla fue el fruto de hombres que hicieron su trabajo, eran hombres tan normales y mortales que hasta el General Páez sufrió uno de sus ataques epilépticos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario