lunes, 2 de enero de 2017

EL NACIMIENTO DEL BIPARTIDISMO. ELECCIONES PRESIDENCIALES DE VENEZUELA 1973.

Por: Luis Rafael García Jiménez.

Introducción.
            El venezolano después de diez años de dictadura perezjimenista (Delgado C, Suárez F, y  Pérez J -1948-58), inicia  su experiencia democrática con la convocatoria a elecciones generales durante la Junta de Gobierno (Larrazábal – Sanabria). Estas primeras experiencias democráticas contarán con la asistencia masiva de los electores. Transcurrirán dos gobiernos adecos Betancourt –Leoni) y se presentará el primer traspaso de poder de un partido de gobierno a uno de oposición, producto de los comicios del año 68. Durante y después de las elecciones del 73 se observará una campaña millonaria con asesores estadounidenses y el nacimiento del bipartidismo entre Social Demócratas y Social Cristianos, con una izquierda minoritaria y dividida.
            En 1973, Acción Democrática se presentó con una maquinaria unida, coherente, sin grietas de importancia, evitando los conflictivos procesos de selección de candidato, el cual le había traído tan malos resultados en el año 1968, que los llevó a la división.. En cambio el  partido Copei se contagió con los vicios del sistema y comete el mismo error de AD en el 68, los copeyanos convirtieron la elección del candidato en una verdadera lucha interna. La opción socialista se presentó en las elecciones con dos candidatos: José Vicente Rangel, apoyado por el MAS y el MIR y otros grupos pequeños; y la opción de Jesús A. Paz G. con el respaldo del MEP, PCV, el UPI y sectores independientes.
Sólo Acción Democrática y Copei (social demócratas y social cristianos) se mantuvieron en el poder, en una alternabilidad cuyos relevos dependieron de las circunstancias específicas que se manifestaron cada cinco años, al ritmo que se sucedieron los períodos constitucionales. Hecho histórico conocido como el bipartidismo.
I.- Caldera y las elecciones.-
  Después del Pacto de Punto Fijo (31-10-58)  transcurrieron tres períodos constitucionales: Rómulo Betancourt (AD), Raúl Leoni (AD)  y el presidente en ejercicio Rafael Caldera del partido Social Cristiano (Copei) quien había ganado por escasos votos (32.906), gracias a la división de AD y al nacimiento del Movimiento Electoral del Pueblo (MEP) liderado por el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa. Se llega a las elecciones del 9 de diciembre de 1973.  A partir de estas elecciones se puede constatar los resultados del Pacto de Punto Fijo. Y de  acuerdo  con  Puerta  (2006) “quedó establecido que el modelo de representación descansaría fundamentalmente en la repartición de espacios y cuotas de poder a los que sectores participantes tendrían acceso” (p.139).
            Rom (1997) expresa que en abril de 1965 el VII Pleno de Comité Central del PCV había decidido la línea política de  paz democrática y en noviembre un grupo de dirigentes  (Márquez, Petkoff  y Muñoz) exigieron al partido que iniciara un proceso de repliegue de la lucha armada y apertura a la lucha legal. En mayo de 1966 son expulsados del PCV Douglas Bravo y otros jefes guerrilleros y éstos  asumen las banderas de del FLN-FALN. En abril de 1967 el  Comité Central del PCV reconoció explícitamente la derrota de la lucha armada y optó por el repliegue militar y la búsqueda de la legalidad democrática. En las elecciones de 1968 el PCV participa  temporalmente, del movimiento Unión para Avanzar (UPA). Aunque no presentó candidato presidencial, si postuló candidatos para las elecciones parlamentarias. En marzo de 1969, el PCV y parte del MIR se acogieron a la vida legal, de acuerdo a la política de pacificación. En enero de 1971 fue fundado el Movimiento al Socialismo (MAS).
            El socialcristiano Rafael Caldera  durante su quinquenio había logrado materializar su Política de Pacificación.  Él había heredado la lucha armada, iniciada en los años 60´ del siglo XX, con la intervención del Cardenal Quintero se logró la pacificación. Era el momento de la discusión, en la izquierda, de las condiciones objetivas y subjetivas; es decir, existían claramente las condiciones objetivas para la revolución, pero, el pueblo o las masas estaban alienados y no existían las condiciones subjetivas para lograr el apoyo necesario.  Algunos no estuvieron de acuerdo con la lucha armada y para los otros fue difícil asumir la derrota.
            En este quinquenio también está presente la sombra del dictador Marcos Pérez Jiménez, a través de la Cruzada Cívica Nacionalista (CCN). En las elecciones del 68 habían obtenido más de 400.000 votos, lo cual los motivará a pensar en la candidatura presidencial del ex--dictador, pero quedó  solo en aspiración ya que los partidos mayoritarios en el Congreso Nacional aprueban una enmienda constitucional que lo inhabilitará (11 de mayo de 1973).  Pero en  la elecciones del 73 bajo la candidatura de  Pablo Salas Castillo obtuvieron solo 170.000 votos, lo que le dio derecho a una representación ínfima al Congreso. Por su parte el PCV, en 1968, en una situación de cuasi-clandestinidad, con otro nombre (UPA) y con la misma escasez de recursos económicos, obtuvieron más de 30.000 votos. En 1973, en plena legalidad, con un diario en la calle (Tribuna Popular), con nombre propio obtuvo menos de 10.000 votos. Aunque es necesario acotar que la causa fundamental de la disminución de votos se debió al impacto de la división masista. Aunque la crisis del PCV tiene sus origen alrededor de 1950, ya que para la fecha había venido formándose como núcleo de dirección alrededor de Pompeyo Márquez, y otro, al de los fundadores: Gustavo Machado y Eduardo Machado.
II.- La escogencia de los candidatos.
En las elecciones de 1973, Acción Democrática no quería cometer errores anteriores y se planteó dos retos: a) lanzó como candidato a un hombre que exhibía el historial más polémico de esa tolda política ya que Carlos Andrés Pérez fue Ministro de Relaciones Interiores del gobierno de Betancourt cuando se inició el movimiento armado en Venezuela (la época más violenta y represiva del siglo xx). b) El candidato en ningún momento oculto su estrecha relación con sectores de la derecha y del capitalismo nacional e internacional. El partido AD evitó conflictos internos en la selección de su candidato. Se consultó a la base pero ya se había llegado a un consenso, sin discrepancias, la Convención adeca se reunió para elegir la Pérez no para la confrontación con otros aspirantes.
En cambio el partido socialcristiano Copei cometió el error de los adecos en el año 68, ya que los delfines de Rafael Caldera se sintieron con derecho de aspirar a ser el candidato a la presidencia, adquiriendo características de conflicto público en el cual participaron copeyano y no copeyanos: Lorenzo Fernández (favorito de Caldera), Luis Herrera Campins y Arístides Beaujón no parecían ser militantes del mismo partido, sino adversarios a muerte, una vez realizada la Convención Lorenzo Fernández fue impuesto mediante presiones y lo se denominó la política del “maletín” (a punta de billetes), a partir de este momentos los socialcristianos no serán los mismos, muchas heridas quedaron abiertas. De los tres candidatos copeyanos Fernández era el más débil; su hablar era dificultoso,, desprovisto de un aparato teórico y y un aspecto de cansancio con estas características era el menos indicado a enfrentarse a Pérez que su apariencia era dinámica (¡ ese hombre si camina!).Los copeyanos vendieron la imagen de Fernández como el “hombre bueno” y padre de familia. En la prensa nacional aparecieron dos fotos emblemáticas:  Pérez saltando un charco y Fernández dormido en avión Conscientes de su debilidad frente a los adecos, los copeyanos buscaron alianzas que en nada los beneficiaron entre  ella con FDP, el Alirismo (grupo dicidente de URD) y otros pequeños grupos de escasa significación política.
Las opciones socialistas: la novedad de estas elecciones fue la presencia de dos candidatos de izquierda que no encontraron fórmulas posibles para lograr la unidad y la presencia de un candidato único. El candidato José Vicente Rangel apoyado por el Movimiento al Socialismo – MAS - , el Movimiento de Izquierda Revolucionaria – MIR – y otros grupos menores. El otro candidato  Jesús   A. Paz Galarraga apoyado por el Movimiento Electoral del Pueblo – MEP – (quien en las elecciones del 68 habían obtenido más de 400.000 votos), el Partido Comunista de Venezuela – PCV - , el UPI y sectores independientes. La consigna de campaña del MAS-MIR  era: “socialismo ya” e identificaron la figura del candidato con la figura del beato José Gregorio Hernández (manipulando el imaginario colectivo, creyente católico); además dirigieron  la campaña al sector joven de la población y orientada a cautivar los sectores intelectuales (en pleno “boom” de la literatura latinoamericana). En cambio la otra opción socialista representada por la Nueva Fuerza de Paz Galarraga carecía de atractivo para aquella gente que podría respaldarlo en las urnas, debido a su seriedad, se insistió en todo momento en un programa de acción cuyo objetivo final era preparar las condiciones para adelantar después la construcción del socialismo.
El resto de los candidatos no tenían la opción de ganar: sin maquinaria política, sin recursos económicos, sin asesoría foránea y sin el apoyo de los medios de comunicación.
III.- El nacimiento del bipartidismo.
Los electores siempre han decidido su voto calculando los beneficios que pueden obtener de uno u otro partido, de uno u otro candidato. Siendo su decisión más clara en la medida que se reduzca la oferta electoral. A partir de 1973 se inicia la consolidación de lo que se conoce como bipartidismo, en este caso AD y Copei. Con la presencia minoritaria de organizaciones de izquierda cuyos  exponentes serán el MAS (Movimiento al Socialismo), el MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) y el MEP (Movimiento Electoral del Pueblo), el primero producto de la división del PCV y los últimos de divisiones de AD.
El bipartidismo, en esencia, es un sistema político  basado en la existencia de dos grandes partidos políticos que son los únicos con posibilidades reales de ocupar el poder. Algunos investigadores lo han denominado “bipartidismo atenuado”   (Molina y Pérez, 1996). Al llegar Caldera al poder  los partidos AD y Copei inician el proceso de institucionalización, la volatilidad electoral será reducida, tejiendo una extensa red de lealtades partidistas y llegarán a dominar toda la vida social. Esta situación será denominada por algunos como “partidocracia”  (Rey 1991) y otros como “Partiarquía” (Coppedge, 1994). La pérdida de legitimidad de AD y Copei comenzará a manifestarse a partir del "Viernes Negro", durante el gobierno de Luis Herrera, manifestándose como una crisis abierta del sistema de partidos durante 1993 cuando tiene su primera  expresión electoral. (Levine, 1993).
En  Venezuela se cumplirían las condiciones para el nacimiento del bipartidismo, desde el punto de vista cuantitativo  (Sartori, 1986) solo AD y Copei tenían la opción de ganar la presidencia y controlar al Congreso, Asambleas Legislativas y Concejos Municipales. Se considera  bipartidismo, si hay dos partidos que superan en conjunto el noventa por cierto de los votos y ninguno de los dos por si solo obtiene el setenta por cierto de los votos. (Rae, 1971).
En las elecciones anteriores  a 1973 se puede observar que  ésta condición no  se cumple:
.- Elecciones de 1947: Gallegos  -AD- 74 %. Caldera -Copei-  22%  Machado –PCV-  4%.  
.- Elecciones de 1958: Betancourt -AD- 49,18%. Larrazábal –URD.PCV.MENI 37%. Caldera –Copei- 15,66.  
.- Elecciones de1963: Leoni –AD  - 32% - Caldera –Copei- 20%.
.- Elecciones de 1968: Caldera –Copei- 29,13%. Barrios –AD- 28,24.
Pero  a partir de  las elecciones de 1973, se cumplen las condiciones del bipartidismo así se tiene que: Carlos A Pérez –AD- 48,70. Lorenzo Fernández 36,70% y el candidato que llegó de tercero obtuvo solo el 5,07% representado por Paz Galarraga –MEP-PCV-.  
Elecciones de 1978: Luis Herrera –Copei- 46,64%. Luis Piñerúa –AD- 43,31%. José V Rangel –MAS- 5,18%.  
Elecciones de 1983: Jaime Lusinchi –AD-  56,72% Rafael Caldera –Copei-  34,54% Teodoro Petkoff –MAS- 4,17%.  
Elecciones de 1988: Carlos A Pérez –AD- 52,89%. Eduardo Fernández  -Copei- 40,40%. Teodoro Petkoff –MAS- 2,71%.
 A partir de 1993 se romperá  o culminará  los veinte años de bipartidismo. Elecciones:
.- Rafael Caldera Convergencia (Chiripero) 30,46%.
.- Claudio Fermín –AD- 23,60%.
.- Oswaldo Álvarez –Copei- 22,73%.
.-  Andrés Velásquez 21,95%.
El venezolano acudía a las mesas electorales en masas, y esta actividad era considerada una fiesta y las agencias internacionales de noticias reseñaban la extraordinaria participación del pueblo. Pero como se verá a continuación ese fervor popular por sufragar comenzó a disminuir y originar el fenómeno de la abstención:
1958: 6,58%.  
1963: 7,79%.
1968. 3,27%.
1973: 3,48%.  
1978: 12,45%.
1983: 12,25%.
1988: 18,08%.  
1993: 39,84%.  
1998: 36,55%.  
2000:43,69%.
 Aunque la abstención ha ido en aumento, se puede señalar que: “El comportamiento abstencionista es heterogéneo en sus causas y efectos y no es un cuerpo homogéneo de ideas racionales que indican o reflejan un debilitamiento de la democracia”. (Delgado, 1992, p. 403). Aunque la abstención debe verse como una opinión de un sector de la población votante, puede interpretarse como un no estar de acuerdo con ninguna de las opciones ofrecidas.
Para López (2006) La creciente abstención: “sería el inicio de una tendencia sostenida de desafiliación política-electoral del ciudadano venezolano respecto a los principales partidos que se habían convertido  en maquinarias electorales sin conexión orgánica con el ciudadano de a pie” (p.67).
IV.- Las elecciones de 1973:
El 17 de septiembre de 1970, el Congreso Nacional aprobó la Ley Orgánica del Sufragio, la que sustituyó a la Ley Electoral vigente desde 1964. En esta ley se consagró  la creación del Registro Electoral Permanente y la votación mecanizada. Sin embargo, el 3 de septiembre de 1973 se produce una modificación a la Ley Orgánica y se establece una disposición transitoria, la cual consistió en utilizar la boleta electoral como medio para emitir el voto en los comicios de 1973. Ya no se utilizarían las tarjetas electorales, una grande para presidente y una pequeña para el Congreso y asambleas legislativas. A partir de ésta elección el elector recibiría el tarjetón y un sello, con la palabra voto que colocaría encima de una tarjeta grande y una pequeña.
Los Miembros del Consejo Supremo Electoral para estas elecciones eran:
Presidente: Luis A Pietri. –Independiente-
 Primer Vice-Presidente: Arminio Borjas. –Independiente.  
Segundo Vice-Presidente: J.L. Salcedo Bastardo. –Independiente-.
Miembros de los partidos políticos:
Enrique Padilla Ron (Acción Democrática).
 Eduardo Aguilar (Partido Social Cristiano).
 Francisco Marcano Battistini (Cruzada Cívica Nacionalista).
 Oreste Di Giácomo (Movimiento Electoral del Pueblo).  
Humberto Bártoli (Unión Republicana Democrática).  
Daniel Salazar Paz (Miembro por los partidos minoritarios).
 Carlos A. Sánchez Romero (Secretario).
Los Representantes de partidos minoritarios ante el Consejo Supremo Electoral con derecho a voz:
Douglas Dáger (Fuerza Democrática Popular).
Félix Martínez Romero (Frente Nacional Democrático).
 Raimundo Verde R (Movimiento Democrático Independiente).
Amado Cornieles (Opinión Nacional).
Guillermo García P (Partido Comunista de Venezuela).
 José Manzo G (Partido Revolucionario Nacionalista).
 Rafael  López U (Partido Socialista Democrático).
            Para el 30 de julio de 1973 estaban inscritos veinte  partidos nacionales y un grupo de electores  en el Consejo Supremo Electoral:
 1.- Acción Democrática (AD). Presidente: Gonzalo Barrios. Secretario General: Octavio Lepaje.
2.- Cruzada Cívica Nacionalista (CCN): Presidente: Oscar Hurtado. Secretario General: Pablo Salas C.
 3.- Frente Nacional Democrático (FND): Presidente: Martín Vegas. Secretario General: Pedro Segnini La Cruz.
 4.- Frente Unido Nacionalista (FUN): Secretario General: Alejandro Gómez.
 5.- Fuerza Emancipadora (FE): Presidente: Virgilio Acosta P.  Secretario General: Alberto Solano.
 6.- Fuerza Democrática Popular (FDP): Presidente: Wolfgang Larrazábal. Secretario General: Jorge Dager.
 7.- Independientes (IP): Presidente: Luis Hernández Solís. Secretario General: Antonio Armas Camero.
 8.- Movimiento al Socialismo (MAS): Secretario General: Pompeyo Márquez.
 9.- Movimiento de Acción Nacional (MAN): Secretario General: Germán Borregales.
10.- Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR): Secretario General: Secretario General: Simón Sáez Mérida.
11.- Movimiento Demócrata Independiente (MDI): Secretario General: Raimundo Verde Rojas.
12.- Movimiento Electoral del Pueblo (MEP): Presidente: Luis Beltrán Prieto Figueroa. Secretario General: Adelso González. (Paz Galagarra será el Secretario General desde su fundación).
13.- Movimiento Popular Justicialista (MPJ): Presidente: Abdelkader Márquez. Secretario General: José M. Arellano.
14.- Opinión Nacional (OPINA): Pedro L. Peñalver. Secretario General: Amado Cornieles.
15.- Partido Comunista de Venezuela (PCV): Presidente: Gustavo Machado. Secretario General: Jesús Farías.
16.- Partido Nacional Integracionista (PNI): Presidente: Luis F. Llovera P. Secretario General: Emiro Guzmán.
17.- Partido Social Cristiano (Copei): Presidente: Pedro del Corral. Secretario General: Pedro Pablo Aguilar.
18.- Partido Socialista Democrático (PSD): Fundador Principal: José Rojas C.
19.- Partido Revolucionario Nacionalista (PRN): Presidente: José Manzo G. Secretario General: Miguel García M.
 20.- Unión Republicana Democrática (URD): Presidente: Dionisio López. Secretario General (e) Ramón Tenorio.
 21.- Movimiento Desarrollista (MD)-(Grupo de electores). Pedro Tinoco.
            V.- La asesoría foránea:
 A partir de la elecciones de 1973, las campañas electorales serán totalmente diferentes ya que “modernizarán” sus cuñas publicitarias con el asesoramiento de “técnicos” extranjeros (estadounidenses), se contará con técnicas de mercadeo y de una cuidadosa presentación de la imagen del candidato, en conclusión la campaña se “mediatizó”. Claro está, contar con toda esa ayuda foránea requería poseer inmensos recursos económicos y solo dos partidos o candidatos podían asumir esos costos.  Los partidos Acción Democrática (AD) y el Social Cristiano (COPEI) “importaron” cada uno a sus propios asesores políticos para el diseño y manejo estratégico de la campaña electoral. En el diseño de tales campañas participaron los más reconocidos especialistas “gringos” de la época en esa materia. El candidato de AD, Carlos Andrés Pérez, contrató como estrategas políticos a Joe Napolitan (padre de la consultoría política moderna)  y a Clifton White, al productor Bob Squier y al mítico encuestador George Gaither. El candidato de COPEI, Lorenzo Fernández, contrató los servicios de Matt Reese y David Sawyer, pero éstos desarrollaron una campaña muy conservadora.
Se considera que esa campaña ha sido una de las más onerosas del mundo. Aunque no puede estimarse el monto alcanzado, se cree que las cifras de costo invertidas en spots publicitarios, mítines y material en general, por los dos partidos importantes de la época alcanzaron más de cien millones de dólares en un tiempo, legal, de nueve meses de campaña. (Disponible: http://jingleelectoral.com/tag/elecciones-1973/). Aun que en realidad duró dos años, si se cuenta las elecciones internas de los partidos.
Como una muestra de la estrategia publicitaria utilizada por el candidato Carlos Andrés Pérez, se podrá apreciar un jingle electoral que resonó en dicha campaña de 1973 la cual proyectaba la imagen de un líder triunfador, imparable y lleno de vigor, que el compositor Chelique Sanabria condensó y multiplicó en su jingle “Ese hombre sí camina”: La instrumentación musical del jingle fue concebida para un funk-rock moderno, es decir, guitarras eléctricas, bajo eléctrico, batería y sección de metales, al estilo de las famosas agrupaciones ‘Earth, Wind & Fire’ o ‘Kool & the Gang’, muy propio de la época. El estribillo ‘ese hombre sí camina, va de frente y da la cara’ era cantado al unísono por un coro masculino y femenino, para generar la idea de muchedumbre.  (Morao, J. 2014). La campaña electoral demostró una total desideologización tanto de AD como de Copei, presentaron o vendieron a un “Lorenzo como el hombre bueno” contra un Carlos Andrés Pérez como “el hombre enérgico” .
VI.- El papel de los medios de comunicación
Los medios de comunicación jugaron un papel de primer orden  en las elecciones y en sus resultados, fueron dos años de propaganda incesante en donde los partidos del estatus (AD y Copei) tenían el control casi absoluto.  Álvarez (1974) señalaba que la influencia de los medios de comunicación  sobre el público han observado como la conducta  del hombre común fue condicionada por el mensaje publicitario.  Un pueblo ablandado, profundamente por las herramientas de la publicidad. Ganó  aquel que estuvo mejor preparado para sacarle a la televisión, la radio y la prensa el máximo de sus poderes secretos, la seducción mediática reemplazaría a  la concientización de las masas.
El día de las elecciones los medios de comunicación desarrollaron “operativos” que cubrían todo el territorio nacional con el apoyo de empresas privadas., según Márquez (1974) entrada la tarde las emisoras de televisión  comenzaron a dar proyecciones basadas en las encuestas “a boca de urna”. Una vez difundido el candidato que encabezaba las estadísticas  (Carlos A Pérez), influyó directamente  en el proceso ya que todavía muchas “mesas” no habían cerrado y quedaban gran cantidad de personas en las “colas”, las proyecciones difundas  dieron por resultado que:
a)      Las personas no querían perder su voto y votaron por el “supuesto ganador”
b)      Otros desistieron y abandonaron la “cola”
c)      Muchos testigos de mesas no continuarían en sus labores porque innecesaria su   presencia.
VII.- Resultado de las elecciones:
 Con el funcionamiento de alrededor de catorce mil mesas de votaciones se realizaron las votaciones el 9 de diciembre, a partir de las 6 am:
.- Total de la población electoral: 4.737.122.
.-  Total de votos escrutados: 4.572.187.
.- Total de votos válidos: 4.375.269.
.- Porcentaje de  votos nulos: 4,31%.
.-  Porcentaje de abstención: 3,48%.
.- Porcentaje de participación ciudadana: 96,52%..
El 85% del electorado se inclinó por los partidos AD y Copei, el 15% una minoría en sí poco significativa, habría de repartirse entre el resto de los partidos.
De acuerdo a Martín (1974),  Acción Democrática controlará los cuerpos deliberantes, su voluntad hegemónica se hizo patente en las elecciones para directivas de los concejos municipales, casi en su totalidad integradas por militantes  de AD. Tuvo bajo control a la Fiscalía, la Contraloría y el Poder Judicial, es decir, controlaba los tres poderes y contar a la Confederación de trabajadores (CTV).
¿ Quiénes  eran los candidatos para las elecciones ?
 1.- Carlos Andrés Pérez (AD- PRN, por el Congreso del Trabajo, por Causa Común y por algunos grupos independientes.): 48,70%
 2.- Lorenzo Fernández (COPEI – FDP): 36,70%
3.- Jesús A Paz G. (Frente Nueva Fuerza: MEP-PCV, del grupo tachirense de Carmen de Valera y de numerosas personalidades independientes de Izquierda): 5,07%
4.- José V. Rangel (MAS-MIR) 4,26%
5.- Jóvito Villalba (URD): 3,07%
6.- Miguel A Burelli R. (OPINA): 0,78%
7.- Pedro Tinoco (PNI): 0,67%
8.- Martín García V. (PSD): 0,27%
9.- Germán Borregales: (MAN): 0,21%
10.- Pedro Segnini (FND): 0,14%
11.- Raimundo Verde R. (MDI): 0,09%
12.- Alberto Solano (FE): 0,02%.
Para Demetrio Boersner (1974) las razones inmediatas evidentes que explicaron en gran parte el resultado electoral fueron las siguientes:
a.- La colosal campaña propagandística   multimillonaria  que los paridos AD y Copei realizaron durante dos años.
b.- Fallas de la gestión copeyana, y hechos económicos (la escasez  y la especulación de la azúcar).
c.- La división de los partidos socialistas.
d.- Fallas de los socialistas  en materia organizativa y propagandística.
e.-  La propaganda antisocialista (las “cuñas”  propagandísticas patrocinadas por el mundo. empresarial en el final de la campaña: el mecate, la cerca de alambres de púas, el dramático señalamiento a la ausencia de navidad en los países socialistas, contribuyeron, a juicio de muchos analistas de izquierda, a que muchos electores de la izquierda se arrepintieran a última hora (Álvarez, 1974).
f.- Hechos externos como la contrarrevolución chilena.      
VIII. Cuáles eran las  Ideas para gobernar.
Según Caballero (1974) las horas que faltaban entonces para la publicación  de los programas se alargaban un tanto. El caso es que a poquísimos días de las elecciones, por fin los representantes  de los partidos del estatus (AD y Copei) presentaron  al electorado  unos programas que nadie pudo haber leído , menos aún reflexionado sobre ellos y sobre todo nadie, estrictamente nadie, pudo haber encontrado entre ellos la menor diferencia, el menor enfrentamiento verdadero. Los partidos dominantes en el escenario político venezolano han perdido  todo perfil ideológico propio.
 De los programas de gobiernos o las ideas para gobernar de todos los candidatos a la presidencia, se han seleccionado tres, las de Carlos A Pérez, de pensamiento  social demócrata, quien resultó ganador y las de los socialistas Paz Galarraga y José Vicente Rangel. Estas ideas fueron extraídas de un cuestionario enviado a los candidatos el 4 de octubre de 1973 (por la Revista Sic). Los temas tratados fueron sobre: Economía, política, sobre los grupos económicos, educación y cultura,  y sus posiciones ante la Iglesia católica.
Carlos A Pérez:
Pensaba desarrollar una política de pleno empleo, tanto en el sector urbano como en el rural, y  estaría orientada fundamentalmente de acuerdo a  los siguientes lineamientos:  Impulso audaz a la agricultura creando empleo en el proceso de la realización de inversiones, en las mejoras de tierras y plantaciones, en la siembra, en la recolección, en el acopio, el transporte y la comercialización de productos agropecuarios, en las actividades de procesamiento industrial de estos productos, en las ventas comerciales y en la producción de otros bienes.   Construcción por el Estado de las vías de penetración rural y de pequeños sistemas de riego como estructuras condicionantes de la modernización de la agricultura y como parte de la ejecución de un programa global para crear la infraestructura agrícola. Estímulos fiscales y financieros a las pequeñas y medianas industrias y al artesanado, sobre todo para el procesamiento de los productos agropecuarios. Ampliar las operaciones productivas de las grandes empresas modernas de la agricultura y de la agroindustria, dándole incentivos adecuados para que aumenten sus inversiones empleadoras de mano de obra, sobre todo de aquellas orientadas a la sustitución de importaciones; especial importancia y prioridad se dará a las empresas agroindustriales donde participen de manera determinante en la integración de su capital los propios productores que las abastecen de materias primas.  Planes de conservación de infraestructuras— obras de riego, carreteras, puentes, entre otros, que las mantengan en condiciones satisfactorias, y le ahorren al Estado gastos excesivos de reparaciones esporádicas y alarguen la vida útil de estas inversiones.  Programas intensivos de construcción de vivienda rural y mejoramiento de servicios en las poblaciones rurales. Llevar el INCE al campo para adiestrar la mano de obra especializada que requieran las actividades agropecuarias, para asegurar la realización de los planes de transformación agraria y para cubrir la demanda de trabajadores calificados en el sector.  Planes de arborización promoviendo a escala nacional cuantiosas inversiones, tanto públicas como privadas.  Desarrollo y aplicación de sistemas que utiliza la tecnología intermedia en el sector rural.
Por otra parte estimular  el desarrollo industrial descentralizado hacia las ciudades del interior con mayor potencial de crecimiento que puedan convertirse en "polos de desarrollo". Transformación urbanística de las ciudades con atención preferente a los barrios para dotarlos de servicios públicos completos y programas de vivienda para los grupos de menores ingresos. Plan de construcciones y mejoras en los barrios pobres, servicios de vigilancia en las ciudades, conservación y ornato de ciudades y pueblos. Desarrollo de la infraestructura recreacional.  Crédito suficiente y estímulos a las pequeñas y medianas industrias, tanto las que venden productos de consumo final como las que suministran materias primas, partes y otros insumos a otras industrias. Construcción de infraestructura para los servicios de salud y sanitario-asistenciales. Plan de ampliación de infraestructuras y de los servicios de transporte urbano. Estímulo a los proyectos turísticos. Programas intensivos de entrenamiento, y reentrenamiento de la mano de obra.  Medidas para que las industrias y las empresas de servicios apliquen técnicas que sean intensivas en la utilización de la mano de obra urbana. Contribución del sector público para que los grupos de escasos recursos de la población formen empresas de servicios y de producción en sus localidades.
Medidas como las anteriores, le permitirían al Gobierno ir aliviando a corto plazo el grave problema del "desempleo abierto" en el campo y en la ciudad, y afirmando una serie de condiciones estructurales que  permitan crear una sociedad más próspera, y más estable en el futuro inmediato. A largo plazo y de forma permanente, el pleno empleo estará garantizado por el crecimiento continuo de la producción y de los ingresos reales de la población que están fundamentados en una política agresiva de inversiones para la explotación soberana y la industrialización de los hidrocarburos, los recursos mineros, energéticos, agrícolas, forestales, ganaderos, pesqueros, entre otros, para lograr un sistema productivo diversificado y estructuralmente adecuado a ventajas reales comparadas, dirigidas a crear ingresos cada vez mayores para ampliar las dimensiones del consumo y del ahorro popular, y asegurar a los venezolanos el derecho al trabajo en ocupaciones estables bien remuneradas.  
La empresa estatal tendrá preferentemente su lugar en la explotación de las riquezas básicas y en la prestación de servicios públicos. Dadas las ineficiencias en cuanto a rentabilidad económica y social de muchas de estas empresas, se procurará  consolidarlas a fin de disponer de un sector público empresarial, cuya misión directriz en la economía se derive más que de sus dimensiones, de la eficacia con que opere como factor compensatorio de los grupos económicos privados poderosos y como centro de captación de excedentes económicos por el Estado, para dedicarlo a la capitalización dirigida al beneficio social.
El candidato Pérez expresó que: no profesaba concepciones dogmáticas sobre la propiedad empresarial en sí, pues el beneficio que la sociedad derive de las unidades de producción no depende necesariamente de la propiedad de éstas, sino de la eficiencia con que operen y de la forma como las distintas clases y regiones del país se beneficien de los resultados de la gestión productiva. En tal sentido, tomará las medidas que garanticen que la distribución de los frutos de la producción que generen las empresas, privadas o públicas se distribuyan de manera equilibrada entre consumidores, trabajadores técnicos y empresarios y entre todas las regiones y pueblos del país, para que no se canalice en forma exclusiva a favor de los empresarios privados que dominan una tecnocracia poderosa o de la burocracia empresarial del Estado. De hecho, en la economía venezolana, el Estado, incluyendo sus empresas, es factor determinante. Lo que falta es hacerlo eficiente para que su preponderancia en la conformación y orientación del desarrollo económico y social, sea beneficiosa para la comunidad. Consultará las opiniones calificadas y adoptará y ordenará estudiar todas las alternativas, incluyendo este tipo de nacionalización parcial mediante la adquisición de acciones. Hay que recordar que lo importante del petróleo no es sólo cuanto se tiene, sino cómo y por cuánto se puede vender. Por lo tanto la adquisición de experiencia en técnicas de mercadeo tiene, sin duda, la misma importancia que la adquisición de “acciones”: al igual que el fortalecimiento de la estructura operativa, financiera y técnica de la Corporación Venezolana del Petróleo para prepararle para administrar la  Industria petrolera.
La administración pública tendrá que ser adaptada a las nuevas circunstancias bajo las cuales se explotará y administrará la actividad petrolera y sus derivados. Faltando pocos años para la reversión a la Nación de la mayor parte de las actuales concesiones, las compañías privadas están manteniendo en niveles mínimos sus actividades de exploración y se corre el riesgo de que la industria, por la no incorporación de las nuevas técnicas y por ausencia de inversiones y mantenimiento apropiados, vaya deteriorándose aceleradamente  y  encontrarse  en el momento de la entrega de las concesiones con equipos gastados y una tecnología obsoleta. Por esas razones, no  esperar hasta 1983 para que el Estado asuma la plena gestión del negocio petrolero. A fin de mantener la actual industria en condiciones satisfactorias y para llevar a cabo los otros aspectos el  programa petrolero, se procederá a muy corto plazo, a una nacionalización que asegure la soberanía en la industria y que llegue a nuevas fórmulas para la participación de empresas extranjeras en aquellos aspectos en que se necesiten controlar sus recursos técnicos, sus financiamientos o su capacidad de comercialización. Lo importante es que ser capaces de mantener la industria en condiciones satisfactorias para que rinda el máximo aporte a la economía y el progreso social de Venezuela sin detrimento de la soberanía integral sobre los recursos naturales. Las características del mercado petrolero en los próximos años, la búsqueda de abastecimiento seguro por parte de los países industrializados, el fortalecimiento de la OPEP, crean condiciones favorables para tener éxito en las   aspiraciones nacionalistas y para la obtención, en las mejores condiciones para el  país. Ahora no se tendrá  prisa en vender el  petróleo.  Se Impondrá la tesis conservacionista. No explotará  más petróleo del que se requiere  para el desarrollo del país.
De acuerdo al candidato: indudablemente se corre el riesgo de un desprestigio creciente de la política y de los políticos, lo que puede incidir en la pérdida de fe del pueblo en el sistema democrático. En la medida que este proceso vaya penetrando, sectores cada vez más vastos de la población, incorporándolos a una actitud de apatía política generalizada, las masas no podrían ser movilizadas a la acción política sino por métodos artificiales fundamentalmente de carácter publicitario. Afortunadamente todavía quedan grandes reservas de fe en la democracia y en los partidos, como se refleja en la movilización popular en el actual proceso electoral. Estas grandes reservas no han podido ser todavía agotadas, a pesar de que la democracia no ha satisfecho las expectativas en lo económico y en lo social. La transformación económica y social que realizará desde el gobierno, dirigida a impulsar el progreso del país para beneficio de las grandes masas trabajadoras, dotará a la democracia del contenido social requerido e impulsará la acción de la política, de los partidos y de los políticos en la dirección de acciones correctas de transformación del país y de beneficio popular. Tan sólo este replanteamiento de las tareas de la democracia puede imprimirle a la política y a la acción de los partidos el rumbo que los conduzca a una merecida estimación popular.
No se puede afrontar la transformación del país sin una alta mística política; pero tampoco se puede crear una mística nacional sin precisar los objetivos del desarrollo y marginando de planes y beneficios a las mayorías del país. La mística se creará en la acción convocando el interés nacional en torno a planes concretos y de grandes alcances populares en lo económico y en lo social. La mejor forma de controlar la conducta de los grandes grupos económicos cuando ella se opone al interés colectivo, es mediante una combinación eficiente de la capacidad jurídica del Estado para impedir transgresiones de la ley contra el interés público, y del poder fiscal del Estado para distribuir y capitalizar en función social los beneficios económicos de estos grupos, a lo que puede agregarse el ejercicio del poder compensatorio de la empresa pública, la empresa privada o mixta independiente, que operando en forma social y comercialmente eficiente, contrapesen el poder que sobre los precios, la calidad y los servicios tienen y utilizan monopolisticamente u oligopolisticamente estos grupos.  Promulgará, en consecuencia, una Ley Antimonopolio.
Es evidente que ha habido un notable desbalance entre el progreso científico, tecnológico, de profundas innovaciones entre las relaciones hombre-naturaleza, de las actividades humanas determinado por aquel progreso, de un lado, y la adaptación integral del hombre a esta situación, no sólo nueva sino cambiante y dinámica. El conocimiento producido por el hombre ha transformado el mundo, pero en el fondo ha servido poco para cambiar al hombre mismo. Es innegable que el  sistema educativo no sólo padece de las fallas generales imputadas universalmente a la educación, sino de atrasos y defectos que lo hacen un instrumento imperfecto y hasta dañino para la formación de los jóvenes.
Se tiene que hacer una verdadera revolución educativa, como se ha planteado  en el  Programa de Gobierno. En la orientación humanista, democrática y social. En la extensión efectiva a todas las clases sociales impidiendo que el factor económico sea un limitante; ya todas las edades y condiciones culturales, ya que estan enfrentados al reto de una educación continua, de permanente renovación de conocimientos. En la diversidad de campos y niveles, ya que la sociedad actual y la futura requieren una multiplicidad variante de profesiones, técnicas y destrezas. En la metodología que debe ser cada vez más activa, experimental y capaz de llevar al estudiante a la médula fundamental del conocimiento a través del cúmulo creciente de informaciones y de criterios. Se debe crear un nuevo sistema educativo de carácter permanente, no de carácter terminal. Se tiene que pasar de un sistema educativo basado en el "caletre" y "memorizante", a otro que estimule la imaginación de los estudiantes. Educación para vivir y no sólo para sobrevivir. Es imprescindible la extensión de la educación Pre-escolar; llevar la educación obligatoria a 9 años, llegando hasta el Ciclo Básico actual; realizar una verdadera diversificación en la educación, media y hacer de la educación superior un verdadero sistema que forme los recursos humanos de alto nivel e impulse la Ciencia y la Tecnología. Es evidente que la transformación de los organismos y medios educativos —que atienden la formación sistemática del hombre  no son los más responsables de esa formación. Los medios de comunicación social —Radio, TV, Prensa — influyen poderosamente en su conformación. Se ha reconocido también que no lo están haciendo hoy de manera constructiva y que no actúan dentro de una verdadera orientación educacional.
En el Programa, de Gobierno plantea la redefinición de estos medios como instrumento educacionales complementarios de primer orden. Por supuesto que sin la revisión y transformación de la estructura docente actual no nos sería posible alcanzar las metas propuestas. Por este motivo un plan audaz de reentrenamiento de maestros y profesores combinado con sus correspondientes programas de incentivos, es parte esencial del  programa en este sector.
            Procurará que la influencia de la Iglesia, sobre todo en lo que respecta a su importancia en el proceso educativo y en obras de asistencia social, sea aprovechada al máximo para contribuir a la revolución educativa que realizará y para cooperar en los programas de lucha contra la pobreza y por la redención de las clases más pobres del país.
La educación privada tendrá pleno apoyo del Estado, en la medida que la programación y ejecución de sus actividades armonice con los planes de desarrollo económico, social y educacional del Estado, y en especial, si canaliza sus recursos hacia la formación de los jóvenes para la conquista de una sociedad próspera, democrática y justa. En este sentido, cabe señalar iniciativas como la de la Fundación La Salle, donde un grupo de religiosos vinculados a la educación privada, coopera en el sector empresarial y con el sector público en el desarrollo de programas de investigación científica y de formación de técnicos, sobre todo para la evaluación, explotación y conservación de nuestros recursos pesqueros. En los programas de "lucha contra la pobreza" la Iglesia puede ser de gran valor, contando con la experiencia adquirida por instituciones como Fe y Alegría, que pueden ser de enorme utilidad para complementar la acción del Estado en la lucha a fondo por la educación, y la capacitación de los jóvenes en las clases más pobres de nuestra sociedad. Espera que la formación de ideas en el seno de la Iglesia, como la confrontación de ideas en el seno de todos los grupos de la sociedad, no sea obstáculo para que cooperen de manera coherente en la labor de transformación económica, social y cultural que propone. Se estima que en cualquier grupo de la sociedad, la confrontación interna de ideas, refleje las necesidades vitales de la  realidad y se aboque a encontrar las soluciones más adecuadas a los problemas, respondiendo no a esquemas abstractos, sino a las condiciones específicas de país sub-desarrollado que lucha por el progreso, la independencia y la justicia.

Jesús A. Paz Galarraga.-
 La Nueva Fuerza estima —y así lo expresa en su programa de gobierno— que la solución definitiva al problema de la desocupación no podrá darse sino en el marco de una profunda transformación de las estructuras económicas y sociales del país. Para realizar la liberación nacional y abrir cauces a una democracia socialista, el futuro gobierno popular (representante de los asalariados, de la masa marginada y de las capas medias progresistas, entre las cuales se debe mencionar los profesionales, científicos y técnicos, y los pequeños y medianos empresarios de la ciudad y del campo) colocará el proceso económico bajo el control del poder público, a través de nacionalizaciones básicas y una planificación centralizada y racional. Sin embargo, la propiedad privada de tipo medio, no sólo no será afectada, sino protegida. Al mismo tiempo debe iniciar una enérgica redistribución del ingreso entre clases sociales y entre regiones geográficas. Cada etapa de esa transformación conllevará medidas tendientes a reducir la desocupación y a eliminarla. Desde el inicio del gobierno popular, se reorientará el crédito industrial, agropecuario y comercial desde los grandes hacia los medianos y pequeños empresarios de la ciudad y del campo. La pequeña y mediana empresa es la que genera mayor empleo, y la mencionada reorientación del crédito, que incluye la nacionalización o estatización de la banca, servirá de importante instrumento para hacer disminuir la tasa de desempleo y de subempleo. En el medio rural, además de estimular las pequeñas empresas agropecuarias particulares, se iniciará de inmediato una reforma agraria nueva, no individualista sino cooperativa. Las cooperativas o comunidades campesinas, establecidas en latifundios expropiados (cuyos antiguos propietarios serán indemnizados mayormente en bonos), constituirán una base para frenar el éxodo rural y solucionar el problema del desempleo en el campo. Realizarán lo que se ha llamado la urbanización del campo. Por último, el gobierno popular invertirá grandes sumas y esfuerzos en una expansión de los servicios de capacitación, no solo de trabajadores ya empleados, sino también de desocupados. Junto con ello, se realizará un censo de desocupados y se procurará reubicar a éstos en las zonas del país donde con mayor facilidad encuentren trabajo. Tal reubicación se efectuará por métodos persuasivos, con la colaboración muy activa de sindicatos y comités populares.
 En los sectores básicos (o "alturas dominantes") de la economía nacional, la empresa estatal, con participación de los trabajadores en su gestión, constituirá el factor dinámico y preponderante del desarrollo económico y social. Pero, a pesar de ello, la inmensa mayoría de las empresas (alrededor del 97 por ciento) permanecerán en las manos del sector empresarial privado El programa de la Nueva Fuerza prevee tres tipos fundamentales de propiedad: la estatal o social, la mixta y la privada, las empresas estatales abarcarán las siguientes ramas de la economía: petróleo, hierro, petroquímica, siderúrgica, banca, electricidad, grandes transportes, mercadeo agrícola y algunos complejos agroindustriales de tipo monopolista. Estos últimos pasarán al área mixta o a la propiedad privada de tipo cooperativo. Empresas mixtas existirán en el ámbito de la industria metal-mecánica, química y otras. anterior. El gobierno popular nacionalizará las compañías petroleras, considerando que ello es necesario para poder planificar el desarrollo nacional con verdadera soberanía y capacidad de decisión. Como medidas complementarias, ese acto de soberanía exige:
— Verdaderos contratos de servicio, principalmente con empresas estatales de países amigos; — La rápida adquisición, por compra y por arriendo, de una flota de tanqueros del Estado; — Un intensivo programa de formación de técnicos petroleros venezolanos, de sólida posición patriótica y progresista; — Estrecha colaboración con los países miembros de la OPEP y con otros Estados amigos; — Relaciones normales y francas con los Estados Unidos de Norteamérica, haciéndoles ver que no se dejarían intimidar por presiones, y que cumplirán con el mandato la nacionalización del petróleo y del hierro, que afecta intereses norteamericanos, pero que tampoco se tiene la intención de lesionar al pueblo norteamericano en sus legítimos intereses.
Es cierto que hoy el pueblo venezolano está decepcionado por una política formalista al servicio de los intereses privilegiados. La democracia representativa, durante los pasados quince años, se ha limitado a llamar al pueblo para escoger entre determinados candidatos, pero no se ha abocado a cumplir con lo esencial, que es poner en manos del pueblo un auténtico e inalienable poder en lo político, lo económico, lo social y lo cultural. Tampoco ha comenzado a efectuar la redistribución de la riqueza material y cultural,  sin la cual no existe igualdad y, por lo tanto, a la democracia le falta una de sus bases esenciales. El comportamiento oportunista y venal de muchos dirigentes políticos ha contribuido al descrédito de la democracia formalista.
La Nueva Fuerza anhela rescatar a la democracia de su desprestigio, sacándola del terreno formalista y proyectándola hacia el socialismo. Creen que, efectivamente, ese proceso implicará cierto grado de conciencia política por parte del pueblo. Esa mística se desarrollará como consecuencia de la participación en la lucha, y por efecto de un adoctrinamiento sencillo pero intenso en las ideas básicas de la liberación nacional y de la democracia socialista. El esfuerzo de adoctrinamiento —realizado actualmente a través de cada uno de los partidos que integran al Frente— procura inspirar al pueblo que marche con ellos, con una actitud combativa contra el neocolonialismo y por la verdadera independencia del país; una mística igualmente de combatientes contra el egoísmo oligárquico y en favor de la justicia. Esa mística tiene éxito y crecerá porque está acompañada de acciones concretas de lucha en el plano político, sindical, juvenil, entre otras. La juventud constituye un baluarte muy importante de la conciencia revolucionaria —sin desplazar el papel histórico de la clase obrera— y los jóvenes de la Nueva Fuerza contribuirán, junto con dirigentes maduros a difundir las ideas entre las masas obreras, campesinas y marginadas. Instalada en el Gobierno, la Nueva Fuerza difundirá y fortalecerá la conciencia y la mística nacionales, no sólo por los canales del poder estatal, sino a través de organizaciones partidistas, sindicatos, comités populares y agrupaciones juveniles.
Indudablemente se corre el riesgo de un desprestigio creciente de la política y de los políticos, lo que puede incidir en la pérdida de fe del pueblo en el sistema democrático. En la medida que este proceso vaya penetrando, sectores cada vez más vastos de la población, incorporándolos a una actitud de apatía política generalizada, las masas no podrían ser movilizadas a la acción política sino por métodos artificiales fundamentalmente de carácter publicitario.     Están muy conscientes de la necesidad de combatir al poder despótico de la oligarquía, por la creación de un "poder popular" que lo contrarreste y lo derrote. Dicho poder popular estará representado, en primer lugar, por el aparato del Estado cuando las fuerzas organizadas del pueblo lo conquisten y lo pongan a su servicio. En segundo lugar, están tratando de fundamentar el poder popular en el movimiento obrero organizado; es decir, en los sindicatos cuyos dirigentes y militantes se identifican con la causa de la liberación nacional y de la democracia socialista. En tercer lugar, están creando comités populares como órganos de base del poder del pueblo en todo el país. A través de los órganos citados, el pueblo debe estar en capacidad de contrarrestar y vencer al poder de la oligarquía, tanto en el ámbito económico-social como en el político.
En su Programa, la Nueva Fuerza analiza la actual situación de la educación y de la cultura en Venezuela bajo el aspecto de la neocolonización y la dependencia. Tan necesaria como la reestructuración de la vida económico-social lo es la renovación a fondo de los mecanismos de la educación y la cultura, para ponerlos al servicio del desarrollo independiente de la nación. Los medios de comunicación social deben aceptar un esquema de responsabilidad ante el interés de la colectividad. En el caso de la prensa escrita, sin afectarse el régimen de la propiedad privada, deben impedirse las concentraciones monopolísticas, y fijarse normas.
Con respecto a la participación de intereses extranjeros. En lo concerniente a la radio y la televisión, el Estado bajo el Gobierno Popular promoverá la adopción de leyes que eliminen la dominación de grupos extranjeros en esas ramas. Se asegurará la primacía de los programas de contenido cultural y educativo. Se estudiará, asimismo, la adopción de fórmulas institucionales que se aplicarán a la radio y la  televisión; esos medios de comunicación social son de carácter público, pertenecen a la colectividad nacional. Estarán orientados en sus lineamientos básicos por un organismo de tipo representativo, con participación del Estado, el sector privado, las Instituciones vinculadas a la cultura (las Universidades, entre otras) y los profesionales de la comunicación social.
 Esperarán  de la Iglesia una cooperación activa en el proceso de la liberación y de la reestructuración social. Vienen  de la izquierda laica, pero saben que ya está superado en el mundo actual el viejo esquema que ubica al clero en la derecha y lo combatía como supuesto agente de las oligarquías. Desde la época del Concilio Vaticano II, la Iglesia Católica se muestra plenamente consciente de los problemas de la dependencia y de la explotación capitalista, ya no niega al oprimido el derecho a la rebelión contra la justicia. Si bien es cierto que existen jerarquías conservadoras, representantes del clero critican radicalmente al sistema establecido y luchan en favor de soluciones de carácter socialista, las cuales son compatibles con el auténtico cristianismo. Al actuar de esa manera, responden cabalmente a las enseñanzas revolucionarias de Jesucristo y de los Padres de la Iglesia. Esperan  que estos sacerdotes y religiosos progresistas, que no vacilan en aceptar la democracia socialista como solución para los problemas de nuestro tiempo, estén al lado del Gobierno Popular que presidiré. Asimismo, serán receptivos a las opiniones emitidas por la Iglesia en su nueva expresión socialmente progresista, en cuanto al contenido social-moral de la obra.
            José Vicente Rangel.-
 El combate al desempleo, la redistribución de los ingresos dando más a quienes tienen menos y el mejoramiento a cortísimo plazo de las condiciones de vida de las masas populares, constituyen objetivos principalísimos del período de transición hacia la implantación de una economía socialista. El aumento inmediato del empleo se logrará mediante programas de mejoramiento familiar y comunitario en obras y servicio básicos, de utilización de la capacidad ociosa en ramas productivas esenciales y mediante la introducción de métodos que usen intensivamente la mano de obra. Ello exigirá un vuelco en la actual política nacional del gasto público, en la orientación tecnológica, en la atribución de los recursos productivos y en la finalidad social de la actividad global, encaminado a revalorar el trabajo. En tal sentido se emprenderá .una transformación socialista de la producción agrícola, ganadera y pesquera, eliminando la concentración monopolista y redistribuyendo la tierra, el ganado y los equipos a los campesinos y trabajadores agrícolas, preferentemente en grupo. Ello se apoyará con obras tendientes a fortalecer la economía campesina cooperativa o individual tales como sistemas sencillos de irrigación, drenaje, diques, lagunas, vías de penetración y caminos vecinales, defensa y repoblación forestal, vivienda rural, entre otras, así como con la labor de difusión tecnológica y la extensión masiva para el cultivo y la cría de especies autóctonas, especialmente en pastos, ganadería menor, actividad forestal, pesca continental, entre otras.
Las obras de defensa, preservación, saneamiento y mejoramiento del medio ambiente en montañas, bosques, ríos, lagos, playas, carreteras, entre otros. Absorberán grandes contingentes de trabajo; así como las obras para mejorar las condiciones de vivienda y de habitabilidad en los barrios pobres de las áreas urbanas, con remodelación y dotación de servicios comunales con participación de los propios habitantes Al mismo tiempo han de emprenderse obras de mayor cuantía, tales como represas, canales, astilleros, puertos, líneas de ferrocarril, construcción de plantas industriales, proyectos agropecuarios, entre otras, para mejorar la base productiva del país. Por último, las revoluciones educativas y sanitarias destinadas a garantizar el aprendizaje, la formación y la protección de la salud física y mental de todos los venezolanos y al mejor conocimiento y evaluación de los recursos nacionales de todo orden exigirá la movilización de inmensos contingentes humanos.
El tipo de empresa industrial por excelencia que se establecerán es la de coparticipación de los trabajadores y del Estado Socialista. Los representantes de éste velarán porque se consideren los intereses generales de toda la comunidad y por la coordinación con las metas fijadas por la planificación central nacional. Los trabajadores de cada empresa, en tanto que copropietarios preferentes de la misma, velarán por sus intereses tanto colectivos como individuales. Aspiran a que de la interacción compensatoria de los dos elementos, surja una dinámica que asegure la justicia social, la libertad individual y la eficiencia productiva. Tratarán también de crear empresas mixtas en que se asocien el Estado socialista y los capitalistas privados. Respetarán la existencia de empresas industriales privadas, pequeñas y medianas, cuyo funcionamiento no entorpezca la marcha general hacia la socialización.
En cuanto al petróleo, sin que excluya a priori la nacionalización parcial o total de ésta o aquella empresa entre las varias medidas que pudieran aplicarse, no consideran que eso sea fundamental. Lo fundamental  es el proceso de socialización que significa inicialmente poner los ingresos petroleros al servicio de la economía popular y asumir el control de las decisiones fundamentales sobre la actividad petrolera, asegurando de esta forma el resguardo de nuestros recursos petrolíferos, la maximización de sus beneficios para el pueblo y que la reversión desemboque en la explotación total de los hidrocarburos por el Estado socialista y trabajadores —manuales, administrativos y técnicos— para beneficio colectivo de todos los venezolanos como lo pauta la Constitución.
El desencanto por la política es consecuencia inevitable de la política de dominación de las clases que explotan a la sociedad venezolana. Es un fenómeno complejo, que a muchos puede parecerles paradójico, pero que en realidad hace parte esencial de esta política. Es aparentemente paradójico, porque le sirve a los intereses dominantes —en la medida que favorece el deterioro de la conciencia política y disminuye los niveles de exigencia social— y al mismo tiempo los perjudica —pues termina produciendo entre las grandes mayorías un alto grado de decepción y desinterés por sus corrompidas maquinaciones, lo cual, como se está viendo actualmente, no deja de ser un terreno propicio para el desarrollo de alternativas político sociales frontal y racionalmente opuestas al sistema. La aparente paradoja desaparece cuando se entiende que los mecanismos de la política dominante son útiles a corto y mediano plazo para el sistema de explotación,  pero a largo plazo lo perjudican, pues sus efectos decepcionantes tienden a hacerse acumulativos. Por lo tanto, estimular una mística política nueva es no solamente condición necesaria para la destrucción del estado de opresión y fraude imperante en nuestro país; es también una posibilidad objetiva que encuentra una de sus bases, precisamente en la vigencia forzada de este sistema. En este sentido, propondrán una nueva manera de hacer y participar en la política.
La disposición de la mayoría de los venezolanos es la  de luchar por conquistar un mundo mejor. Por esta razón, igualmente se preocupa desarrollar la otra parte del basamento necesario para esta entera redefinición de la política. Es decir, la concepción e implementación del proyecto en función del cual debe producirse la integración de la teoría y la práctica de la transformación de la sociedad injusta en que se vive; la destrucción del poder mortífero de la burguesía, tal como se materializa en el Estado venezolano y en las organizaciones políticas de la burguesía dependiente. Este proyecto se define por un objetivo muy preciso y la lucha por alcanzarlo es  causa: el socialismo. Su mística es el socialismo por el cual están luchando en Venezuela y para Venezuela. Este es el punto de ruptura con el sistema político dominante y el punto de nacimiento de la nueva manera.de hacer política que ya han  empezado a protagonizar.
En síntesis, los partidos y los políticos de la miseria y de la dependencia han entendido y practicado siempre la política como un medio para preservar, defender a sangre y fuego y organizar hasta donde pueden, el orden económico-social capitalista dependiente, en el cual ellos satisfacen, sin ningún otro miramiento, sus intereses particulares. Ellos, situados en el extremo opuesto, entienden la actividad política como un proceso de realización de los intereses mayoritarios de la sociedad, que son, los  de  los explotados y oprimidos; un proceso en el cual las decisiones que se toman deben ser expresión de la capacidad creativa y combativa de todos los nuevos realizadores de la historia, y no de unos pocos poderosos o unos cuantos jefes por propia designación. Por eso el socialismo es su causa. El socialismo es la nueva mística que están  proponiendo y realizando desde la lucha misma por alcanzarlo.
 El orden social en el cual viven los venezolanos es el de la explotación y la dominación ejercida por los grandes grupos económicos capitalistas, nacionales y extranjeros, en todas las esferas de la vida. Dueños de los medios fundamentales de producción, los grandes millonarios explotan y dominan a Venezuela, viven del trabajo de la inmensa mayoría de sus pobladores, se apropian de la mayor parte de la riqueza que ellos crean y que la naturaleza encierra. La relación así establecida es fuente de grandes desigualdades en los niveles de ingresos, en los niveles de acceso a la educación, a la salud, a la cultura, a la recreación, y en las posibilidades efectivas de intervenir y decidir el destino del país.
En el plano del gobierno, la llamada "democracia representativa" no es, por lo tanto, sino un gigantesco mecanismo para mantener como dueños del poder político a quienes son los dueños de la economía. Esto significa que no es posible neutralizar las presiones de tales grupos sin cambiar el orden económico- social capitalista. Por eso creen que es necesaria la reorganización socialista de la sociedad venezolana y están empeñados en contribuir a esta máxima tarea: para que las exigencias de justicia social que anidan en el seno de la gran mayoría puedan ser satisfechas. Y por eso también conciben el nuevo poder, fundamentado en la nueva sociedad como resultado del quehacer de todo el pueblo, mediante su permanente y consciente intervención y su responsabilidad como factor realmente dirigente. Pues siendo los trabajadores los que producen la vida material y la cultura, y conformando ellos la fuerza y el destinatario por excelencia de la transformación socialista, ellos tendrán la más efectiva, genuina y directa participación en las funciones dirigentes de la empresa forjadora del mundo nuevo. Esta participación es lo que expresa el contenido esencial de la democracia socialista. La realización de este principio cardinal, significa que los trabajadores, en cuanto productores directos de la vida material de la sociedad, serán en la nueva sociedad socialista parte fundamental de la composición del poder, y que las organizaciones de las masas populares intervendrán, a través de representantes propios, en todos los niveles de los órganos planificadores y coordinadores de la actividad económica, política y cultural. Pero hay más: un hecho decisivo para la realización de la democracia socialista será la existencia, junto al Estado, de instituciones de base en las que el pueblo asumirá funciones de poder de manera directa e inmediata. Este poder popular, ejercido en las unidades económicas de la ciudad y del campo, así como en los centros educacionales y culturales, en los lugares de residencia y los procesos de comunicación colectiva, tomará para sí responsabilidades de dirección, convirtiéndose progresiva y crecientemente en los órganos mediante los cuales las masas ejercerán, cada vez más, las tareas de gobierno necesarias a la nueva vida social. El gobierno socialista, entendido como poder popular, enfrentará a los antiguos explotadores con la decisión y los medios acordes con la magnitud y naturaleza de la resistencia que presenten. El cumplimiento de esta responsabilidad, en legítima defensa del cambio revolucionario, puede implicar limitación de derechos o ejercicio de la coerción, necesarios para impedir que las clases dominantes de ayer subviertan el nuevo orden social conquistado por la gran mayoría. Pero todos aquellos que actúen dentro de la legalidad podían expresar sus opiniones y ejercer oposición en forma organizada.
 Los miembros de las antiguas clases dominantes no perderán su condición de ciudadanos, sino la propiedad que ahora detentan sobre los medios de producción, y sus inadmisibles privilegios, tanto económicos, como sociales y políticos del gobierno socialista se orientará a producir los primeros impulsos y crear las bases de la educación esencialmente nueva sin la cual no es posible la revolución cultural que es inseparable de nuestra concepción del socialismo venezolano. Esta política seguirá las líneas y se traducirá, desde el momento de la toma del poder, en las medidas siguientes: La educación será un arma fundamental para acabar definitivamente con las bases esenciales de la injusticia y la desigualdad. Será profundamente democrática en cuanto a los sectores sociales que de ella se beneficien, así como también universal y global en sus contenidos y propósitos. Estará dirigida a la especialización pero también a la formación integral; a la elevación de la calidad y a la formación de capas de alta capacitación técnica y profesional, pero también a la elevación de un nivel cultural medio transitoriamente aceptable y cada vez más alto, entre grandes masas de la población; a la alta calificación científica y tecnológica, pero también al desarrollo de tecnologías intermedias. Tendrá como base el mejoramiento del sistema escolar, pero también en el desarrollo amplio de un sistema extra-escolar y en el rebasamiento de todo sistema parcial por parte de la sociedad educadora, considerada como un todo.
El sistema escolar estará verdaderamente organizado  en función de las necesidades esenciales del país. Particular atención se pondrá a la integración de las diferentes ramas y disciplinas; a la funcionalidad de los programas y los pensa; a la estructuración de trayectos educativos no tradicionales, que abran perspectivas acordes con la situación de los distintos sectores de educandos, en particular los que trabajan. Así se establecerá todo un sector del sistema escolar que responda a las condiciones reales de tiempo y los niveles culturales de los jóvenes sub-educados y de los adultos, para permitirles el acceso a niveles de educación cada vez superiores, sin seguir necesariamente el transcurso tradicional. Al lado del sistema escolar, se creará un vasto sistema no escolar, cuya función será proporcionar conocimientos básicos a los sectores que —principalmente por su participación en el proceso productivo— no disponen del tiempo necesario como para asistir al sistema escolar, así como también realizar la extensión cultural en general para toda la sociedad.
Siendo vital para la construcción del socialismo que el pueblo y sus equipos dirigentes asuman el impacto de la llamada "revolución técnico-científica", se implementarán todos los medios para alcanzar este fin, que es a su vez medio para otros objetivos fundamentales.  Se introducirán profundas transformaciones en el proceso de aprendizaje mismo, tendientes a que la persona pase a ser sujeto y no objeto de su propia educación, a través de la libre toma de conciencia de los objetivos individuales y sociales de ella, por el conocimiento de los sistemas a través de los cuales es impartida, por la configuración activa, experimental, práctica y creativa de todo el proceso.  
La gestación de la educación será profundamente democrática y participativa.  La educación se integrará en todo el cuadro de la acción cultural. Será un factor esencial en el desarrollo de una verdadera cultura popular latinoamericana y venezolana, en el combate contra el neocolonialismo cultural, al mismo tiempo que promoverá la asimilación crítica, en la mente popular, de los grandes logros de la cultura universal. Estimulará la búsqueda de una nueva relación entre cultura y política, que no signifique la subordinación de una a la otra ni tampoco la separación entre ellas, sino que las articule y las integre en un esfuerzo común.
En lo que se refiere al sistema de información, difusión y comunicación colectiva, durante el período de transición hacia la sociedad socialista se suprimirá el monopolio de los grupos económicos millonarios sobre los medios correspondientes, tales como la televisión, la radio, la prensa, el cine, entre otros. Estos pasarán a cumplir una función social prominente, para beneficio de toda la sociedad, como vehículos de la nueva educación y canales fundamentales para la realización de la democracia socialista. Para que se haga efectivo , para que la opinión nacional sea plenamente informada, y contribuya  a que el pueblo y sus organizaciones participen de veras en las decisiones sustanciales de la vida social, para prevenir posibles tendencias totalitarias en las esferas del poder central, la gestión de la propiedad y la dirección de los grandes medios de comunicación social serán ejercidas, dentro de las concepciones pluralistas, por el Estado, las organizaciones populares y las organizaciones o colectivos de trabajadores de esos medios. Los medios de comunicación hoy en manos privadas, pero no bajo el control de los grandes grupos millonarios, y que actúen dentro de los cauces de la legalidad socialista, podrá seguir en su situación actual. El gobierno socialista promoverá la aprobación de un estatuto legal sobre la materia, en el cual se precisen las definiciones sobre los medios de comunicación y el cumplimiento, en todos los casos, de su alta función social, dentro de los marcos de la nueva realidad cultural y en relación con los intereses fundamentales de la sociedad.
En la sociedad socialista para cuya construcción se plantea la toma del poder, se garantizará la plena libertad de cultos. No habrá religión oficial. El Estado será independiente de todas las Iglesias y éstas tendrán asegurados absolutamente los derechos para su funcionamiento y para el cumplimiento de sus fines específicos. Considerada la religión como asunto privado de los ciudadanos, los que profesen una, tendrán el derecho irrestricto a la manifestación de sus creencias en el ámbito social. La condición laica del Estado no se traducirá en la oficialización de conductas antirreligiosas. En su condición de ciudadanos, todos los creyentes tendrán oportunidad de incorporarse al esfuerzo de transformación social. Se actuará según la convicción de que una concepción religiosa, y en particular cristiana, de la vida puede constituir un fundamento para la asunción de un compromiso militante en el campo revolucionario, afirmación que encuentra una base indiscutible en la presente experiencia del proceso social en nuestro continente. En consecuencia, desde ahora se afirma la firme disposición a contribuir tanto a la convergencia de los socialistas no creyentes con los socialistas de inspiración cristiana en la lucha contra la sociedad capitalista establecida, como a la conjugación de los esfuerzos de unos y otros en la construcción del socialismo. Así, bajo el gobierno socialista que existirá en el período de la transición, todos aquellos que a partir de su fe se decidan por una presencia social y política revolucionaria, verán respetado y promovido su derecho a participar plenamente en la gestación de un mundo nuevo, a ser dirigente de la nueva sociedad y a integrar sus instituciones de gobierno en todas las escalas. (SIC. 1973
CONCLUSIÓN
            Como se pudo observar el bipartidismo, fue en  esencia, un sistema político  basado en la existencia de dos grandes partidos políticos que fueron los únicos con posibilidades reales de ocupar el poder.  Después de cuarenta y dos años de aquellas elecciones, quedó escrita en la historia el gobierno desarrollado por Carlos A Pérez y en los últimos años se ha visto en pleno desarrollo  parte de las ideas expresadas por Paz Galagarra y José Vicente Rangel. En lo que sí se puede coincidir: es que esos planteamientos tanto para la derecha como para la izquierda, esos pensamientos, tienen para ellos  plena vigencia. Así como nació el bipartidismo también llegarán a un desgaste paulatino, llevando a Caldera  salir de Copey y formar una nueva agrupación que era el producto del mismo desgaste.
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