Por: Luis Rafael García
Jiménez.
Introducción.
El
venezolano después de diez años de dictadura perezjimenista (Delgado C, Suárez
F, y Pérez J -1948-58), inicia su experiencia democrática con la convocatoria
a elecciones generales durante la Junta de Gobierno (Larrazábal – Sanabria).
Estas primeras experiencias democráticas contarán con la asistencia masiva de
los electores. Transcurrirán dos gobiernos adecos Betancourt –Leoni) y se
presentará el primer traspaso de poder de un partido de gobierno a uno de
oposición, producto de los comicios del año 68. Durante y después de las
elecciones del 73 se observará una campaña millonaria con asesores
estadounidenses y el nacimiento del bipartidismo entre Social Demócratas y
Social Cristianos, con una izquierda minoritaria y dividida.
En
1973, Acción Democrática se presentó con una maquinaria unida, coherente, sin
grietas de importancia, evitando los conflictivos procesos de selección de
candidato, el cual le había traído tan malos resultados en el año 1968, que los
llevó a la división.. En cambio el
partido Copei se contagió con los vicios del sistema y comete el mismo
error de AD en el 68, los copeyanos convirtieron la elección del candidato en
una verdadera lucha interna. La opción socialista se presentó en las elecciones
con dos candidatos: José Vicente Rangel, apoyado por el MAS y el MIR y
otros grupos pequeños; y la opción de Jesús A. Paz G. con el respaldo del MEP,
PCV, el UPI y sectores independientes.
Sólo Acción Democrática y Copei (social demócratas y
social cristianos) se mantuvieron en el poder, en una alternabilidad cuyos
relevos dependieron de las circunstancias específicas que se manifestaron cada
cinco años, al ritmo que se sucedieron los períodos constitucionales. Hecho
histórico conocido como el bipartidismo.
I.-
Caldera y las elecciones.-
Después del Pacto de Punto Fijo (31-10-58) transcurrieron tres períodos constitucionales:
Rómulo Betancourt (AD), Raúl Leoni (AD)
y el presidente en ejercicio Rafael Caldera del partido Social Cristiano
(Copei) quien había ganado por escasos votos (32.906), gracias a la división de
AD y al nacimiento del Movimiento Electoral del Pueblo (MEP) liderado por el maestro
Luis Beltrán Prieto Figueroa. Se llega a las elecciones del 9 de diciembre de
1973. A partir de estas elecciones se
puede constatar los resultados del Pacto de Punto Fijo. Y de acuerdo
con Puerta (2006) “quedó establecido que el modelo de
representación descansaría fundamentalmente en la repartición de espacios y
cuotas de poder a los que sectores participantes tendrían acceso” (p.139).
Rom
(1997) expresa que en abril de 1965 el VII Pleno de Comité Central del PCV
había decidido la línea política de paz
democrática y en noviembre un grupo de dirigentes (Márquez, Petkoff y Muñoz) exigieron al partido que iniciara un
proceso de repliegue de la lucha armada y apertura a la lucha legal. En mayo de
1966 son expulsados del PCV Douglas Bravo y otros jefes guerrilleros y éstos asumen las banderas de del FLN-FALN. En abril
de 1967 el Comité Central del PCV
reconoció explícitamente la derrota de la lucha armada y optó por el repliegue
militar y la búsqueda de la legalidad democrática. En las elecciones de 1968 el
PCV participa temporalmente, del
movimiento Unión para Avanzar (UPA). Aunque no presentó
candidato presidencial, si postuló candidatos para las elecciones
parlamentarias. En marzo de 1969, el PCV y parte del MIR se acogieron a la vida
legal, de acuerdo a la política de pacificación. En enero de 1971 fue fundado
el Movimiento al Socialismo (MAS).
El
socialcristiano Rafael Caldera durante
su quinquenio había logrado materializar su Política de Pacificación. Él había heredado la lucha armada, iniciada en
los años 60´ del siglo XX, con la intervención del Cardenal Quintero se logró
la pacificación. Era el momento de la discusión, en la izquierda, de las condiciones
objetivas y subjetivas; es decir, existían claramente las condiciones objetivas
para la revolución, pero, el pueblo o las masas estaban alienados y no existían
las condiciones subjetivas para lograr el apoyo necesario. Algunos no estuvieron de acuerdo con la lucha
armada y para los otros fue difícil asumir la derrota.
En
este quinquenio también está presente la sombra del dictador Marcos Pérez
Jiménez, a través de la Cruzada Cívica Nacionalista (CCN). En las elecciones
del 68 habían obtenido más de 400.000 votos, lo cual los motivará a pensar en la
candidatura presidencial del ex--dictador, pero quedó solo en aspiración ya que los partidos
mayoritarios en el Congreso Nacional aprueban una enmienda constitucional que
lo inhabilitará (11 de mayo de 1973). Pero en la elecciones del 73 bajo la candidatura
de Pablo Salas Castillo obtuvieron solo
170.000 votos, lo que le dio derecho a una representación ínfima al Congreso.
Por su parte el PCV, en 1968, en una situación de cuasi-clandestinidad, con
otro nombre (UPA) y con la misma escasez de recursos económicos, obtuvieron más
de 30.000 votos. En 1973, en plena legalidad, con un diario en la calle
(Tribuna Popular), con nombre propio obtuvo menos de 10.000 votos. Aunque es
necesario acotar que la causa fundamental de la disminución de votos se debió
al impacto de la división masista. Aunque la crisis del PCV tiene sus origen
alrededor de 1950, ya que para la fecha había venido formándose como núcleo de
dirección alrededor de Pompeyo Márquez, y otro, al de los fundadores: Gustavo
Machado y Eduardo Machado.
II.-
La escogencia de los candidatos.
En las elecciones de 1973, Acción Democrática no
quería cometer errores anteriores y se planteó dos retos: a) lanzó como
candidato a un hombre que exhibía el historial más polémico de esa tolda
política ya que Carlos Andrés Pérez fue Ministro de Relaciones Interiores del
gobierno de Betancourt cuando se inició el movimiento armado en Venezuela (la
época más violenta y represiva del siglo xx). b) El candidato en ningún momento
oculto su estrecha relación con sectores de la derecha y del capitalismo
nacional e internacional. El partido AD evitó conflictos internos en la
selección de su candidato. Se consultó a la base pero ya se había llegado a un
consenso, sin discrepancias, la Convención adeca se reunió para elegir la Pérez
no para la confrontación con otros aspirantes.
En cambio el partido socialcristiano Copei cometió
el error de los adecos en el año 68, ya que los delfines de Rafael Caldera se
sintieron con derecho de aspirar a ser el candidato a la presidencia,
adquiriendo características de conflicto público en el cual participaron
copeyano y no copeyanos: Lorenzo Fernández (favorito de Caldera), Luis Herrera
Campins y Arístides Beaujón no parecían ser militantes del mismo partido, sino
adversarios a muerte, una vez realizada la Convención Lorenzo Fernández fue
impuesto mediante presiones y lo se denominó la política del “maletín” (a punta
de billetes), a partir de este momentos los socialcristianos no serán los
mismos, muchas heridas quedaron abiertas. De los tres candidatos copeyanos
Fernández era el más débil; su hablar era dificultoso,, desprovisto de un
aparato teórico y y un aspecto de cansancio con estas características era el
menos indicado a enfrentarse a Pérez que su apariencia era dinámica (¡ ese
hombre si camina!).Los copeyanos vendieron la imagen de Fernández como el
“hombre bueno” y padre de familia. En la prensa nacional aparecieron dos fotos
emblemáticas: Pérez saltando un charco y
Fernández dormido en avión Conscientes de su debilidad frente a los adecos, los
copeyanos buscaron alianzas que en nada los beneficiaron entre ella con FDP, el Alirismo (grupo dicidente de URD) y otros pequeños
grupos de escasa significación política.
Las opciones socialistas: la novedad de estas
elecciones fue la presencia de dos candidatos de izquierda que no encontraron
fórmulas posibles para lograr la unidad y la presencia de un candidato único.
El candidato José Vicente Rangel apoyado por el Movimiento al Socialismo – MAS
- , el Movimiento de Izquierda Revolucionaria – MIR – y otros grupos menores.
El otro candidato Jesús A. Paz Galarraga apoyado por el Movimiento
Electoral del Pueblo – MEP – (quien en las elecciones del 68 habían obtenido más
de 400.000 votos), el Partido Comunista de Venezuela – PCV - , el UPI y
sectores independientes. La consigna de campaña del MAS-MIR era: “socialismo ya” e identificaron la
figura del candidato con la figura del beato José Gregorio Hernández
(manipulando el imaginario colectivo, creyente católico); además
dirigieron la campaña al sector joven de
la población y orientada a cautivar los sectores intelectuales (en pleno “boom”
de la literatura latinoamericana). En cambio la otra opción socialista
representada por la Nueva Fuerza de Paz Galarraga carecía de atractivo para
aquella gente que podría respaldarlo en las urnas, debido a su seriedad, se
insistió en todo momento en un programa de acción cuyo objetivo final era
preparar las condiciones para adelantar después la construcción del socialismo.
El resto de los candidatos no tenían la opción de
ganar: sin maquinaria política, sin recursos económicos, sin asesoría foránea y
sin el apoyo de los medios de comunicación.
III.-
El nacimiento del bipartidismo.
Los electores siempre han decidido su voto calculando
los beneficios que pueden obtener de uno u otro partido, de uno u otro
candidato. Siendo su decisión más clara en la medida que se reduzca la oferta
electoral. A partir de 1973 se inicia la consolidación de lo que se conoce como
bipartidismo, en este caso AD y Copei. Con la presencia minoritaria de
organizaciones de izquierda cuyos exponentes serán el MAS (Movimiento al
Socialismo), el MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) y el MEP
(Movimiento Electoral del Pueblo), el primero producto de la división del PCV y
los últimos de divisiones de AD.
El
bipartidismo, en esencia, es un sistema político basado en la existencia de dos grandes
partidos políticos que son los únicos con posibilidades reales de ocupar el
poder. Algunos
investigadores lo han denominado “bipartidismo atenuado” (Molina y Pérez, 1996). Al llegar Caldera al
poder los partidos AD y Copei inician el
proceso de institucionalización, la volatilidad electoral será reducida,
tejiendo una extensa red de lealtades partidistas y llegarán a dominar toda la
vida social. Esta situación será denominada por algunos como
“partidocracia” (Rey 1991) y otros como
“Partiarquía” (Coppedge, 1994). La pérdida de legitimidad de AD y Copei
comenzará a manifestarse a partir del "Viernes Negro", durante el gobierno de
Luis Herrera, manifestándose como una crisis abierta del sistema de partidos
durante 1993 cuando tiene su primera
expresión electoral. (Levine, 1993).
En Venezuela
se cumplirían las condiciones para el nacimiento del bipartidismo, desde el
punto de vista cuantitativo (Sartori,
1986) solo AD y Copei tenían la opción de ganar la presidencia y controlar al
Congreso, Asambleas Legislativas y Concejos Municipales. Se considera bipartidismo, si hay dos partidos que superan
en conjunto el noventa por cierto de los votos y ninguno de los dos por si solo
obtiene el setenta por cierto de los votos. (Rae, 1971).
En las elecciones anteriores a 1973 se puede observar que ésta condición no se cumple:
.- Elecciones de 1947: Gallegos -AD- 74 %. Caldera -Copei- 22%
Machado –PCV- 4%.
.- Elecciones de 1958: Betancourt
-AD- 49,18%. Larrazábal –URD.PCV.MENI 37%. Caldera –Copei- 15,66.
.- Elecciones de1963: Leoni –AD - 32% - Caldera –Copei- 20%.
.- Elecciones de 1968: Caldera –Copei-
29,13%. Barrios –AD- 28,24.
Pero a partir de
las elecciones de 1973, se cumplen las condiciones del bipartidismo así
se tiene que: Carlos A Pérez –AD- 48,70. Lorenzo Fernández 36,70% y el
candidato que llegó de tercero obtuvo solo el 5,07% representado por Paz
Galarraga –MEP-PCV-.
Elecciones de 1978:
Luis Herrera –Copei- 46,64%. Luis Piñerúa –AD- 43,31%. José V Rangel –MAS-
5,18%.
Elecciones de 1983:
Jaime Lusinchi –AD- 56,72% Rafael
Caldera –Copei- 34,54% Teodoro Petkoff
–MAS- 4,17%.
Elecciones de 1988:
Carlos A Pérez –AD- 52,89%. Eduardo Fernández
-Copei- 40,40%. Teodoro Petkoff –MAS- 2,71%.
A partir de 1993 se romperá o culminará
los veinte años de bipartidismo. Elecciones:
.-
Rafael Caldera Convergencia (Chiripero) 30,46%.
.-
Claudio Fermín –AD- 23,60%.
.-
Oswaldo Álvarez –Copei- 22,73%.
.-
Andrés Velásquez 21,95%.
El
venezolano acudía a las mesas electorales en masas, y esta actividad era
considerada una fiesta y las agencias internacionales de noticias reseñaban la
extraordinaria participación del pueblo. Pero como se verá a continuación ese
fervor popular por sufragar comenzó a disminuir y originar el fenómeno de la
abstención:
1958: 6,58%.
1958: 6,58%.
1963: 7,79%.
1968. 3,27%.
1973: 3,48%.
1978: 12,45%.
1983: 12,25%.
1988: 18,08%.
1993: 39,84%.
1998: 36,55%.
2000:43,69%.
Aunque la abstención ha ido en aumento, se
puede señalar que: “El comportamiento abstencionista es heterogéneo en sus
causas y efectos y no es un cuerpo homogéneo de ideas racionales que indican o
reflejan un debilitamiento de la democracia”. (Delgado, 1992, p. 403). Aunque
la abstención debe verse como una opinión de un sector de la población votante,
puede interpretarse como un no estar de acuerdo con ninguna de las opciones
ofrecidas.
Para
López (2006) La creciente abstención: “sería el inicio de una tendencia
sostenida de desafiliación política-electoral del ciudadano venezolano respecto
a los principales partidos que se habían convertido en maquinarias electorales sin conexión
orgánica con el ciudadano de a pie” (p.67).
IV.- Las elecciones de 1973:
El
17 de septiembre de 1970, el Congreso Nacional aprobó la Ley Orgánica del Sufragio, la que sustituyó a la Ley
Electoral vigente desde 1964. En esta ley se consagró la creación del Registro Electoral Permanente
y la votación mecanizada. Sin
embargo, el 3 de septiembre de 1973 se produce una modificación a la Ley
Orgánica y se establece una disposición transitoria, la cual consistió en
utilizar la boleta electoral como medio para emitir el voto en los comicios de
1973. Ya no se utilizarían las tarjetas electorales, una grande para presidente
y una pequeña para el Congreso y asambleas legislativas. A partir de ésta elección el elector
recibiría el tarjetón y un sello, con la palabra voto que colocaría encima de
una tarjeta grande y una pequeña.
Los
Miembros del Consejo Supremo Electoral para estas elecciones eran:
Presidente: Luis A
Pietri. –Independiente-
Primer Vice-Presidente: Arminio Borjas.
–Independiente.
Segundo Vice-Presidente:
J.L. Salcedo Bastardo. –Independiente-.
Miembros de los
partidos políticos:
Enrique Padilla Ron
(Acción Democrática).
Eduardo Aguilar (Partido Social Cristiano).
Francisco Marcano Battistini (Cruzada Cívica
Nacionalista).
Oreste Di Giácomo (Movimiento Electoral del
Pueblo).
Humberto Bártoli (Unión
Republicana Democrática).
Daniel Salazar Paz
(Miembro por los partidos minoritarios).
Carlos A. Sánchez Romero (Secretario).
Los
Representantes de partidos minoritarios ante el Consejo Supremo Electoral con
derecho a voz:
Douglas Dáger (Fuerza
Democrática Popular).
Félix Martínez Romero (Frente
Nacional Democrático).
Raimundo Verde R (Movimiento Democrático
Independiente).
Amado Cornieles
(Opinión Nacional).
Guillermo García P
(Partido Comunista de Venezuela).
José Manzo G (Partido Revolucionario
Nacionalista).
Rafael
López U (Partido Socialista Democrático).
Para el 30 de julio de 1973 estaban inscritos veinte partidos nacionales y un grupo de electores en el Consejo Supremo Electoral:
1.- Acción Democrática (AD). Presidente:
Gonzalo Barrios. Secretario General: Octavio Lepaje.
2.- Cruzada Cívica
Nacionalista (CCN): Presidente: Oscar Hurtado. Secretario General: Pablo Salas
C.
3.- Frente Nacional Democrático (FND):
Presidente: Martín Vegas. Secretario General: Pedro Segnini La Cruz.
4.- Frente Unido Nacionalista (FUN):
Secretario General: Alejandro Gómez.
5.- Fuerza Emancipadora (FE): Presidente:
Virgilio Acosta P. Secretario General:
Alberto Solano.
6.- Fuerza Democrática Popular (FDP):
Presidente: Wolfgang Larrazábal. Secretario General: Jorge Dager.
7.- Independientes (IP): Presidente: Luis
Hernández Solís. Secretario General: Antonio Armas Camero.
8.- Movimiento al Socialismo (MAS): Secretario
General: Pompeyo Márquez.
9.- Movimiento de Acción Nacional (MAN): Secretario
General: Germán Borregales.
10.- Movimiento de
Izquierda Revolucionaria (MIR): Secretario General: Secretario General: Simón
Sáez Mérida.
11.- Movimiento
Demócrata Independiente (MDI): Secretario General: Raimundo Verde Rojas.
12.- Movimiento Electoral
del Pueblo (MEP): Presidente: Luis Beltrán Prieto Figueroa. Secretario General:
Adelso González. (Paz Galagarra será el Secretario General desde su fundación).
13.- Movimiento Popular
Justicialista (MPJ): Presidente: Abdelkader Márquez. Secretario General: José
M. Arellano.
14.- Opinión Nacional
(OPINA): Pedro L. Peñalver. Secretario General: Amado Cornieles.
15.- Partido Comunista
de Venezuela (PCV): Presidente: Gustavo Machado. Secretario General: Jesús
Farías.
16.- Partido Nacional
Integracionista (PNI): Presidente: Luis F. Llovera P. Secretario General: Emiro
Guzmán.
17.- Partido Social
Cristiano (Copei): Presidente: Pedro del Corral. Secretario General: Pedro
Pablo Aguilar.
18.- Partido Socialista
Democrático (PSD): Fundador Principal: José Rojas C.
19.- Partido Revolucionario
Nacionalista (PRN): Presidente: José Manzo G. Secretario General: Miguel García
M.
20.- Unión Republicana Democrática (URD):
Presidente: Dionisio López. Secretario General (e) Ramón Tenorio.
21.- Movimiento Desarrollista (MD)-(Grupo de
electores). Pedro Tinoco.
V.- La asesoría foránea:
A partir de la
elecciones de 1973, las campañas electorales serán totalmente diferentes ya que
“modernizarán” sus cuñas publicitarias con el asesoramiento de “técnicos”
extranjeros (estadounidenses), se contará con técnicas de mercadeo y de una
cuidadosa presentación de la imagen del candidato, en conclusión la campaña se
“mediatizó”. Claro está, contar con toda esa ayuda foránea requería poseer
inmensos recursos económicos y solo dos partidos o candidatos podían asumir
esos costos. Los partidos Acción
Democrática (AD) y el Social Cristiano (COPEI) “importaron” cada uno a sus
propios asesores políticos para el diseño y manejo estratégico de la campaña
electoral. En el diseño de tales campañas participaron los más reconocidos
especialistas “gringos” de la época en esa materia. El candidato de
AD, Carlos Andrés Pérez, contrató como estrategas políticos a Joe Napolitan
(padre de la consultoría política moderna)
y a Clifton White, al productor Bob Squier y al mítico encuestador
George Gaither. El candidato de COPEI, Lorenzo Fernández, contrató los
servicios de Matt Reese y David Sawyer, pero éstos desarrollaron una campaña
muy conservadora.
Se considera que esa campaña ha
sido una de las más onerosas del mundo. Aunque no puede estimarse el monto
alcanzado, se cree que las cifras de costo invertidas en spots publicitarios,
mítines y material en general, por los dos partidos importantes de la época
alcanzaron más de cien millones de dólares en un tiempo, legal, de nueve meses
de campaña. (Disponible: http://jingleelectoral.com/tag/elecciones-1973/).
Aun que en realidad duró dos años, si se cuenta las elecciones internas de los
partidos.
Como una muestra de la
estrategia publicitaria utilizada por el candidato Carlos Andrés Pérez,
se podrá apreciar un jingle electoral que resonó en dicha campaña de 1973 la
cual proyectaba la imagen de un líder triunfador, imparable y lleno de vigor,
que el compositor Chelique Sanabria condensó y multiplicó en su jingle “Ese
hombre sí camina”: La instrumentación musical del jingle fue concebida para un
funk-rock moderno, es decir, guitarras eléctricas, bajo eléctrico, batería y
sección de metales, al estilo de las famosas agrupaciones ‘Earth, Wind &
Fire’ o ‘Kool & the Gang’, muy propio de la época. El estribillo ‘ese
hombre sí camina, va de frente y da la cara’ era cantado al unísono por un coro
masculino y femenino, para generar la idea de muchedumbre.
(Morao, J. 2014). La campaña electoral demostró una total desideologización tanto de AD
como de Copei, presentaron o vendieron a un “Lorenzo como el hombre bueno”
contra un Carlos Andrés Pérez como “el hombre enérgico” .
VI.- El papel de los medios de comunicación
Los medios de comunicación jugaron
un papel de primer orden en las
elecciones y en sus resultados, fueron dos años de propaganda incesante en
donde los partidos del estatus (AD y Copei) tenían el control casi
absoluto. Álvarez (1974) señalaba que la
influencia de los medios de comunicación
sobre el público han observado como la conducta del hombre común fue condicionada por el
mensaje publicitario. Un pueblo ablandado, profundamente por las herramientas de la publicidad. Ganó aquel que estuvo mejor preparado para sacarle
a la televisión, la radio y la prensa el máximo de sus poderes secretos, la
seducción mediática reemplazaría a la
concientización de las masas.
El día de las
elecciones los medios de comunicación desarrollaron “operativos” que cubrían
todo el territorio nacional con el apoyo de empresas privadas., según Márquez
(1974) entrada la tarde las emisoras de televisión comenzaron a dar proyecciones basadas en las
encuestas “a boca de urna”. Una vez difundido el candidato que encabezaba las
estadísticas (Carlos A Pérez), influyó
directamente en el proceso ya que
todavía muchas “mesas” no habían cerrado y quedaban gran cantidad de personas
en las “colas”, las proyecciones difundas dieron por resultado que:
a)
Las personas no querían perder su voto y
votaron por el “supuesto ganador”
b)
Otros desistieron y abandonaron la
“cola”
c)
Muchos testigos de mesas no continuarían
en sus labores porque innecesaria su presencia.
VII.- Resultado de las elecciones:
Con el funcionamiento de
alrededor de catorce mil mesas de votaciones se realizaron las votaciones el 9
de diciembre, a partir de las 6 am:
.- Total de la población electoral: 4.737.122.
.- Total de
votos escrutados: 4.572.187.
.- Total de votos válidos: 4.375.269.
.- Porcentaje de
votos nulos: 4,31%.
.- Porcentaje
de abstención: 3,48%.
.- Porcentaje de participación ciudadana: 96,52%..
El 85% del electorado se inclinó
por los partidos AD y Copei, el 15% una minoría en sí poco significativa,
habría de repartirse entre el resto de los partidos.
De acuerdo a Martín (1974), Acción Democrática controlará los cuerpos
deliberantes, su voluntad hegemónica se hizo patente en las elecciones para
directivas de los concejos municipales, casi en su totalidad integradas por
militantes de AD. Tuvo bajo control a la
Fiscalía, la Contraloría y el Poder Judicial, es decir, controlaba los tres
poderes y contar a la Confederación de trabajadores (CTV).
¿ Quiénes eran los candidatos para las elecciones ?
1.- Carlos
Andrés Pérez (AD- PRN, por el Congreso del Trabajo, por Causa Común y por
algunos grupos independientes.): 48,70%
2.- Lorenzo
Fernández (COPEI – FDP): 36,70%
3.- Jesús A Paz G. (Frente Nueva Fuerza: MEP-PCV,
del grupo tachirense de Carmen de Valera y de numerosas personalidades
independientes de Izquierda): 5,07%
4.- José V. Rangel (MAS-MIR) 4,26%
5.- Jóvito Villalba (URD): 3,07%
6.- Miguel A Burelli R. (OPINA): 0,78%
7.- Pedro Tinoco (PNI): 0,67%
8.- Martín García V. (PSD): 0,27%
9.- Germán Borregales: (MAN): 0,21%
10.- Pedro Segnini (FND): 0,14%
11.- Raimundo Verde R. (MDI): 0,09%
12.- Alberto Solano (FE): 0,02%.
Para Demetrio Boersner (1974) las
razones inmediatas evidentes que explicaron en gran parte el resultado
electoral fueron las siguientes:
a.- La colosal campaña
propagandística multimillonaria que los paridos AD y Copei realizaron durante
dos años.
b.- Fallas de la gestión
copeyana, y hechos económicos (la escasez
y la especulación de la azúcar).
c.- La división de los partidos
socialistas.
d.- Fallas de los
socialistas en materia organizativa y
propagandística.
e.- La propaganda antisocialista (las “cuñas” propagandísticas patrocinadas por el mundo. empresarial en el final de la campaña: el mecate, la cerca de alambres de púas,
el dramático señalamiento a la ausencia de navidad en los países socialistas,
contribuyeron, a juicio de muchos analistas de izquierda, a que muchos
electores de la izquierda se arrepintieran a última hora (Álvarez, 1974).
f.- Hechos externos como la
contrarrevolución chilena.
VIII. Cuáles eran las Ideas para
gobernar.
Según Caballero (1974) las horas
que faltaban entonces para la publicación
de los programas se alargaban un tanto. El caso es que a poquísimos días
de las elecciones, por fin los representantes
de los partidos del estatus (AD y Copei) presentaron al electorado
unos programas que nadie pudo haber leído , menos aún reflexionado sobre
ellos y sobre todo nadie, estrictamente nadie, pudo haber encontrado entre
ellos la menor diferencia, el menor enfrentamiento verdadero. Los partidos
dominantes en el escenario político venezolano han perdido todo perfil ideológico propio.
De los programas de gobiernos o las ideas para gobernar de todos los
candidatos a la presidencia, se han seleccionado tres, las de Carlos A Pérez, de
pensamiento social demócrata, quien
resultó ganador y las de los socialistas Paz Galarraga y José Vicente Rangel.
Estas ideas fueron extraídas de un cuestionario enviado a los candidatos el 4
de octubre de 1973 (por la Revista Sic). Los temas tratados fueron sobre:
Economía, política, sobre los grupos económicos, educación y cultura, y sus posiciones ante la Iglesia católica.
Carlos
A Pérez:
Pensaba desarrollar una política
de pleno empleo, tanto en el sector urbano como en el rural, y estaría orientada fundamentalmente de acuerdo
a los siguientes lineamientos: Impulso audaz a la agricultura creando empleo en
el proceso de la realización de inversiones, en las mejoras de tierras y
plantaciones, en la siembra, en la recolección, en el acopio, el transporte y
la comercialización de productos agropecuarios, en las actividades de
procesamiento industrial de estos productos, en las ventas comerciales y en la
producción de otros bienes. Construcción por el Estado de las vías de
penetración rural y de pequeños sistemas de riego como estructuras condicionantes
de la modernización de la agricultura y como parte de la ejecución de un
programa global para crear la infraestructura agrícola. Estímulos
fiscales y financieros a las pequeñas y medianas industrias y al
artesanado, sobre todo para el procesamiento de los productos agropecuarios. Ampliar
las operaciones productivas de las grandes empresas modernas de la agricultura
y de la agroindustria, dándole incentivos adecuados para que aumenten sus
inversiones empleadoras de mano de obra, sobre todo de aquellas orientadas a la
sustitución de importaciones; especial importancia y prioridad se dará a las empresas
agroindustriales donde participen de manera determinante en la integración de
su capital los propios productores que las abastecen de materias primas. Planes de conservación de infraestructuras— obras
de riego, carreteras, puentes, entre otros, que las mantengan en condiciones
satisfactorias, y le ahorren al Estado gastos excesivos de reparaciones esporádicas
y alarguen la vida útil de estas inversiones. Programas intensivos de construcción de
vivienda rural y mejoramiento de servicios en las poblaciones rurales. Llevar
el INCE al campo para adiestrar la mano de obra especializada que requieran las
actividades agropecuarias, para asegurar la realización de los planes de transformación
agraria y para cubrir la demanda de trabajadores calificados en el sector. Planes de arborización promoviendo a escala nacional
cuantiosas inversiones, tanto públicas como privadas. Desarrollo y aplicación de
sistemas que utiliza la tecnología intermedia en el sector rural.
Por
otra parte estimular el desarrollo
industrial descentralizado hacia las ciudades del interior con mayor potencial
de crecimiento que puedan convertirse en "polos de desarrollo".
Transformación urbanística de las ciudades con atención preferente a los
barrios para dotarlos de servicios públicos completos y programas de vivienda
para los grupos de menores ingresos. Plan de construcciones y mejoras en los barrios
pobres, servicios de vigilancia en las ciudades, conservación y ornato de
ciudades y pueblos. Desarrollo de la infraestructura recreacional. Crédito suficiente y estímulos a las pequeñas
y medianas industrias, tanto las que venden productos de consumo final como las
que suministran materias primas, partes y otros insumos a otras industrias. Construcción
de infraestructura para los servicios de salud y sanitario-asistenciales. Plan
de ampliación de infraestructuras y de los servicios de transporte urbano. Estímulo
a los proyectos turísticos. Programas intensivos de
entrenamiento, y reentrenamiento de la mano de obra. Medidas para que las
industrias y las empresas de servicios apliquen técnicas que sean intensivas en
la utilización de la mano de obra urbana. Contribución del sector
público para que los grupos de escasos recursos de la población formen empresas
de servicios y de producción en sus localidades.
Medidas
como las anteriores, le permitirían al Gobierno ir aliviando a corto plazo el
grave problema del "desempleo abierto" en el campo y en la ciudad, y
afirmando una serie de condiciones estructurales que permitan crear una sociedad más próspera, y
más estable en el futuro inmediato. A largo plazo y de forma permanente, el
pleno empleo estará garantizado por el crecimiento continuo de la producción y
de los ingresos reales de la población que están fundamentados en una política
agresiva de inversiones para la explotación soberana y la industrialización de
los hidrocarburos, los recursos mineros, energéticos, agrícolas, forestales, ganaderos,
pesqueros, entre otros, para lograr un sistema productivo diversificado y
estructuralmente adecuado a ventajas reales comparadas, dirigidas a crear ingresos
cada vez mayores para ampliar las dimensiones del consumo y del ahorro
popular, y asegurar a los venezolanos el derecho al trabajo en
ocupaciones estables bien remuneradas.
La
empresa estatal tendrá preferentemente su lugar en la explotación de las
riquezas básicas y en la prestación de servicios públicos. Dadas las ineficiencias
en cuanto a rentabilidad económica y social de muchas de estas empresas, se
procurará consolidarlas a fin de
disponer de un sector público empresarial, cuya misión directriz en la economía
se derive más que de sus dimensiones, de la eficacia con que opere como factor compensatorio
de los grupos económicos privados poderosos y como centro de captación de
excedentes económicos por el Estado, para dedicarlo a la capitalización dirigida
al beneficio social.
El
candidato Pérez expresó que: no profesaba concepciones dogmáticas sobre la propiedad
empresarial en sí, pues el beneficio que la sociedad derive de las unidades de
producción no depende necesariamente de la propiedad de éstas, sino de la
eficiencia con que operen y de la forma como las distintas clases y regiones
del país se beneficien de los resultados de la gestión productiva. En tal
sentido, tomará las medidas que garanticen que la distribución de los frutos de
la producción que generen las empresas, privadas o públicas se distribuyan de
manera equilibrada entre consumidores, trabajadores técnicos y empresarios y
entre todas las regiones y pueblos del país, para que no se canalice en forma
exclusiva a favor de los empresarios privados que dominan una tecnocracia
poderosa o de la burocracia empresarial del Estado. De hecho, en la economía
venezolana, el Estado, incluyendo sus empresas, es factor determinante. Lo que
falta es hacerlo eficiente para que su preponderancia en la conformación y
orientación del desarrollo económico y social, sea beneficiosa para la
comunidad. Consultará las opiniones calificadas y adoptará y ordenará estudiar
todas las alternativas, incluyendo este tipo de nacionalización parcial
mediante la adquisición de acciones. Hay que recordar que lo importante del
petróleo no es sólo cuanto se tiene, sino cómo y por cuánto se puede vender.
Por lo tanto la adquisición de experiencia en técnicas de mercadeo tiene, sin
duda, la misma importancia que la adquisición de “acciones”: al igual que el
fortalecimiento de la estructura operativa, financiera y técnica de la
Corporación Venezolana del Petróleo para prepararle para administrar la Industria petrolera.
La administración pública tendrá que ser adaptada a
las nuevas circunstancias bajo las cuales se explotará y administrará la
actividad petrolera y sus derivados. Faltando pocos años para la reversión a la
Nación de la mayor parte de las actuales concesiones, las compañías privadas
están manteniendo en niveles mínimos sus actividades de exploración y se corre
el riesgo de que la industria, por la no incorporación de las nuevas técnicas y
por ausencia de inversiones y mantenimiento apropiados, vaya deteriorándose
aceleradamente y encontrarse en el momento de la entrega de las concesiones
con equipos gastados y una tecnología obsoleta. Por esas razones, no esperar hasta 1983 para que el Estado asuma la
plena gestión del negocio petrolero. A fin de mantener la actual industria en
condiciones satisfactorias y para llevar a cabo los otros aspectos el programa petrolero, se procederá a muy corto
plazo, a una nacionalización que asegure la soberanía en la industria y que
llegue a nuevas fórmulas para la participación de empresas extranjeras en
aquellos aspectos en que se necesiten controlar sus recursos técnicos, sus financiamientos
o su capacidad de comercialización. Lo importante es que ser capaces de
mantener la industria en condiciones satisfactorias para que rinda el máximo
aporte a la economía y el progreso social de Venezuela sin detrimento de la
soberanía integral sobre los recursos naturales. Las características del
mercado petrolero en los próximos años, la búsqueda de abastecimiento seguro por
parte de los países industrializados, el fortalecimiento de la OPEP, crean
condiciones favorables para tener éxito en las
aspiraciones nacionalistas y para
la obtención, en las mejores condiciones para el país. Ahora no se tendrá prisa en vender el petróleo. Se Impondrá la tesis conservacionista. No
explotará más petróleo del que se
requiere para el desarrollo del país.
De
acuerdo al candidato: indudablemente se corre el riesgo de un desprestigio creciente
de la política y de los políticos, lo que puede incidir en la pérdida de fe del
pueblo en el sistema democrático. En la medida que este proceso vaya
penetrando, sectores cada vez más vastos de la población, incorporándolos a una
actitud de apatía política generalizada, las masas no podrían ser movilizadas a
la acción política sino por métodos artificiales fundamentalmente de carácter
publicitario. Afortunadamente todavía quedan grandes reservas de fe en la
democracia y en los partidos, como se refleja en la movilización popular en el
actual proceso electoral. Estas grandes reservas no han podido ser todavía
agotadas, a pesar de que la democracia no ha satisfecho las expectativas en lo
económico y en lo social. La transformación económica y social que realizará desde
el gobierno, dirigida a impulsar el progreso del país para beneficio de las
grandes masas trabajadoras, dotará a la democracia del contenido social requerido
e impulsará la acción de la política, de los partidos y de los políticos en la
dirección de acciones correctas de transformación del país y de beneficio
popular. Tan sólo este replanteamiento de las tareas de la democracia puede
imprimirle a la política y a la acción de los partidos el rumbo que los
conduzca a una merecida estimación popular.
No
se puede afrontar la transformación del país sin una alta mística política;
pero tampoco se puede crear una mística nacional sin precisar los objetivos del
desarrollo y marginando de planes y beneficios a las mayorías del país. La
mística se creará en la acción convocando el interés nacional en torno a planes
concretos y de grandes alcances populares en lo económico y en lo social. La
mejor forma de controlar la conducta de los grandes grupos económicos cuando
ella se opone al interés colectivo, es mediante una combinación eficiente de la
capacidad jurídica del Estado para impedir transgresiones de la ley contra el
interés público, y del poder fiscal del Estado para distribuir y capitalizar en
función social los beneficios económicos de estos grupos, a lo que puede
agregarse el ejercicio del poder compensatorio de la empresa pública, la
empresa privada o mixta independiente, que operando en forma social y comercialmente
eficiente, contrapesen el poder que sobre los precios, la calidad y los
servicios tienen y utilizan monopolisticamente u oligopolisticamente estos
grupos. Promulgará, en consecuencia, una
Ley Antimonopolio.
Es
evidente que ha habido un notable desbalance entre el progreso científico,
tecnológico, de profundas innovaciones entre las relaciones hombre-naturaleza, de
las actividades humanas determinado por aquel progreso, de un lado, y la
adaptación integral del hombre a esta situación, no sólo nueva sino cambiante y
dinámica. El conocimiento producido por el hombre ha transformado el mundo,
pero en el fondo ha servido poco para cambiar al hombre mismo. Es innegable que
el sistema educativo no sólo padece de
las fallas generales imputadas universalmente a la educación, sino de atrasos y
defectos que lo hacen un instrumento imperfecto y hasta dañino para la
formación de los jóvenes.
Se
tiene que hacer una verdadera revolución educativa, como se ha planteado en el Programa de Gobierno. En la orientación humanista,
democrática y social. En la extensión efectiva a todas las clases sociales
impidiendo que el factor económico sea un limitante; ya todas las edades y
condiciones culturales, ya que estan enfrentados al reto de una educación
continua, de permanente renovación de conocimientos. En la diversidad de campos
y niveles, ya que la sociedad actual y la futura requieren una multiplicidad
variante de profesiones, técnicas y destrezas. En la metodología que debe ser cada
vez más activa, experimental y capaz de llevar al estudiante a la médula
fundamental del conocimiento a través del cúmulo creciente de informaciones y
de criterios. Se debe crear un nuevo sistema educativo de carácter permanente, no
de carácter terminal. Se tiene que pasar de un sistema educativo basado en el
"caletre" y "memorizante", a otro que estimule la
imaginación de los estudiantes. Educación para vivir y no sólo para sobrevivir.
Es imprescindible la extensión de la educación Pre-escolar; llevar la educación
obligatoria a 9 años, llegando hasta el Ciclo Básico actual; realizar una
verdadera diversificación en la educación, media y hacer de la educación
superior un verdadero sistema que forme los recursos humanos de alto nivel e impulse
la Ciencia y la Tecnología. Es evidente que la transformación de los organismos
y medios educativos —que atienden la formación sistemática del hombre no son los más responsables de esa formación.
Los medios de comunicación social —Radio, TV, Prensa — influyen poderosamente en
su conformación. Se ha reconocido también que no lo están haciendo hoy de
manera constructiva y que no actúan dentro de una verdadera orientación educacional.
En
el Programa, de Gobierno plantea la redefinición de estos medios como
instrumento educacionales complementarios de primer orden. Por supuesto que sin
la revisión y transformación de la estructura docente actual no nos sería
posible alcanzar las metas propuestas. Por este motivo un plan audaz de
reentrenamiento de maestros y profesores combinado con sus correspondientes
programas de incentivos, es parte esencial del programa en este sector.
Procurará
que la influencia de la Iglesia, sobre todo en lo que respecta a su importancia
en el proceso educativo y en obras de asistencia social, sea aprovechada al
máximo para contribuir a la revolución educativa que realizará y para cooperar
en los programas de lucha contra la pobreza y por la redención de las clases más
pobres del país.
La
educación privada tendrá pleno apoyo del Estado, en la medida que la
programación y ejecución de sus actividades armonice con los planes de
desarrollo económico, social y educacional del Estado, y en especial, si
canaliza sus recursos hacia la formación de los jóvenes para la conquista de
una sociedad próspera, democrática y justa. En este sentido, cabe señalar
iniciativas como la de la Fundación La Salle, donde un grupo de religiosos
vinculados a la educación privada, coopera en el sector empresarial y con el
sector público en el desarrollo de programas de investigación científica y de
formación de técnicos, sobre todo para la evaluación, explotación y
conservación de nuestros recursos pesqueros. En los programas de "lucha
contra la pobreza" la Iglesia puede ser de gran valor, contando con la
experiencia adquirida por instituciones como Fe y Alegría, que pueden ser de
enorme utilidad para complementar la acción del Estado en la lucha a fondo por
la educación, y la capacitación de los jóvenes en las clases más pobres de
nuestra sociedad. Espera que la formación de ideas en el seno de la Iglesia,
como la confrontación de ideas en el seno de todos los grupos de la sociedad,
no sea obstáculo para que cooperen de manera coherente en la labor de transformación
económica, social y cultural que propone. Se estima que en cualquier grupo de
la sociedad, la confrontación interna de ideas, refleje las necesidades vitales
de la realidad y se aboque a encontrar
las soluciones más adecuadas a los problemas, respondiendo no a esquemas
abstractos, sino a las condiciones específicas de país sub-desarrollado que
lucha por el progreso, la independencia y la justicia.
Jesús A. Paz Galarraga.-
La Nueva Fuerza estima —y así lo expresa en su
programa de gobierno— que la solución definitiva al problema de la desocupación
no podrá darse sino en el marco de una profunda transformación de las
estructuras económicas y sociales del país. Para realizar la liberación
nacional y abrir cauces a una democracia socialista, el futuro gobierno popular
(representante de los asalariados, de la masa marginada y de las capas medias
progresistas, entre las cuales se debe mencionar los profesionales, científicos
y técnicos, y los pequeños y medianos empresarios de la ciudad y del campo) colocará
el proceso económico bajo el control del poder público, a través de
nacionalizaciones básicas y una planificación centralizada y racional. Sin
embargo, la propiedad privada de tipo medio, no sólo no será afectada, sino
protegida. Al mismo tiempo debe iniciar una enérgica redistribución del ingreso
entre clases sociales y entre regiones geográficas. Cada etapa de esa
transformación conllevará medidas tendientes a reducir la desocupación y a
eliminarla. Desde el inicio del gobierno popular, se reorientará el crédito
industrial, agropecuario y comercial desde los grandes hacia los medianos y
pequeños empresarios de la ciudad y del campo. La pequeña y mediana empresa es
la que genera mayor empleo, y la mencionada reorientación del crédito, que
incluye la nacionalización o estatización de la banca, servirá de importante instrumento
para hacer disminuir la tasa de desempleo y de subempleo. En el medio rural,
además de estimular las pequeñas empresas agropecuarias particulares, se
iniciará de inmediato una reforma agraria nueva, no individualista sino
cooperativa. Las cooperativas o comunidades campesinas, establecidas en
latifundios expropiados (cuyos antiguos propietarios serán indemnizados
mayormente en bonos), constituirán una base para frenar el éxodo rural y
solucionar el problema del desempleo en el campo. Realizarán lo que se ha
llamado la urbanización del campo. Por último, el gobierno popular invertirá
grandes sumas y esfuerzos en una expansión de los servicios de capacitación, no
solo de trabajadores ya empleados, sino también de desocupados. Junto con ello,
se realizará un censo de desocupados y se procurará reubicar a éstos en las
zonas del país donde con mayor facilidad encuentren trabajo. Tal reubicación se
efectuará por métodos persuasivos, con la colaboración muy activa de sindicatos
y comités populares.
En los sectores básicos (o "alturas
dominantes") de la economía nacional, la empresa estatal, con participación
de los trabajadores en su gestión, constituirá el factor dinámico y
preponderante del desarrollo económico y social. Pero, a pesar de ello, la inmensa
mayoría de las empresas (alrededor del 97 por ciento) permanecerán en las manos
del sector empresarial privado El programa de la Nueva Fuerza prevee tres tipos
fundamentales de propiedad: la estatal o social, la mixta y la privada, las
empresas estatales abarcarán las siguientes ramas de la economía: petróleo,
hierro, petroquímica, siderúrgica, banca, electricidad, grandes transportes, mercadeo
agrícola y algunos complejos agroindustriales de tipo monopolista. Estos
últimos pasarán al área mixta o a la propiedad privada de tipo cooperativo. Empresas
mixtas existirán en el ámbito de la industria metal-mecánica, química y otras. anterior.
El gobierno popular nacionalizará las compañías petroleras, considerando que
ello es necesario para poder planificar el desarrollo nacional con verdadera soberanía
y capacidad de decisión. Como medidas complementarias, ese acto de soberanía
exige:
— Verdaderos
contratos de servicio, principalmente con empresas estatales de países amigos; —
La rápida adquisición, por compra y por arriendo, de una flota de tanqueros del
Estado; — Un intensivo programa de formación de técnicos petroleros
venezolanos, de sólida posición patriótica y progresista; — Estrecha
colaboración con los países miembros de la OPEP y con otros Estados amigos; —
Relaciones normales y francas con los Estados Unidos de Norteamérica,
haciéndoles ver que no se dejarían intimidar por presiones, y que cumplirán con
el mandato la nacionalización del petróleo y del hierro, que afecta intereses
norteamericanos, pero que tampoco se tiene la intención de lesionar al pueblo
norteamericano en sus legítimos intereses.
Es cierto que hoy el
pueblo venezolano está decepcionado por una política formalista al servicio de los
intereses privilegiados. La democracia representativa, durante los pasados
quince años, se ha limitado a llamar al pueblo para escoger entre determinados
candidatos, pero no se ha abocado a cumplir
con lo esencial, que es poner en manos del pueblo un auténtico e inalienable
poder en lo político, lo económico, lo social y lo cultural. Tampoco ha
comenzado a efectuar la redistribución de la riqueza material y cultural, sin la cual no existe igualdad y, por lo tanto, a la democracia le falta una de sus bases esenciales. El
comportamiento oportunista y venal de muchos dirigentes políticos ha
contribuido al descrédito de la democracia formalista.
La
Nueva Fuerza anhela rescatar a la democracia de su desprestigio, sacándola del
terreno formalista y proyectándola hacia el socialismo. Creen que,
efectivamente, ese proceso implicará cierto grado de conciencia política por
parte del pueblo. Esa mística se desarrollará como consecuencia de la
participación en la lucha, y por efecto de un adoctrinamiento sencillo pero
intenso en las ideas básicas de la liberación nacional y de la democracia
socialista. El esfuerzo de adoctrinamiento —realizado actualmente a través de cada
uno de los partidos que integran al Frente— procura inspirar al pueblo que
marche con ellos, con una actitud combativa contra el neocolonialismo y por la verdadera
independencia del país; una mística igualmente de combatientes contra el
egoísmo oligárquico y en favor de la justicia. Esa mística tiene éxito y crecerá
porque está acompañada de acciones concretas de lucha en el plano político,
sindical, juvenil, entre otras. La juventud constituye un baluarte muy
importante de la conciencia revolucionaria —sin desplazar el papel histórico de
la clase obrera— y los jóvenes de la Nueva Fuerza contribuirán, junto con
dirigentes maduros a difundir las ideas entre las masas obreras, campesinas y
marginadas. Instalada en el Gobierno, la Nueva Fuerza difundirá y fortalecerá
la conciencia y la mística nacionales, no sólo por los canales del poder
estatal, sino a través de organizaciones partidistas, sindicatos, comités
populares y agrupaciones juveniles.
Indudablemente
se corre el riesgo de un desprestigio creciente de la política y de los
políticos, lo que puede incidir en la pérdida de fe del pueblo en el sistema democrático.
En la medida que este proceso vaya penetrando, sectores cada vez más vastos de
la población, incorporándolos a una actitud de apatía política generalizada, las
masas no podrían ser movilizadas a la acción política sino por métodos
artificiales fundamentalmente de carácter publicitario. Están muy conscientes de la necesidad de combatir al poder
despótico de la oligarquía, por la creación de un "poder popular" que
lo contrarreste y lo derrote. Dicho poder popular estará representado, en primer
lugar, por el aparato del Estado cuando las fuerzas organizadas del pueblo lo
conquisten y lo pongan a su servicio. En segundo lugar, están tratando de
fundamentar el poder popular en el movimiento obrero organizado; es decir, en
los sindicatos cuyos dirigentes y militantes se identifican con la causa de la
liberación nacional y de la democracia socialista. En tercer lugar, están
creando comités populares como órganos de base del poder del pueblo en todo el
país. A través de los órganos citados, el pueblo debe estar en capacidad de
contrarrestar y vencer al poder de la oligarquía, tanto en el ámbito
económico-social como en el político.
En
su Programa, la Nueva Fuerza analiza la actual situación de la educación y de
la cultura en Venezuela bajo el aspecto de la neocolonización y la dependencia.
Tan necesaria como la reestructuración de la vida económico-social lo es la
renovación a fondo de los mecanismos de la educación y la cultura, para
ponerlos al servicio del desarrollo independiente de la nación. Los medios de comunicación
social deben aceptar un esquema de responsabilidad ante el interés de la colectividad.
En el caso de la prensa escrita, sin afectarse el régimen de la propiedad
privada, deben impedirse las concentraciones monopolísticas, y fijarse normas.
Con
respecto a la participación de intereses extranjeros. En lo concerniente a la
radio y la televisión, el Estado bajo el Gobierno Popular promoverá la adopción
de leyes que eliminen la dominación de grupos extranjeros en esas ramas. Se
asegurará la primacía de los programas de contenido cultural y educativo. Se
estudiará, asimismo, la adopción de fórmulas institucionales que se aplicarán a
la radio y la televisión; esos medios de
comunicación social son de carácter público, pertenecen a la colectividad nacional.
Estarán orientados en sus lineamientos básicos por un organismo de tipo
representativo, con participación del Estado, el sector privado, las
Instituciones vinculadas a la cultura (las Universidades, entre otras) y los
profesionales de la comunicación social.
Esperarán de la Iglesia una cooperación activa en el
proceso de la liberación y de la reestructuración social. Vienen de la izquierda laica, pero saben que ya está
superado en el mundo actual el viejo esquema que ubica al clero en la derecha y
lo combatía como supuesto agente de las oligarquías. Desde la época del
Concilio Vaticano II, la Iglesia Católica se muestra plenamente consciente de los
problemas de la dependencia y de la explotación capitalista, ya no niega al
oprimido el derecho a la rebelión contra la justicia. Si bien es cierto que
existen jerarquías conservadoras, representantes del clero critican radicalmente
al sistema establecido y luchan en favor de soluciones de carácter socialista,
las cuales son compatibles con el auténtico cristianismo. Al actuar de esa
manera, responden cabalmente a las enseñanzas revolucionarias de Jesucristo y
de los Padres de la Iglesia. Esperan que
estos sacerdotes y religiosos progresistas, que no vacilan en aceptar la
democracia socialista como solución para los problemas de nuestro tiempo, estén
al lado del Gobierno Popular que presidiré. Asimismo, serán receptivos a las
opiniones emitidas por la Iglesia en su nueva expresión socialmente
progresista, en cuanto al contenido social-moral de la obra.
José
Vicente Rangel.-
El combate al desempleo, la redistribución de
los ingresos dando más a quienes tienen menos y el mejoramiento a cortísimo
plazo de las condiciones de vida de las masas populares, constituyen objetivos
principalísimos del período de transición hacia la implantación de una economía
socialista. El aumento inmediato del empleo se logrará mediante programas de
mejoramiento familiar y comunitario en obras y servicio básicos, de utilización
de la capacidad ociosa en ramas productivas esenciales y mediante la
introducción de métodos que usen intensivamente la mano de obra. Ello exigirá
un vuelco en la actual política nacional del gasto público, en la orientación
tecnológica, en la atribución de los recursos productivos y en la finalidad
social de la actividad global, encaminado a revalorar el trabajo. En tal
sentido se emprenderá .una transformación socialista de la producción agrícola,
ganadera y pesquera, eliminando la concentración monopolista y redistribuyendo
la tierra, el ganado y los equipos a los campesinos y trabajadores agrícolas,
preferentemente en grupo. Ello se apoyará con obras tendientes a fortalecer la
economía campesina cooperativa o individual tales como sistemas sencillos de
irrigación, drenaje, diques, lagunas, vías de penetración y caminos vecinales,
defensa y repoblación forestal, vivienda rural, entre otras, así como con la
labor de difusión tecnológica y la extensión masiva para el cultivo y la cría
de especies autóctonas, especialmente en pastos, ganadería menor, actividad
forestal, pesca continental, entre otras.
Las
obras de defensa, preservación, saneamiento y mejoramiento del medio ambiente
en montañas, bosques, ríos, lagos, playas, carreteras, entre otros. Absorberán grandes
contingentes de trabajo; así como las obras para mejorar las condiciones de
vivienda y de habitabilidad en los barrios pobres de las áreas urbanas, con remodelación
y dotación de servicios comunales con participación de los propios habitantes Al
mismo tiempo han de emprenderse obras de mayor cuantía, tales como represas,
canales, astilleros, puertos, líneas de ferrocarril, construcción de plantas industriales,
proyectos agropecuarios, entre otras, para mejorar la base productiva del país.
Por último, las revoluciones educativas y sanitarias destinadas a garantizar el
aprendizaje, la formación y la protección de la salud física y mental de todos
los venezolanos y al mejor conocimiento y evaluación de los recursos nacionales
de todo orden exigirá la movilización de inmensos contingentes humanos.
El
tipo de empresa industrial por excelencia que se establecerán es la de
coparticipación de los trabajadores y del Estado Socialista. Los representantes
de éste velarán porque se consideren los intereses generales de toda la
comunidad y por la coordinación con las metas fijadas por la planificación
central nacional. Los trabajadores de cada empresa, en tanto que copropietarios
preferentes de la misma, velarán por sus intereses tanto colectivos como
individuales. Aspiran a que de la interacción compensatoria de los dos
elementos, surja una dinámica que asegure la justicia social, la libertad
individual y la eficiencia productiva. Tratarán también de crear empresas
mixtas en que se asocien el Estado socialista y los capitalistas privados. Respetarán
la existencia de empresas industriales privadas, pequeñas y medianas, cuyo
funcionamiento no entorpezca la marcha general hacia la socialización.
En
cuanto al petróleo, sin que excluya a priori la nacionalización parcial o total
de ésta o aquella empresa entre las varias medidas que pudieran aplicarse, no
consideran que eso sea fundamental. Lo fundamental es el proceso de socialización que significa
inicialmente poner los ingresos petroleros al servicio de la economía popular y
asumir el control de las decisiones fundamentales sobre la actividad petrolera,
asegurando de esta forma el resguardo de nuestros recursos petrolíferos, la
maximización de sus beneficios para el pueblo y que la reversión desemboque en
la explotación total de los hidrocarburos por el Estado socialista y
trabajadores —manuales, administrativos y técnicos— para beneficio colectivo de
todos los venezolanos como lo pauta la Constitución.
El
desencanto por la política es consecuencia inevitable de la política de
dominación de las clases que explotan a la sociedad venezolana. Es un fenómeno
complejo, que a muchos puede parecerles paradójico, pero que en realidad hace
parte esencial de esta política. Es aparentemente paradójico, porque le sirve a
los intereses dominantes —en la medida que favorece el deterioro de la
conciencia política y disminuye los niveles de exigencia social— y al mismo
tiempo los perjudica —pues termina produciendo entre las grandes mayorías un
alto grado de decepción y desinterés por sus corrompidas maquinaciones, lo
cual, como se está viendo actualmente, no deja de ser un terreno propicio para
el desarrollo de alternativas político sociales frontal y racionalmente
opuestas al sistema. La aparente paradoja desaparece cuando se entiende que los
mecanismos de la política dominante son útiles a corto y mediano plazo para el
sistema de explotación, pero a largo
plazo lo perjudican, pues sus efectos decepcionantes tienden a hacerse
acumulativos. Por lo tanto, estimular una mística política nueva es no
solamente condición necesaria para la destrucción del estado de opresión y
fraude imperante en nuestro país; es también una posibilidad objetiva que
encuentra una de sus bases, precisamente en la vigencia forzada de este
sistema. En este sentido, propondrán una nueva manera de hacer y participar en
la política.
La
disposición de la mayoría de los venezolanos es la de luchar por conquistar un mundo mejor. Por
esta razón, igualmente se preocupa desarrollar la otra parte del basamento
necesario para esta entera redefinición de la política. Es decir, la concepción
e implementación del proyecto en función del cual debe producirse la
integración de la teoría y la práctica de la transformación de la sociedad
injusta en que se vive; la destrucción del poder mortífero de la burguesía, tal
como se materializa en el Estado venezolano y en las organizaciones políticas
de la burguesía dependiente. Este proyecto se define por un objetivo muy preciso
y la lucha por alcanzarlo es causa: el socialismo.
Su mística es el socialismo por el cual están luchando en Venezuela y para
Venezuela. Este es el punto de ruptura con el sistema político dominante y el
punto de nacimiento de la nueva manera.de hacer política que ya han empezado a protagonizar.
En
síntesis, los partidos y los políticos de la miseria y de la dependencia han
entendido y practicado siempre la política como un medio para preservar, defender
a sangre y fuego y organizar hasta donde pueden, el orden económico-social
capitalista dependiente, en el cual ellos satisfacen, sin ningún otro miramiento,
sus intereses particulares. Ellos, situados en el extremo opuesto, entienden la
actividad política como un proceso de realización de los intereses mayoritarios
de la sociedad, que son, los de los explotados y oprimidos; un proceso en el
cual las decisiones que se toman deben ser expresión de la capacidad creativa y
combativa de todos los nuevos realizadores de la historia, y no de unos pocos
poderosos o unos cuantos jefes por propia designación. Por eso el socialismo es
su causa. El socialismo es la nueva mística que están proponiendo y realizando desde la lucha misma
por alcanzarlo.
El orden social en el cual viven los
venezolanos es el de la explotación y la dominación ejercida por los grandes
grupos económicos capitalistas, nacionales y extranjeros, en todas las esferas
de la vida. Dueños de los medios fundamentales de producción, los grandes
millonarios explotan y dominan a Venezuela, viven del trabajo de la inmensa
mayoría de sus pobladores, se apropian de la mayor parte de la riqueza que
ellos crean y que la naturaleza encierra. La relación así establecida es fuente
de grandes desigualdades en los niveles de ingresos, en los niveles de acceso a
la educación, a la salud, a la cultura, a la recreación, y en las posibilidades
efectivas de intervenir y decidir el destino del país.
En
el plano del gobierno, la llamada "democracia representativa" no es,
por lo tanto, sino un gigantesco mecanismo para mantener como dueños del poder
político a quienes son los dueños de la economía. Esto significa que no es
posible neutralizar las presiones de tales grupos sin cambiar el orden
económico- social capitalista. Por eso creen que es necesaria la reorganización
socialista de la sociedad venezolana y están empeñados en contribuir a esta
máxima tarea: para que las exigencias de justicia social que anidan en el seno
de la gran mayoría puedan ser satisfechas. Y por eso también conciben el nuevo
poder, fundamentado en la nueva sociedad como resultado del quehacer de todo el
pueblo, mediante su permanente y consciente intervención y su responsabilidad
como factor realmente dirigente. Pues siendo los trabajadores los que producen
la vida material y la cultura, y conformando ellos la fuerza y el destinatario
por excelencia de la transformación socialista, ellos tendrán la más efectiva,
genuina y directa participación en las funciones dirigentes de la empresa
forjadora del mundo nuevo. Esta participación es lo que expresa el contenido esencial
de la democracia socialista. La realización de este principio cardinal,
significa que los trabajadores, en cuanto productores directos de la vida
material de la sociedad, serán en la nueva sociedad socialista parte
fundamental de la composición del poder, y que las organizaciones de las masas
populares intervendrán, a través de representantes propios, en todos los
niveles de los órganos planificadores y coordinadores de la actividad económica,
política y cultural. Pero hay más: un hecho decisivo para la realización de la
democracia socialista será la existencia, junto al Estado, de instituciones de
base en las que el pueblo asumirá funciones de poder de manera directa e inmediata.
Este poder popular, ejercido en las unidades económicas de la ciudad y del
campo, así como en los centros educacionales y culturales, en los lugares de
residencia y los procesos de comunicación colectiva, tomará para sí
responsabilidades de dirección, convirtiéndose progresiva y crecientemente en
los órganos mediante los cuales las masas ejercerán, cada vez más, las tareas
de gobierno necesarias a la nueva vida social. El gobierno socialista,
entendido como poder popular, enfrentará a los antiguos explotadores con la
decisión y los medios acordes con la magnitud y naturaleza de la resistencia
que presenten. El cumplimiento de esta responsabilidad, en legítima defensa del
cambio revolucionario, puede implicar limitación de derechos o ejercicio de la
coerción, necesarios para impedir que las clases dominantes de ayer subviertan
el nuevo orden social conquistado por la gran mayoría. Pero todos aquellos que
actúen dentro de la legalidad podían expresar sus opiniones y ejercer oposición
en forma organizada.
Los miembros de las antiguas clases dominantes
no perderán su condición de ciudadanos, sino la propiedad que ahora detentan
sobre los medios de producción, y sus inadmisibles privilegios, tanto
económicos, como sociales y políticos del gobierno socialista se orientará a
producir los primeros impulsos y crear las bases de la educación esencialmente
nueva sin la cual no es posible la revolución cultural que es inseparable de
nuestra concepción del socialismo venezolano. Esta política seguirá las líneas
y se traducirá, desde el momento de la toma del poder, en las medidas siguientes:
La educación será un arma fundamental para acabar definitivamente con las bases
esenciales de la injusticia y la desigualdad. Será profundamente democrática en
cuanto a los sectores sociales que de ella se beneficien, así como también
universal y global en sus contenidos y propósitos. Estará dirigida a la
especialización pero también a la formación integral; a la elevación de la
calidad y a la formación de capas de alta capacitación técnica y profesional,
pero también a la elevación de un nivel cultural medio transitoriamente
aceptable y cada vez más alto, entre grandes masas de la población; a la alta calificación
científica y tecnológica, pero también al desarrollo de tecnologías
intermedias. Tendrá como base el mejoramiento del sistema escolar, pero también
en el desarrollo amplio de un sistema extra-escolar y en el rebasamiento de
todo sistema parcial por parte de la sociedad educadora, considerada como un todo.
El
sistema escolar estará verdaderamente organizado en función de las necesidades esenciales del
país. Particular atención se pondrá a la integración de las diferentes ramas y
disciplinas; a la funcionalidad de los programas y los pensa; a la
estructuración de trayectos educativos no tradicionales, que abran perspectivas
acordes con la situación de los distintos sectores de educandos, en particular
los que trabajan. Así se establecerá todo un sector del sistema escolar que
responda a las condiciones reales de tiempo y los niveles culturales de los
jóvenes sub-educados y de los adultos, para permitirles el acceso a niveles de
educación cada vez superiores, sin seguir necesariamente el transcurso tradicional.
Al lado del sistema escolar, se creará un vasto sistema no escolar, cuya
función será proporcionar conocimientos básicos a los sectores que
—principalmente por su participación en el proceso productivo— no disponen del
tiempo necesario como para asistir al sistema escolar, así como también
realizar la extensión cultural en general para toda la sociedad.
Siendo
vital para la construcción del socialismo que el pueblo y sus equipos
dirigentes asuman el impacto de la llamada "revolución
técnico-científica", se implementarán todos los medios para alcanzar este fin,
que es a su vez medio para otros objetivos fundamentales. Se introducirán profundas transformaciones en
el proceso de aprendizaje mismo, tendientes a que la persona pase a ser sujeto
y no objeto de su propia educación, a través de la libre toma de conciencia de
los objetivos individuales y sociales de ella, por el conocimiento de los
sistemas a través de los cuales es impartida, por la configuración activa, experimental,
práctica y creativa de todo el proceso.
La
gestación de la educación será profundamente democrática y participativa. La educación se integrará en todo el cuadro de
la acción cultural. Será un factor esencial en el desarrollo de una verdadera
cultura popular latinoamericana y venezolana, en el combate contra el
neocolonialismo cultural, al mismo tiempo que promoverá la asimilación crítica,
en la mente popular, de los grandes logros de la cultura universal. Estimulará
la búsqueda de una nueva relación entre cultura y política, que no signifique
la subordinación de una a la otra ni tampoco la separación entre ellas, sino
que las articule y las integre en un esfuerzo común.
En
lo que se refiere al sistema de información, difusión y comunicación colectiva,
durante el período de transición hacia la sociedad socialista se suprimirá el
monopolio de los grupos económicos millonarios sobre los medios
correspondientes, tales como la televisión, la radio, la prensa, el cine, entre
otros. Estos pasarán a cumplir una función social prominente, para beneficio de
toda la sociedad, como vehículos de la nueva educación y canales fundamentales
para la realización de la democracia socialista. Para que se haga efectivo ,
para que la opinión nacional sea plenamente informada, y contribuya a que el pueblo y sus organizaciones
participen de veras en las decisiones sustanciales de la vida social, para
prevenir posibles tendencias totalitarias en las esferas del poder central, la
gestión de la propiedad y la dirección de los grandes medios de comunicación
social serán ejercidas, dentro de las concepciones pluralistas, por el Estado,
las organizaciones populares y las organizaciones o colectivos de trabajadores
de esos medios. Los medios de comunicación hoy en manos privadas, pero no bajo
el control de los grandes grupos millonarios, y que actúen dentro de los cauces
de la legalidad socialista, podrá seguir en su situación actual. El gobierno socialista
promoverá la aprobación de un estatuto legal sobre la materia, en el cual se
precisen las definiciones sobre los medios de comunicación y el cumplimiento,
en todos los casos, de su alta función social, dentro de los marcos de la nueva
realidad cultural y en relación con los intereses fundamentales de la sociedad.
En
la sociedad socialista para cuya construcción se plantea la toma del poder, se
garantizará la plena libertad de cultos. No habrá religión oficial. El Estado
será independiente de todas las Iglesias y éstas tendrán asegurados
absolutamente los derechos para su funcionamiento y para el cumplimiento de sus
fines específicos. Considerada la religión como asunto privado de los
ciudadanos, los que profesen una, tendrán el derecho irrestricto a la
manifestación de sus creencias en el ámbito social. La condición laica del
Estado no se traducirá en la oficialización de conductas antirreligiosas. En su
condición de ciudadanos, todos los creyentes tendrán oportunidad de
incorporarse al esfuerzo de transformación social. Se actuará según la
convicción de que una concepción religiosa, y en particular cristiana, de la
vida puede constituir un fundamento para la asunción de un compromiso militante
en el campo revolucionario, afirmación que encuentra una base indiscutible en
la presente experiencia del proceso social en nuestro continente. En
consecuencia, desde ahora se afirma la firme disposición a contribuir tanto a
la convergencia de los socialistas no creyentes con los socialistas de
inspiración cristiana en la lucha contra la sociedad capitalista establecida,
como a la conjugación de los esfuerzos de unos y otros en la construcción del
socialismo. Así, bajo el gobierno socialista que existirá en el período de la
transición, todos aquellos que a partir de su fe se decidan por una presencia
social y política revolucionaria, verán respetado y promovido su derecho a
participar plenamente en la gestación de un mundo nuevo, a ser dirigente de la
nueva sociedad y a integrar sus instituciones de gobierno en todas las escalas.
(SIC. 1973
CONCLUSIÓN
Como se pudo
observar el bipartidismo, fue en
esencia, un sistema político basado en la existencia de dos grandes
partidos políticos que fueron los únicos con posibilidades reales de ocupar el
poder. Después de cuarenta y dos años de aquellas
elecciones, quedó escrita en la historia el gobierno desarrollado por Carlos A
Pérez y en los últimos años se ha visto en pleno desarrollo parte de las ideas expresadas por Paz
Galagarra y José Vicente Rangel. En lo que sí se puede coincidir: es que esos
planteamientos tanto para la derecha como para la izquierda, esos pensamientos,
tienen para ellos plena vigencia. Así
como nació el bipartidismo también llegarán a un desgaste paulatino, llevando a
Caldera salir de Copey y formar una
nueva agrupación que era el producto del mismo desgaste.
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